XIX

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La joven e inepta humana había cometido el error más grande de su vida.

Se había enamorado de una Parca.

Rubén no la había utilizado, era parte de su destino tener a cargo el cuidado de Noor.

El amor verdadero no existe en el mundo humano, Rubén le había hecho creer de nuevo en ello a Noor después de esperanzarla.

El mundo seguiría girando, el transcurso del tiempo seguiría siendo igual, los pájaros seguirían sobrevolando los cielos, y cada humano no tendría problemas agenos a su destino.

Noor temía no volver a ser la de antes. Pero sabía que ya no había vuelta atrás, había cometido un error y debía asumir las consecuencias de ello.

-Lo lamento, en verdad te amé, y te seguiré cargando en mi corazón hasta que encuentre el descanso eterno. No te preocupes, que nos volveremos a ver, cuando me recojas de este mundo impío y me lleves a la paz.

-¿Por qué yo Rubén? ¿Por qué yo de entre todos los humanos? Ya he sufrido demasiado y te consta.

-Por lo mismo, el dolor que sufres es el mismo dolor que sufre una Parca, alrededor del mundo cada vez que termina la vida de una parca, un nuevo humano nace cargando todo el dolor de una, eso es lo que te hace especial. Por lo que trabaje todos estos años, por mi libertad.

Parca »r.d.g« Donde viven las historias. Descúbrelo ahora