C u a t r o

68 10 8
                                    

Ninguno se atrevía a moverse, sentían sus respiraciones chocar entre la delicada piel de sus rostros. Si bien el plan de Noor era asustar al pobre muchacho, ella era la aterrada ahora.

—Creo...creo que es tarde, ¿no lo crees?—se atrevió a decir Rubén.

—Si, tal vez un poco—al instante Noor se alejó lentamente de Rubén y se puso de pie.

×××

Aquel día Noor acababa de terminar de acomodar todo.

—¿Qué espera hacer ahora señora?—preguntó Balcebú.

—No lo sé—respondió Noor en un susurro lleno de sentimiento.

Toda la noche no había podido sacarse el beso con Rubén de la cabeza, algo había cambiado dentro de sí, y no estaba muy segura si aquello le gustaba. Más después recordó al Rubén no mundano, su falta de humanidad al dejarle todo el mundo de las sombras sin derroche, y la ira regresó en solo unos instantes.

—¿Por qué los humanos son tan mierda?—preguntó seriamente Noor a Balcebú.

—Bueno, señora. Usted más que nadie debe saber la respuesta a aquella pregunta—Noor lo miró retadoramente alzando una ceja—.Me refiero a que usted ha sido humana y ahora es ama de las sombras, deberá saber ya que todos los humanos se rigen por sentimientos y es lo que los mueve.

—¿Y nosotros?

—¿Nosotros? Me temo que no la entiendo.

La mente de Noor pensaba demasiado para ese momento, no sabía como sentirse, no sabía como reaccionar, no sabía que sentir, más su mirada estaba ahí, perdida en alguna parte existencial del universo continuo y vasto sin prestar verdaderamente atención a Balcebú.

×××

El insti.

Un verdadero dilema para Noor ahora.

Caminaba y a su vez irradiaba seguridad por los pasillos del instituto, su nombre era cuchicheado por todos, más ella seguía su camino directo al salón de clases, para el cual iba un poco retrasada.

La puerta se encontraba abierta y la figura de un hombre rebasando los cincuenta años y un problema severo de alopecia se encontraba recargado en el escritorio. Noor tomó aire y tocó levemente su nudillo contra la puerta de madera del salón de clases un par de veces.

—Disculpe, ¿el salón B-26?—absolutamente todas las miradas del salón se habían dirigido hacia ella.

El silencio inundó el lugar tras la pregunta de Noor, quien podía sentir su cuerpo siendo recorrido por los pares de ojos, de arriba a abajo. Si bien era inusual ver a un estudiante nuevo a mitad de curso, era aún más intrigante todo el misterio que emanaba de su ser, algo que mantenía hipnóticos a todos. El bolígrafo que Rubén se había encargado de mordisquear durante la clase había caído de su boca a la libreta que mantenía en su mesa, Noor intentó hacer caso omiso de esta acción.

—Oh, eres la nueva estudiante, ¿cierto?—ahora fue el profesor quien preguntó, Noor solo asintió lentamente moviendo su rizado cabello—.Adelante, toma siento.

—Gracias—susurro para después entrar y sentarse a un lado de Rubén.

—Bien, como decía; teniendo esto en cuenta, tal como afirma el ingeniero y doctor en física, el tiempo se puede atrasar o acelerar, se puede acortar o alargar, y esto hace que la forma en la que vemos el universo sea tan diferente...

Noor "mostraba" (en medida de lo posible) atención a las palabras del profesor, mientras que Rubén la miraba anonado sin poder creer que se encontraba ella en ese momento sentada a un lado suyo, la misma chica que había besado la noche anterior.

Alida, la actual novia de Rubén, había notado la mirada embobada de él, estiró su mano y jaló el cabello de la nuca del chico desviándolo de sus pensamientos, al instante la volteó a ver desconcertado al mismo tiempo que con su mano frotaba el área que Alida había jalado momentos atrás.

—Que tampoco es como si fuése la reina de Inglaterra, tío—susurró en su oído seguido de un pequeño golpe en la nuca de su novio.

Lo que no sabía Alida era que para Rubén, Noor era más que la reina de Inglaterra.





Depende del alcance que
obtenga este capítulo
seguiré la historia
si no, será cancelada.
Lo siento.

Parca »r.d.g« Donde viven las historias. Descúbrelo ahora