CAP N° 9

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Narra Luke.

No me di cuenta de la fuerza que emplee para lastimarlo hasta que mi madre me separo de él y lo vi empapado de sangre. Hecho un ovillo en el piso mientras sus manos - por la inercia más que por la voluntad de el- cayeron al suelo. Era una escena cruel, demasiado cruel.

Mi respiración era irregular, jadeante. Mire a mi madre a la cara y sus ojos reflejaron tristeza,

- Lo siento – dije llorando en su pecho -, no pude detenerme...

- Esta bien amor... -dijo con sus manos en mi cabello, acariciándolo- lo sé.

Ella se acercó a Nathaniel y lo tomo en brazos, mi madre tenía más fuerza de la que a simple vista aparentaba. O tal vez él solamente era demasiado delgado. Observe como lo puso en la cama y empezó a tratar sus heridas, ella lo miraba con tristeza, como muchas veces me vio a mi cuando era pequeño. Sentí repulsión al ver como lo trataba de manera tan dulce.

- No deberías ser tan rudo con él, si su padre lo nota él podría dec- no la deje terminar.

- Aunque él lo notara dudo que haga algo al respecto, ese hombre es igual a Maicol - mi padre biológico.

- No menciones a ese hombre, al menos en mi presencia no – su lenguaje corporal era tenso, duro.

- Lo siento mamá.

Ella entro a el baño y saco el botiquín médico, mire como empapo un trozo de algodón con alcohol y empezó a limpiar sus heridas, puso algo de merthiolate en una de sus heridas, para después continuar con otra.

Mamá empezó a quitarle la camisa, algo en mí se tensó inmediatamente después de eso, me incomodaba increíblemente ver como mamá lo trataba así.

Quise reclamarle hasta que vi los enormes moretones que se estaban formando en su piel, su blanca piel estaba tomando un tono verdoso, como si la sangre ya no pudiera circular, me acerque para ayudar a mí madre, pero esta inmediatamente se puso a la defensiva.

- No le haré daño – fue lo único que se me ocurrió decir para que me dejara ayudar.

- Sé que tú siempre quisiste verlo para, - ella estaba eligiendo con cuidado sus palabras – hacerle saber el daño que te hizo, pero esto, es demasiado hijo.

- Él me hizo más daño a lo largo de mi infancia.

- Lo sé, yo lo sé muy bien, pero esto no te ésta ayudando.

- Claro que sí, est- ella ni siquiera me dejo terminar.

- ¡Cómo puedes siquiera decir eso! Esto no te está ayudando, al principio estaba bien, solo lo asustaste, pero ahora... Él pudo hacer muerto, maldita sea, solo mira su cuerpo.

Mi madre no estaba enterada de la primera vez que lo golpee, ella lo atribuía a su padre. Voltee la mirada al chico que yacía inconsciente en su cama, mire las cicatrices en su cuerpo, me pregunto si fueron por cigarrillos, tenía muchas en sus hombros, después baje la mirada a los moretones, a sus heridas, al parecer por lo menos tres fueron demasiado profundas, no había notado que lo había hecho sangrar tanto.

Sentí una furia incontenible contra mí, contra mi madre, contra él, contra el mundo en general. Me estaba convirtiendo en aquello que más odiaba.

Abuse de mi fuerza, tuve el poder y lo use sin control, sin una responsabilidad, mi madre tenía razón, pero algo dentro de mí me decía a gritos 'no pares, recuerda'. Era como un demonio que estaba dentro de mí y me impedía detenerme.

- ¡Tú no sabes nada maldita sea!

- Hijo, claro que lo sé, soy tu madre después de todo.

- Déjame solo.

- Hijo...

- ¡Que me dejes solo maldita sea!

Ella solo negó con la cabeza y salió de mi habitación, necesitaba pensar, debía aclarar mis pensamientos, me senté a la orilla de su cama, y lo observe, él tenía rasgos muy bonitos, era una pena que mis acciones – o mejor dicho golpes- hicieran que se ocultara.

Mire con curiosidad como se movía en su cama, solo puse mi mano en su hombro y este empezó a relajarse, cuando no decía nada él se veía tan pacifico, tan pequeño e indefenso, tan mío.

Él me hizo tanto daño, tantas cosas pudieron ser diferentes si tan solo no hubieras hecho de mi vida un infierno, los recuerdos solo hicieron que me boca obtuviera un sabor amargo.

Aquel pequeño niño rubio corría con una respiración tan agitada que ni siquiera noto que choco con aquel hombre, este lo miro con una sonrisa y después se agacho para quedar a los ojos del mismo.

- ¿Estás bien? – pregunto el hombre sin dejar de verlo a los ojos.

Los niños que lo seguían se detuvieron abruptamente, él pequeño de cabellera negra que los encabezaba se detuvo de golpe, incluso alguien tan inestable como él sabía que no debía acercarse en ese momento.

- Si, gracias – dijo el pequeño rubio.

- Sabes si esos niños te molestan deberías hacer algo.

Él solamente se paró y yo salí corriendo hasta legar al salón, no deseaba estar ahí, en el salón estaba seguro, la maestra me vio y sonrío.

- Aún no termina el receso, no tenías que venir corriendo.

Ella no se imaginaba del infierno que debía soportar el rubio. No se imaginaba el dolor y los traumas que ese pequeño niño cargaba a su muy corta edad.

Sus emociones poco a poco se transformaron en emociones y estas marcarían el resto de su vida, para bien como para mal.

En este mundo como te ven te tratan.

Y a él lo miraban indefenso, débil, frágil, y efectivamente lo era, ellos estaban corrompiendo su pequeña y débil alma.

Los niños no nacen con prejuicios. Eso era seguro, él no nació odiando a los que poseían más poder, el ver –y ser- abusado de este hizo que lo odiara, odio con su alma entera a aquel pelinegro.

Los recuerdos lo invadieron, fue demasiado y no pudo evitar querer llorar, romper todo, pero solamente se sentó, y pensó como excusar el hecho de que su pequeño acompañante tuviera tantas heridas y hematomas en el cuerpo.

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Hacia tanto que no escribía, realmente lo extrañaba.

Mis actualizaciones seguirán siendo lentas, lo siento.

Tratare de editar los capítulos anteriores porque mi gramática no es buena y falta revisión, por ultimo gracias por leer.

Y solo aclarando la diferencia entre estos dos conceptos.

Sentimientos:

Los sentimientos son cosas que sentimos por mucho tiempo, estos son difíciles de borrar.

Emociones:

Son cosas rápidas, no duran mucho, pero si perduran mucho tiempo se pueden volver sentimientos.

Alma de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora