capitulo 14

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Desperté con una gran sonrisa en el rostro, con el cálido cuerpo de Rubén pegado a mi cuerpo descansando con calma.

Tome su camisa y me dispuse a preparar el almuerzo en silencio para nosotros mientras el seguía descansando, me sentía increíblemente descansada y feliz por todo.

Toda la noche la pase en la misma posición y aún sentía que dormí en las nubes.

Prepare el almuerzo moviendo mi cuerpo con alegría de un lado a otro de la cocina.

Subí corriendo las escaleras directo a mi habitación dónde seguía descansando de forma tranquila Rubén, no le quería levantar pero el almuerzo se enfriaría y ya no sería tan bueno.

Tome mi móvil y le tome una foto, su brazo descansaba sube sus ojos y su boca estaba entre abiertas.

Perece que el sonido y el flash lo hicieron despertar, esos vivos ojos color verde me miraron con alegría para después abrazarme fuerte a su cuerpo yo me deje hacer tenerlo tan cerca me hacía sentir su agradable calor y me tenía muy alegre aquello.

– buenos días, Daddy.  – besé sus labios de forma dulce.

Un pequeña sonrisa se comenzó a formar en su rostro para después tocar mi cara y besarme en repetidas ocasiones.

– buenos días, mi princesa.

Retirándome con cuidado de arriba de él tomó su ropa interior y fue detrás de mi escaleras abajo directo a la cocina por aquel almuerzo que hice para el.

Termino de almorzar y fue directo por mi que estaba de espaldas a él lavando platos me tomo de la cintura y me levantó un poco del suelo para ponerme arriba de la mesa, se metió entre mis piernas y comenzó a besarme mientras sus manos recorrían mi cuerpo cubierto por una fina camisa.

– Gracias por este delicioso almuerzo, princesa.

Beso mis labios suavemente para alejarse de mi cuerpo de forma lenta mirándome directamente robándome el aliento.

– Quiero salir hoy contigo, pasear por la ciudad. – me sonríe. – ¿Que dices?.

Lo miro sonriente, – me parece una gran idea. –

– perfecto entonces. – hablo mientras rebaja besos en mis mejillas. – Voy a mi departamento, ¿Paso por ti en una hora?.

– claro. – besé su mandíbula con cariño.

Asiente para después subir las escaleras de forma rápida, bajando ya con ropa listo para irse. Besa mi frente y se despide prometiendo volver en una hora.

Ese día particularmente tenía ganas de ponerme un vestido, el día estaba lleno de sol agradable.

Era de color azul con pequeñas flores blancas.

Termine de arreglarme lista para que viniera por mi, mi sonrisa no cabía en mi rostro de lo feliz que estaba siendo ese día.




¡Que tengas un día precioso!

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