Cinco

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- ¿Sabes, cielo? A veces siento que hablo sola.

Harry parpadeó, su atención volviendo a su madre. Anne sonrió al observarlo, parte de su rostro oculto detrás de su taza de café.

- Lo siento -jugó con el sorbete del jugo en sus manos y se acomodó más derecho en su silla.

- Cariño, no te disculpes, ¿Qué es lo que sucede? -Anne se inclinó hacia él, el humor anterior reemplazado por preocupación.

- Pensaba en papá.

Mintió. La realidad era que el reloj marcaba las cinco de la tarde y no había recibido ningún mensaje de Louis. Tampoco lo había cruzado en los pasillos, ni las veces que salió con la intención de verlo por "casualidad" ni cuando su madre llegó por él y tardó más de lo debido en cerrar la puerta. También había generado más ruido del necesario esperando llamar su atención.

- Oh, cariño, todo estará bien. Estas cosas llevan su tiempo.

- Lo sé -musitó-. ¿Puedo ir a verlo, verdad?

Anne dudó un momento mientras acariciaba el dorso de su mano por sobre la mesa.

- Claro, te haré saber cuando tenga noticias.

Harry asintió, dejando vagar su vista por la atestada cafetería.

- ¿Me dirás ahora qué es lo que en verdad te inquieta? -susurró su madre. 

Harry la observó con su entrecejo fruncido. Rogaba aparentar no entender de qué hablaba.

- Harry, puedo reconocer cuando algo le sucede a mi hijo -reprendió con suavidad. 

- Es Louis -admitió, una media sonrisa bailaba en su rostro ante el conocimiento de su madre. 

- ¿Louis?

- Sí, es extraño -negó con velocidad-. Quiero decir, Louis no es extraño. Me refiero a lo que yo siento.

Anne sonrió enternecida.

- ¿Qué es lo que sientes?

- No lo conozco y es como si lo hiciera. No sé nada de él e incluso así le tengo plena confianza. Lo que olvidé -sentenció-, me aterra no saber qué es. ¿Si era importante, mamá?

- Debes relajarte, amor, estás pensando demasiado y no creo que eso ayude. Confío en que todo volverá a la normalidad pronto -repitió sus palabras de días atrás. 

- ¿Y si no lo hace?

- Entonces seguirás adelante. Cielo, no veo en Louis intenciones de alejarse, con o sin tus recuerdos de vuelta. Que no te dé miedo vivir, Harry. Nunca pongas en duda tus sentimientos y jamás te condiciones a ti mismo.

- Gracias -murmuró y cerró los ojos ante la caricia ofrecida en su mejilla-. ¿Qué hay de la Universidad?

- Oh no, ya hablamos eso -Anne señaló el plato de su torta, ahora vacío-. ¿Terminaste, verdad?

- Mamá -alargó en reproche.

- Te llevaré a casa, vamos.

Harry la siguió con un leve puchero en el rostro. Incluso cruzó los brazos sobre el pecho en cuanto subió al coche.

Era plenamente consciente de su inmadurez.

- Pareces un niño -se burló su madre con diversión.

- ¡Estoy diciendo que quiero retomar mis estudios! ¿Es eso infantil?

- No lo es, no, pero mi decisión tampoco es un capricho. Quiero que despejes tu mente. Necesitas descansar, no acumular más presión. Ya he hablado con el director de la Universidad, entendió la situación y podrás retomar tus cursadas cuando estés totalmente recuperado, incluso puedes rendir libre si así lo prefieres.

Winter | Primera Parte | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora