Winter | Primera Parte | L.S

Cuatro

Había colocado su despertador dos horas antes de lo indicado por Louis.

Al principio fue extraño, su móvil sonó tarde en la noche con un desconcertante "Lou" marcado en la pantalla. Sin embargo, el contenido del mensaje le resultó incluso más imprevisto.

  "Estate listo a las 10am. Duerme bien, Harry x."

La confusión de no recordar cuándo intercambiaron números se transformó en ansiedad al releer sus palabras. 

Louis resultaba un factor sorpresa en su vida, era una incógnita que parecía no tener respuestas. Nunca sabía cuál sería su próximo movimiento y aquello lo desestabilizaba.

Quería sorprenderlo. Nada grande, solo un simple cambio en su accionar que lo obligue a modificar su rutina, a intervenir en aquellos recuerdos que deseaba recrear.

Fue por eso que no dudó en coger su cámara a rollo, el hecho de revelar las fotos le daba un agregado de emoción al amor que sentía por la fotografía. Esperó tras la puerta y se asombró por la puntualidad del castaño.

-         ¡Está abierto! –elevó la voz más de lo necesario, simulando no estar justo del otro lado.

-         Wow –Louis restregó sus ojos con sorpresa ante la luz que nubló su visión-. ¿Por qué hiciste eso?

-         Algo me decía que no me permitirías tomarte una foto si no era de esta forma –sonrió satisfecho.

-         Buen punto –admitió Louis. Se observaron en silencio por una fracción de segundos-. ¿Vamos?

-         ¿Se puede saber a dónde?

-         Parque –sentenció, elevando su comisura izquierda.

-         ¿Cuál de todos?

-         Rueda de la fortuna. 

Harry asintió con frustración, las limitadas respuestas se sentían escasas para su necesidad de información.  No obstante, lo siguió sin emitir palabra, fingiendo admirar el paisaje que los rodeaba mientras caminaban con lentitud.

Cada milímetro en Louis le resultaba inquietante, desde su ropa oscura hasta su rostro serio. Estaba como en alerta, expectante a que algo malo sucediera.

-         ¿Tengo algo?

La aguda voz lo sorprendió y avergonzó, sacándolo de su escrutinio, al parecer, poco discreto. 

-         Estaba pensando –respondió, seguro y risueño.

-         Interesante. ¿Puedo saber en qué pensabas? 

-         En ti –reconoció, feliz de devolverle el sonrojo-. Pareces sacado de una película romántica, ya sabes, la de la chica frágil como el cristal y el chico guapo e insensible.

-         No me gustan los clichés –arrugó la nariz y le hizo emitir una carcajada-. Dime que el chico nunca se enamora de ella.

-         Oh vamos, ¿me dirás que no esperas ese final feliz luego de tanto sufrimiento?

-         Me gusta lo real. El chico era un mal tipo, egoísta, creído, mujeriego y mentiroso. ¿Me equivoco? –Harry negó-. Piensa que eres esa chica, ¿perdonarías a quien jugó tanto contigo?

Harry lo pensó por un momento y torció el labio en busca de razones para decir sí.

Si analizaba la situación, olvidándose que se trataba de una película, creía que era no capaz de perdonar un engaño amoroso ni una mentira. Definitivamente no toleraba la falta de sinceridad. Sin embargo, había problemas de comunicación en las relaciones que rompían momentáneamente tu corazón, pero no más que eso, se podría construir de nuevo desde allí.