Capítulo 3: El humo

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No podía dejar mirar hacia afuera, estaba totalmente intrigado por aquel humo. Tal vez eso no era lo malo, tal vez lo verdaderamente malo es que estaba decidido en ir. Casi como si me hubiera escuchado mi madre al instante, escuché sus pasos y un par de golpes pequeños que dio hacia mi puerta.

-Hijo, ¿puedo pasar?
-Sí mamá, pasa.
-Oye, ya me iba a dormir, pero antes quería hablar contigo, ¿está todo bien? ¿es la escuela? ¿soy yo?
-No eres tú mamá, jamás serías tú.
-¿Entonces?... ¿Es por...?
-¿El catador? No.
-No le digas así, puedes decirle por su nombre.
-La verdad sí es por la escuela, bueno, no la escuela en sí, el que exista la escuela me gusta, a diferencia de mis compañeros que no les gusta o de Gian, que la odia. A mí me gusta, en verdad, pero siento que no la aprovechan.
-¿Quiénes?
-Pues todos, todos nosotros, y gracias a los profesores, o a quienes mandan a los profesores, no lo sé. Dime mamá, ¿cuando tú eras niña te enseñaban mucha religión como a nosotros?
-Pues la verdad no, no teníamos clases de religión. Estuve en una de las últimas generaciones que no les tocó la religión. Pero bueno, eso fue antes de la guerra.
-¿Guerra?

-Sí, nunca te he contado.
-No. Pero no te preocupes, si quieres no me cuentes, y me lo dices cuando sea mayor.
-¿Por qué dices eso?

-A Gian no le cuentan muchas cosas sus padres porque le dicen que aun es muy chico.
-¿En serio?

-Ajá, cuando sus padres se pelean nunca le cuentan a él qué pasa.
-Bueno, probablemente si yo tuviera problemas con "el catador" tampoco te los explicaría.

-¿Qué? ¿Pero por qué mamá?

-Jaja, calma. No te lo explicaría porque seas muy pequeño o muy grande, para mí ese parámetro es muy absurdo.

-¿Qué es parámetro?

-Es como un dato que se considera para poder evaluar o valorar un hecho.
-Vaya, ahora diré también esa palabra. Ah pero me decías...
-Sí, que ese no es un parámetro para mí. Por ejemplo, las cosas ya están hechas, las cosas que pertenecen a nuestro entorno, y que se han regido como verdades absolutas durante siglos te las puedo decir son problema, desde cómo se concibe a un bebé hasta no sé, los diferentes tipos de muertes. Reglas de sociedad, reglas de moral, historia, qué se yo. Pero lo que me gustaría que tu vivieras y aprendieras por tí mismo son los efectos de las relaciones que crees con los demás. Porque mi primer amor jamás será como tu primer amor,mis temores no serán los mismos que los tuyos, tu nivel de confianza hacia la gente no será el mismo que el mío ¿entiendes? Los sentimientos siempre van por encima de cualquier cosa tangible.


"Los sentimientos siempre van por encima de cualquier cosa tangible" una de las tantas frases de mamá que no olvidaría jamás en mi vida y las repetiría como si yo fuese su creador y las perfeccionara con cada persona que conocía solo para llamar su atención.Después de que mamá me dijo eso, solo asentí ligeramente con la cabeza, fue como una explosión para mi cerebro muy joven que apenas y procesaba la idea de lo que iba a contestarle, segundos suficientes para que mamá me diera un beso, me diera las buenas noches, apagara la luz y se retirara cerrando la puerta.Habían pasado 40 minutos desde que mamá se había ido y yo aún no podía dormir por seguir pensando en el humo incesante que emergía allá afuera.
Era increíble que mamá entrara aquí y no se percatara de eso, creo que ni si quiera había volteado hacia la ventana. En fin, el tema ya me estaba cansando porque no me dejaba conciliar el sueño, así que me levanté, tomé mi tableta y busqué en la web "humo en los campos" y los resultados no me daban ninguna información, busqué "humos en los campos de noche" y nada, busqué "humos en los campos de toscana de noche" y nada. Vaya creatividad la que tenía para buscar lo que quería. 
Dejé la tableta y volví a recostarme, me había dado por vencido y pensé en esperar a la noche siguiente para ver si volvería a ascender el humo, pero al mismo tiempo pensaba que tal vez ya no estaría la próxima semana, luego pensé que podía estarse que mando una casa, ¡pero no! era un campo plano plano, sin arboles ni nada más que pasto, estaba demasiado intrigado e incómodo por el tema.
Tal vez era el único niño cerca de ahí y no creo que fuera una coincidencia ese humo, tal vez era el destino, era mi destino, así que después de un poco más de una hora lo decidí; me levanté de mi cama, me quité la pijama, me puse unos tenis, un pantalón, tome mi mochila y guardé la tableta por si era necesario captar el momento, todo con extrema cautela. Abrí la puerta y la cerré con lentitud para que no escuchará el cerrojo mamá. Bajé las escaleras con extrema lentitud, se me hicieron eternas, empezaba a sudar de mi frente y mi espalda, llegué al recibidor y mi torpeza me hizo creer que podría abrir la puerta así de fácil, intente abrirla y estaba cerrada con seguro, el corazón me empezaba a latir mas rápido, y pensé seriamente en seguir o no con mi plan, llego de momento a mi cabeza el sentimiento de que todo saldría mal, me entro el nervio, jamás había sentido tanto en mi vida, si mi madre llegara a verme así queriendo salir de la casa... Ay no, no quería ni imaginarme el rictus en ella.
De pronto me sentí acorralado y en mi propia casa, la luz de la lámpara del techo que apenas cubría un metro a la redonda de mi cuerpo no me era suficiente y empezaba a darme miedo, creía que solo existía lo que mis ojos alcanzaban a ver, ya no quería moverme más al rededor de la casa apara buscar una ventana por la cual salirme, sentía que sería perder más tiempo.Me aferré con mi plan, opté por ponerme de puntillas sobre mis pies y jalar el llavero que colgaba del perchero, eran varias llaves pero ni eso me detuvo, sentí que ya había llegado tan lejos. Ahora me tomaría otros cinco minutos acertar en la llave que abriría la puerta, y vaya sorpresa que me lleve, la primera llave, fue la que abrió el seguro, bueno ahora lo veo como gran sorpresa, en ese momento ni me emocioné por la adrenalina que ya tenía. Ahora sí, la puerta estaba abierta, sentí la brisa fría de afuera, cambió la temperatura de mi cuerpo instantáneamente, la completa oscuridad me esperaba, sola luz de la luna me acompañaba y pobre de mí si llegaba a lo profundo del campo sin encontrar el humo ni el camino de regreso a casa.

Continuara...

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