Jimin se encuentra luchando contra una fuerte depresión y ansiedad, que cada día se le hacen más difíciles de soportar por un fuerte acontecimiento en su vida. Su mundo lentamente se ha ido desmoronando y aunque siempre intente mantener una sonrisa...
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Darkmeraki Sábado 15:08 " Un nuevo comienzo te espera con libertad. Un lugar nuevo en el que realmente podrás amar. No te preocupes mi amor por fallar, que incluso en esos días te voy a ayudar. Recuerda los días grises, para vivir con alegría los soleados. Y recuérdame a mi, que siempre estaré a tu lado."
Las cajas de mudanza van bajando una a una en su nuevo hogar, mientras admira con una extraña sensación a su madre que vuelve a sonreír. Se encuentra conversando con su tía y aunque desea acercarse para abrazarla con fuerza, quiere darle su espacio y momentos.
Escucha cómo Jungkook pelea con Taehyung a su espalda, mientras sus demás amigos siguen bajando cajas y cajas del gran camión que han alquilado.
La nueva casa es pequeña a comparación a la antigua y queda mucho más cerca a su escuela, por lo que aquel último año podría ir camino sin problemas.
Último año.
Su hermano si siguiera con vida en ese entonces ya estaría saliendo de la universidad. Incluso con los seis años que se llevaban, podría decirse que Heesung era mucho más infantil que él. Mucho más travieso y aniñado. Recuerda las veces en las que molestaba tanto a Yoongi, que lo hacía refunfuñar y maldecirlo. Realmente adoraba poner de mal humor al lindo pálido, haciéndolo ver cómo y lindo gatito gruñón.
Como lo extrañaba...
Unos brazos lo rodean por la cintura y un mentón es apoyado sobre su hombro. No tarda en posar sus propias manos sobre las que ya conoce y sonríe cuando un tierno beso es depositado en su mejilla.
— ¿Feliz? – Murmura Yoongi, haciéndole mimos con la nariz en su mejilla.
— Más que feliz...– Se voltea Jimin para verlo a los ojos, encontrándose con esa sonrisa que tanto le gusta. –...me siento tranquilo
— Eso es lo importante, mocoso. – Sonríe más ampliamente, recibiendo un pequeño golpe por parte del castaño. – ¡Auch! – Se queja. – ¿Ya no te gusta que te llame mocoso?
— Es más lindo cuando me dices bebé o amor. – Gruñe Jimin por lo bajo, cruzándose de brazos para volver a darle la espalda. – Mocoso suena feo.
— Pero eres mi mocoso. – Responde en tono infantil.
— Mocoso tú abuelo.
— Le diré lo que has dicho. – Es entonces que Jimin se gira rápidamente y lo abraza para comenzar a asfixiarlo de juego para que no diga palabra alguna al abuelo Min.
Sus risas se elevan a medida que continúan bromeando y sus amigos se unen al juego.
El ambiente es cálido, tranquilo y sereno.
Hay paz finalmente en la vida de Jimin. Y espera de todo corazón que también su hermano se sienta en paz en donde sea que esté. Porque después de todo, él le debía la vida y debía disfrutarla mientras aún pudiera. Mientras aún tuvieran esos cálidos brazos alrededor de su cuerpo, dándole ánimos para seguir.
