MI DADDY 17

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– Que calor hace, Dios. – hable para mí misma metiendo la paleta que tenía en la boca sabor fresa. –

Apoyo la mano contra mi frente cubriendo mis ojos del sol de mediodía, se supone que vería aquí a Rubén.

Miro el movió un momento, ¿Vendrá algo retrasado?, Ya habían pasado algunos minutos desde la hora acordada y no había ni señal de el.

El horrible calor me obligó a ponerme algo corto y una camisa corta, la asquerosa mirada de los hombres en aquel lugar me hacía sentir terriblemente mal.

Moví mi cabello con algo de frustración, mirando por todos lados intentando ver su silueta.

Caminé por el lugar dando vueltas, pasaron los minutos y no había ni la más mínima señal de el, eso no es normal, siempre me llama si algo pasa.

Saco mi móvil y comenzó a llamar a unos metros de mi un celular sonando llamo mi atención, volteo buscando el sonido hasta que lo encuentro.

Un chico de complexión delgada estaba tomando de la mano con una chica de hermosas curvas y cabello largo castaño claro, calcetas altas y una pequeña falda adornaban sus largas piernas.

El chico vestido completamente de negro y ropa ancha toma a la chica y la besa, era tan parecido a Rubén.

Suspiré llena de tristeza y enojó, me dispuse a caminar hacia el cuando unas grandes manos toman mi cintura y me obliga a acercarme a su pecho peleó un poco hasta que el olor de un perfume ya familiar para mí me hizo calmarme.

Mi cuerpo descanso en los brazos de ya mi conocida compañía la tristeza y enojó se fue completamente de mi cuerpo.

Besa mi hombro arriba de la blusa que tenía, con una de sus manos me hace girar para quedar de frente a mi, su preciosa sonrisa me recibe.

– ¿Dónde estabas, princesa?. – acaricia mi cabello.

– aquí, buscándote. – le di un beso rápido en los labios.

Me sonríe tierno y da un beso más en mis labios antes de tomar mi mano y comenzar a caminar hacia un edificio grande con grandes ventanales, era muy imponente.

Mire el gran edificio por dentro tenía una bonita recepción y un hombre de alrededor de cuarenta años estaba tecleando detrás de una computadora, me miro y luego a Rubén lo saludo como si toda su vida lo conociera.

Arriba del ascensor fui valiente y formulé la pregunta que rondaba mi cabeza desde que entramos en aquel lugar.

– ¿Que hacemos aquí? – pregunté con cautela cuando el ascensor se detuvo y abrió las puertas en un departamento.

Se veía nervioso debatiendo si hablar o no. – Es mi casa. – no hablo por unos segundos y me miro fijamente con una sonrisa que estaba comenzando a asomar en su rostro. – bueno, nuestra casa. – aquello hizo que mi corazón se encogiera y quisiera besarlo hasta la muerte.

Mi cara de completa felicidad se cambia por una de desagradó al pensar que más chicas han pisado está casa.

Rubén se da cuenta al instante. – ¿Qué pasa, princesa?. – sujeta mi mano con cuidado.

– Rubén. – hablo fuerte, pero una nalgada fuerte me hace perder la concentración. – Daddy... – su mano acaricia mi nalga despacio. – ¿has traído a más chicas aquí?

Rubén me mira suavizando sus rasgos. – a ninguna realmente, eres la primera y la última princesa. – besa mi mano con suavidad.

La felicidad vuelve a mi cuerpo, Rubén se acerca a mi para besarme despacio acariciando mi cuerpo sus manos descienden por mi espalda hasta la Marte trasera de mis muslos, los toma y me levanta hasta que enrollo mis piernas en su cintura.

– Eres tan hermosa, ¿Lo sabes? – acaricia mi mejilla con suavidad mientras me pone arriba de la encimera.

– Si, también me lo dicen todo el tiempo. – su mano aprieta mi culo y me pega a su cadera.

Mueve la cintura en círculos. – ¿Si?, ¿Quien te lo dice, princesa?. – muerde mi hombro de forma suave.

Abro las piernas para que se acomode mejor entre ellas. – mi familia y Daddy. – acarició su cabello mientras su cabeza sigue clavada en mi cuello besando y mordiendo.

Tiemblo un poco cuando su mano entras debajo de mi falda tocando mis piernas.

– ¿Nunca te vas a acostumbrar?. – aprieta mis muslos.

– nunca me voy a poder acostumbrar a ti. – tomó su rostro y lo beso despacio saboreando sus labios suaves.

Su mano se posiciona entre mis piernas tocando pi punto sensible mientras no dejaba de besarme con ternura, acariciando toda mi piel sensible dando ráfagas de placer por mi cuerpo sensible

Pongo la mano en el sexy bulto que comienza a crecer entre sus piernas, muerde su labio cuando lo acarició despacio.

Toma mi blusa y la rasga de un tirón dejando mis pechos cubiertos por la tela del brasier de encaje transparente que tenía.

Pasa la mano hacia mi espalda para quitarme la prenda completamente dejando mis pechos libres de cualquier tela, su boca se apodera de mí pezón succionando un mordiendo ligeramente, me encanta la sensación que provoca en mi.

Vuelve a poner sus sexys manos entre mis muslos moviendo la tela hacia un lado sus largos dedos rozando mi punto sensible, su dedo presiona mi clítoris despacio acariciando mientras besa mis labios.

Voy dejando salir pequeños gemidos cuando acelera un poco más los movimientos de sus dedos en mi, uno de ellos se desliza en mi interior moviendolo suavemente en circulos en ese punto delicioso, por reflejo abrí las piernas intentando conseguir más contactó.

Suelta un gemido cuando su dedo comenzó a entrar y salir en mi con total facilidad, levanta mi cuerpo un poco sacando mi ropa interior, me acuesta sobre la encimera y levanta mi falda tomando los piernas y poniendo las en sus hombros fuertes y delgados. 

Pegó pequeñas paradas cuando su pantalón se enredo en sus pies, tomó su miembro en sus manos y lo acerco a mi entrada despacio acariciando toda mi piel con el.

Comienzo a sentir su miembro llenando todo mi interior, me hace sentir llena y una sensación de placer llena todo mi cuerpo dejando la cabeza descansar en la encimera dejando mi cuerpo a su  disposición.

Sus ojos verdes me miraban, oscuros como jamás los había visto.

Mordía sus labios para no emitir sonidos pero no servía siempre abría los labios dejando salir suspiros llenos de placer que solo me ponían más caliente.

Comenzó a tocarme al ritmo de sus penetradas dejándome extasiada con la mente en blanco, jadeante y con esa rica presión que se expande por mi vientre.

Me aferré a su cuerpo cuando el orgasmo golpeó mi cuerpo haciendo temblar mis piernas enrolladas en su cadera.

Con algunos gemidos roncos Rubén termino besando mis labios para callar su voz.









Te estoy eternamente agradecida por leer esto que con tanto trabajo me costó hacer.

Te quiero <3

¡Eres una persona super importante!

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