Jimin se encuentra luchando contra una fuerte depresión y ansiedad, que cada día se le hacen más difíciles de soportar por un fuerte acontecimiento en su vida. Su mundo lentamente se ha ido desmoronando y aunque siempre intente mantener una sonrisa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Darkmeraki Viernes, 00:17 "Pequeño y lindo retoño. ¿Cuando piensas dejar ir el otoño? Sabes que aún te espero, entre medio de discos y estéreos. No tardes mucho, no me hagas esperar. Ambos sabemos, que el sol ya saldrá."
Risas es lo único que se escucha en la habitación del castaño a media noche.
No puede dejar de reír, debido a que Yoongi no ha dejado de taparse el rostro y evita ver la película de terror que han puesto, a toda cosa. En cada grito que da la protagonista el mayor había saltado, provocando que las carcajadas de Jimin fueran en aumento. En un descuido del menor, el pelinegro se enfocó en escribir un par de cosas en su teléfono, no percatándose cuando ya el curioso chico se encontraba con los ojos pegados sobre él, viendo lo que hacía.
El rostro de Yoongi se volvió pálido en cuanto Jimin le arrebató el celular y leyó rápidamente todo el contenido que había en este.
— J-Jimin...y-yo no...– Comenzó a balbucear buscando una excusa a todos esos textos, notando el serio rostro que tenía el menor.
Pasaron unos minutos en los que el castaño no dijo nada, hasta que giró el rostro hacia un asustado Yoongi que se esperaba lo peor. La sonrisa que le regaló el menor en esos momentos, lo fue todo para él. Y cuando Jimin se acercó lentamente hasta su lado, dejando un pequeño beso en su mejilla, recién pudo respirar tranquilo.
— ¿N-no estás molesto? – Pregunta el mayor en cuanto ve los ojos almendrados fijamente concentrados en su persona.
— No. – Niega con el rostro, mostrando una gran sonrisa. – La verdad...siempre supe que eras tú. – Murmura un poco más bajo con las mejillas encendidas. Era un poco extraño haber acertado en sus suposiciones, haciéndolo completamente feliz que su peculiar acosador, fuera ahora su actual novio. – Habían ciertos detalles que no pude pasar por alto...Así que siempre creí que se trataba de ti. – Confiesa.
— ¿Tan obvio soy?
— Algo así. – Ríe melodiosamente y se acerca al cuerpo de Yoongi para meterse entre medio de sus piernas y apoyar su espalda contra el pecho de este. – Heesung siempre me hablaba mucho de ti, así que conozco tus manías a la hora de escribir. ¿Qué clase de obsesión tienes con el otoño? – Sonríe Jimin mientras escucha un chasquido molesto de su chico. Adoraba molestarlo.
— Es mi estación favorita. – Gruñe. – Y la tuya también. – Refuta, como queriendo decir que no tiene derecho a burlarse de él.
— Es cierto. – Asiente el menor, entrelazando sus pequeños dedos con los pálidos de Yoongi, quedándose unos momentos en total silencio y observa la horrible cicatriz que se logra ver por el rasgado jeans del mayor. Muy similar a una que él posee en su brazo izquierdo. – Pero, ¿sabes? Creo que la primavera ahora es mi estación favorita.
— ¿Por tú hermano? – Pregunta curioso el pelinegro.
— Por ti. – Dice en un pequeño susurro perdiéndose en sus pensamientos. – Y por él. Más bien por ambos. – Se sincera, volteándose a ver el hermoso rostro que tanto adoraba ver cada día. – Realmente admiró todo lo que hiciste por nosotros...y que hayas sido tan v-valiente...y-yo...– Intente proseguir pero la voz se le quiebra, dando paso a gruesas lágrimas.
— Tranquilo. – Le tranquiliza Yoongi con voz dulce, atrayendo su rostro para dejar un suave beso en sus tiernos labios. – Ya todo ha quedado en el pasado. Ya no duele.
— Te amo, hyung. – Solloza el menor hundiéndose más entre los brazos de su novio, buscando algo de su calidez. Teniendo la terrible necesidad de sentirlo cerca para saber y cerciorarse de que no era un sueño. De que estaba realmente con él.
— Yo también te amo, Jimin. Y aunque ese accidente cambió nuestras vidas, te prometo que nunca dejaré que nada como eso vuelva a pasarnos. – Susurra con suavidad, pese a que sus palabras son firmes. – Te protegeré con mi vida. Así como Heesung lo hizo.