Al rededor de medio mes ha pasado.
La verdad cada día me llevo mejor con el, realmente creo que abrirte con las personas que te demuestran que vales es realmente bueno, mi relación con mi padre estaba mejorando ligeramente, y aunque me costara admitirlo tenia que ver mucho con esa mujer, decía que no era mi culpa, algunas veces.— ¿En que piensas?
— En nada Luke. En nada.
— Bueno, te creó por este momento. Oye, mis amigos del instituto siguen diciendo que seria buena idea que fueras con nosotros a un antro ya sabes, a ver si conoces a alguien que te quite lo "asexual" ¿vamos?
— No, ir a un lugar así me parece muy soporífero.
— ¿Sopo... qué?
— Soporífero, tan aburrido que produce ganas de dormir. En vez de estar en esos lugares deberías de estudiar para amplificar tu léxico — le dije jugando.
— Eso sera después de que vayamos.
¿Qué no se cansara de insistir? Esta mas que claro que no aceptare ir con el pero de igual manera me sigue insistiendo.
— No.
— Anda, vamos.
— Que no.
— Por favor.
— Esos chantajes no funcionan conmigo.
— Por favor.
— Voy a dormir.
— Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. ¿Si?
— No — replique algo enfadado.
— Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor.
¿Siii?— Si digo que si, ¿me dejas dormir? — le dije soñoliento.
— ¡Si! Nos vamos a las diez y quince, no lo olvides.
— Si, como sea...
Me hice bolita en mi cama con todas las cobijas y peluches a mi lado, todo perfecto para un hermoso día de invierno.
Comencé a dormirme y poco a poco un nuevo mundo donde mis sueños, temores y fantasías tomaban realidad.
— Cariño, estoy aquí.
— Mamá ... — el joven corrió a abrazar el cuerpo de su madre pero este poco a poco se fue desvaneciendo — ¿mamá?
— ¡Tu la mataste! — gritaba su padre, comenzó a golpear a un pequeño niño de no mas de ocho años, las lagrimas caían y las suplicas se dejaban escuchar.
— ¡Por favor! ¡Por favor ... dejame!
Y si, ese niño era el años atrás, aun recordaba los golpes y las marcas que permanecían a flor de piel y de vez en cuando afloraban de nuevo.
El escenario cambio una vez más para encontrarse a si mismo y siendo intimidado por los demás. Y entonces vio a ese pequeño niño cambiar, lo vio romperse. Se vio a si mismo cambiar para proteger su pequeña y lastimada mente.
Ese niño cambio, estaba golpeando a un pequeño rubio de facciones delicadas.
— Lo pagaras — sollozo el pequeño rubio — cuando crezca haré que pagues.
¿Pagar? ¿Qué pagaría? Si todo lo que hizo ya lo había pagado, y aun lo estaba pagando.
Sangre, lagrimas, dolor, tristeza. Ese fue su precio.
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Alma de cristal.
Teen Fiction- No estés triste, a alguien le importas; a mi no, a tu familia tampoco, menos a tus amigos, pero debe haber alguien, un gato, un árbol, no se... algo. Y si, debía haber algo pero no lo encontraría, no en esta vida, fue lo único que atine a pensar...