I T2

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Templanza.

Se había vuelto sabía.

Ahora conocía el verdadero significado del dolor, y no sólo por su definición, sino por su conocimiento empírico. Ella era la definición de dolor, amargura, putrefacción.

La muerte le había sentado bien. Seguía siendo hermosa, más que antes incluso.

¿Pero de qué le servía serlo si nadie lo valoraría?

Se había convertido en un ser rencoroso.

Conoció a sus creadores y vagaba por el mundo como alguna vez lo hicieron sus antepasados.

Ya no conocía otro sentimiento que no fuera tristeza, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que se sintió amada, humana.

Caminaba. Era lo único que hacía ahora.

Sus ojos eran inexpresivos, sin sentimientos, vacíos y sin vida. Ahora, añoraba muchas cosas vanales, su largo cabello rojo, el color de sus mejillas, sus ojos oscuros, el pequeño bronceado que poseía, el contacto humano.

Sin rumbo alguno caminaba.

Sentía la pena de los humanos que la rodeaban, y lo que en un principio era un dolor insoportable en el pecho, se volvió algo completamente normal.

Él cielo emitió un gruñido acompañado de una luz cegadora.

Caminaba, caminaba y caminaba.

De pronto, la percepción del tiempo cambió, todo comenzó a pasar mucho más lento.

Algo en su pecho despertó, su corazón dio un pequeño latido, sólo uno, Noor sintió que el aire inundaba sus pulmones de nuevo, como se oxigenaba su cerebro y la sangre volvía a recorrer sus venas.

-Perdona, no te vi-dijo aquella voz al instante en el que rozó su hombro con brusquedad.

Esa voz que había quedado tatuada en su mente por siempre al ser la última voz escuchada mientras estaba con vida.

Era el maldito de Rubén.

Rubén el humano.

Quién caminaba de la mano con una chica bastante hermosa, la cual se quedó estática mientras miraba confundida a Rubén.

-Tú-fue lo único que salió de la pequeña boca de Noor.

Los ojos de Rubén brillaron, aquel color avellana que en algún momento le fascinaron a Noor despertaron odio dentro de ella.

-Cariño, ¿estás bien?-habló la rubia despampanante que acompañaba a Rubén en ese instante, jaló de su mano y siguieron su camino-. ¿Con quién hablabas?-fue lo último que Noor escucho por parte de la rubia.

Se quedó allí, petrificada, con la respiración acelerada, cerró los puños mientras miraba a Rubén alejarse sin recuerdo alguno de ella.

-Bienvenido al tablero de nuevo, Rubén-esbozó media sonrisa llena de malicia.

Emperatriz de la oscuridad, con mayor poder que la reina del inframundo.

Noor había encontrado un nuevo objetivo para su vana existencia. Un juego que acababa de comenzar. Podía sentir la exitación en los huesos, como la venganza carcomía su piel.

Por otro lado, Rubén no podía sacar de su mente la hermosa y oscura imagen de la chica gótica con una rara hermosura. Algo de ella le atraía, no tenía muy claro si eran sus excelentes curvas, su pesado maquillaje negro o su vestimenta gótica e inigualable lo que llamaba su atención.

Rubén dio un último vistazo al inexpresivo rostro de Noor, quien seguía de pie mirándolo fijamente, una punzada en la cien lo invadió completamente, regresó su vista al frente de su camino e intento olvidarla por unos instantes, una acción imposible.

Olvidarla sería todo un reto para él.

Olvidar todo lo que él hizo sería todo un reto para ella.

La historia se repetiría.

A eso estaban destinados.

Ese era su pecado.

Era un ciclo que durante siglos ha permanecido, Noor estaba llena de odio.

Era impresionante como pasó de ser el humano más amoroso, comprensivo y puro que podía habitar en el planeta era ahora todo lo contrario.

Rubén, el simple mundano, ahora sentía lo que era ser amado y amar. Hace años había estado dispuesto a dar lo que sea con tal de ser humano, después de siglos lo había conseguido sin importar el costo.

Había rechazado su amor verdadero por un capricho, su memoria se había perdido al igual que todos sus conocimientos acerca del mundo oscuro y sus adentros, pero no contaba con algo, que la extraña belleza de Noor le atraería de la misma manera que lo hizo desde que él la vio nacer a ella, volvió a sentir ese nudo en la garganta con tan sólo verla.
Noor comenzó a seguirlo lentamente a una distancia prudente, cada risa que soltaba Rubén era un dolor de cabeza para Noor, pero estaba dispuesta a soportarlo para recuperar lo que era suyo. No soportaba verlo feliz de la mano de aquella chica, sonreía y sus ojos soltaban ese hermoso brillo de alegría que nunca soltaron en el efímero tiempo que estuvieron juntos.

Él dolor en el pecho de Noor se hizo presente con una lluvia estrepitosa. Todos comenzaron a buscar refugio menos él, que se había quedado estático una vez más mientras miraba aquellos penetrantes ojos.

"Cuando el tiempo restablezca lo que es suyo te condenaré,
Olvida aquellos siempre,
Ten en mente que ellos mienten,
No dejes que te tiente,
Esa es su especialidad,
Dejarte y luego temerte."





















Okey, he vuelto.
Es extraño después de tanto tiempo volver a escribir aquí.
Se me ocurrió una nueva dinámica para ustedes, haré preguntas acerca de capítulos anteriores y la primera en contestar en el próximo capítulo tendrá una dedicatoria.

Así que......

La pregunta del día de hoy es..

¿Cómo vestía Rubén cuando era Parca?







Nos leemos pronto.

🔅🔅🔅🔅

Parca »r.d.g« Donde viven las historias. Descúbrelo ahora