CAP N° 6

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De nuevo a un inicio sin final.

Siempre tenemos la creencia de que cuando iniciamos algo debemos terminarlo y finalmente todo saldrá bien pero ... ¡¿por que demonios no me sale este maldito problema?!

Estoy en la tercera hora, es clase de geometría analítica y demonios, no puedo resolver el problema - aunque son catorce y solamente tengo cinco - en el que me atore, y lo peor es que cada uno es mas difícil que el anterior.

Empecé a observar la ventana, y note como las personas caminaban tranquilas y felices, mientras que yo estaba mas que frustrado.

- Joven Luna - me llamo el facilitador - supongo que si esta tan entretenido viendo la ventana ya termino.

- Eh... no, eso hago.

Volví mi mirada a mi libreta asustado. Y seguía sin entender nada, lo peor es que tampoco entendía nada de mi vida.

Después de que salí de la casa de los gemelos algo triste y confundido me dirigí a mi casa en un taxi ya que eran casi las ocho de la noche.

Entre rápidamente y sólo escuche gritos de mi padre.

- ¡¿Cómo demonios pudo desaparecer si se supone ustedes están cuidando la casa?! - Les gritaba a el personal de seguridad y estos no decían nada, solamente bajaron las miradas.

- ¿De qué hablaran? - Fue lo primero que paso por mi mente, pero solo como un pensamiento fugaz.

Camine mas adentro y evitando la sala ya que estaban discutiendo en esa pequeña habitación. Entonces me tope con una de las criadas de la mujer de mi padre y ella me miro como si fuera un fantasma.

- Dios mío ... - susurro tirando la charola que traía en manos - ¿ésta bien joven? ¿Qué le paso? El señor Luna estaba muy preocupado por usted.

¿Preocupado por mí? Joder, no me hagan reír que aun me duelen las costillas. Pensé y una leve risilla escapo de mis labios.

- ¿Qué es tan gracioso? - escuche decir a mi padre, demonios, no lo escuche salir - ¿Hijo? - al escuchar eso mis músculos se tensaron de golpe y comencé a temblar.

De un momento a otro regresaron mis recuerdos de la infancia y me sentí como un ciervo recién nacido.

Mis manos estaban sudando, y las lágrimas luchaban por querer su libertad, mientras que mis párpados se negaban a darles el acceso a una salida.

Sabia lo que estaba apunto de suceder, sabía que me terminaría golpeando como siempre que osaba desobedecer sus perfectas normas.

Mi cuerpo se empezó a dentro cada vez mas pesado y mis piernas estaban a segundos de ceder, y yo se perfectamente que significan esos síntomas.


No otra vez, en ocasiones solían darme ataques de pánico. Y cuando eso pasaba se me dificultaba diferenciar la realidad de mis pesadillas.

Cuando en el pasado me decía hijo solía estar muy ebrio y en ocasiones terminaba golpeándome.

Y lo que paso después no lo recuerdo. Solamente recuerdo sentir un pinchazo en el cuello para que después todo fuera de un color negro.

Empecé a ver los problemas una vez más y me sentí más frustrado. Faltaban aproximadamente diez minutos para que la clase acabara y yo ni siquiera llevaba la mitad del trabajo.

El profesor se levanto de golpe y nos miro despectivamente, el solía decir que eramos una bola de ignorantes. Era gracioso por que el no era tan viejo como para decir que nuestra generación era un fracaso.

Sus frases solían ser "yo, a su edad era el primero de la clase y..."  ó "recuerdo que cuando yo cursaba este año..."

Sonreí de nuevo por mis pensamientos. El facilitador no tendría mas de treinta y cinco a cuarenta años. Así que el que nos dijera eso, a jóvenes de entre dieciséis y diecisiete años era gracioso.

Luke, que se sentaba en el ultimo asiento de atrás, de un momento a otro empezó a reír escandalosamente con sus amigos de la clase. Gina - que es una chica muy popular y bastante arrogante - tenia una enorme sonrisa mientras le decía cosas al oído que me eran imposibles de escuchar. Denis y Yair empezaron a hacer algo de bullicio y el profesor con su rostro lleno de cólera los miro desafiante.

- ¡Los cuatro vallan con el director ahora mismo!

- Que molestó - dijo entre risas Gina cuando se levanto.

Los demás se levantaron y Luke me dirigió una mirada rápida para advertirme algo que me fui imposible descifrar.

- Vienes conmigo - dijo mientras me tomo del brazo. - ¿No oyes? Levantate ahora mismo.

Me jaló del asiento y solamente baje la mirada. No quería ir, pero la ultima vez que no le hice caso me tomo a golpes. Después de que regrese ese día las cosas no cambiaron para bien, al menos no para mi, el me ha vuelto a golpear en múltiples oportunidades.

Se había vuelto un ciclo.

- El joven Luna se quedara en su asiento. Así que solamente ustedes cuatro salgan - Ordeno con voz bastante irritada.

- ¿Así? No creo que Nath piense de esa manera - empecé a temblar cuando el me dijo de esa manera. No quería que me dijera de manera linda si lo hacia para hacerme daño.

- ¡Bien ya es suficiente! - grito - Vámonos ahora mismo.

Ellos salieron, y mis compañeros empezaron a cuchichear sobre lo que acababa de pasar. Me sentía diminuto en mi lugar. Sabía que todas esas miradas eran dirigidas hacía mi persona.

Me encogí en mi lugar, esperando a que la maestra de Biología llegara. Ella es una mujer muy amable y comprensiva. Aunque a gran parte de mis compañeros no les agrada a mi me parece una muy buena mujer. Sus hijos son afortunados de recibir amor de su parte.

Guarde mi libreta de geometría analítica, para sacar mi otro libro y libretas.

- Oye - dijo una chica a mi lado. - ¡Ten! - grito y salió corriendo y yo solo mire el sobre junto con la caja de regalo.

Lo abrí para darme cuenta de que era una declaración de amor. Me sorprendí mas al notar que era dirigida a mi. Y no a mi y no a Luke, las chicas solían pedirme que yo se las entregara.

Abrí la carta y sonreí ante lo escrito en ella. Después dirigí mi mirada a la caja, la abrí con sumí cuidado para después notar que  esta estaba repleta de animales rastreros - así son cucarachas, tijerillas y demás - grite y solté la caja, para darme cuenta que todos estaban grabando y riendo a carcajadas.

Mira ojos inmediatamente se humedecieron y mire entrar a Luke muerto de la risa, el había planeado la broma. Tire la caja lejos de mi y agarre mi mochila para después salir corriendo de esta. No me importo los gritos de Luke, ni el llamado de la profesora. Y mucho menos me importo las miradas curiosas de los demás estudiantes.

Quería ir a el único lugar do de últimamente me siento protegido.

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¡Hola! Si ven algún error ortográfico me avisan, lo acabo de terminar de escribir y no he podido revisar, lamento mi tardanza en publicar, pero estaba en periodo de evaluación y las cosas resultaron así.

Alma de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora