MI DADDY 19

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Lo mire fijamente a fuera de el gran restaurante, me sentía insignificante, ¿Estaba loco?, Este lugar es carísimo.

Daddy, ¿Podemos ir a otro lugar?. – lo mire nerviosa él me mira y toma mi mano.

– cariño, tranquila. – besa mi frente.

Camina hacia la entrada del lugar, un hombre le pide su nombre y de inmediato nos lleva a una mesa para dos en un lugar alejado de todos mucho más privado y íntimo, a nuestro paso tanto hombres como mujeres nos miran, Rubén lo nota y mira mal a los hombres quienes dejan de mirarme.

Tomamos nuestra mesa finalmente y una chica con increíble escote llega frente a nosotros con los menús.

– hola, señor, buenas noches. – le deja el menú frente a él y luego desliza uno frente a mi sin mirarme.

– buenas noches. – contesta con educación, vuelve su mirada a mi y luego al menú.

La chica menea las tetas casi frente a su rostro cuando se agachado para señalar algo en el menú.

Pequeños destellos de fastidio comenzaban a crecer en mi.

La chica me mira de arriba a abajo y después se aleja de la mesa dejándonos solos otra vez.

– ¿Qué quieres comer pequeña?. – pregunta Rubén disolviendo mi notable enfadó.

 – no lo sé. – respondo tomando el menú cuando en mi campo de visión la silueta de la intrusa era más clara cada vez.

Se para a un costado de la mesa mirando a Rubén arreglando sus pechos con descaro.

Rubén toma la orden por los dos debido a que yo no sabía que pedir la intrusa me mira con fastidio y se va dándole una sonrisa a Rubén.

Rubén toma mi mano sobre la mesa para besarla y acariciarla despacio.

Después de unos minutos llegó la chica con los platos correspondientes con nuestra comida, se agacha tanto que casi mete los pechos en el plato de Rubén, es repulsivo como hace esas cosas.

– ¿Algo más en lo que te pueda ayudar?. – miro a Rubén, subiendo y bajando su mirada asquerosa sobre él.

En ese momento es mi momento para hablar. – no, no necesitamos nada más, puedes irte.

Rubén me mira divertido por mi  reacción

– ¿Qué? – le pregunto seca.

– ¿Estás celosa, bonita?

– claro no, ¿Porque lo estaría?. –

– ví como la mirabas con hostilidad, como si en cualquier momento le fueras a morder. –

Ruedo los ojos. – Ya vamos a comer. –

Ríe por lo bajó antes de comenzar a comer despacio.

                                                                                     º   º   º

Al llegar a casa estaba cansada, solo quería acostarme a dormir, Rubén lo noto enseguida por mi forma perezosa de andar, me cargo y me llevo a la habitación.

Me dejó sentada en la orilla de la cama mientras entraba a lo que seria su armario, saca una camisa ancha de color negro, toma el vestido y lo saca por mi cabeza dejándolo tirado en alguna parte de la habitación, desabrocha mi sostén, pasa las manos por mis pechos acariciando mi piel, sonríe cuando jadeo un poco, toma la camisa y la pasa por mi cabeza metiendo mis manos después y dejándola caer para cubrir parte de mi cuerpo.

Se arrodilla frente a mi, toma mi calzado quitandolo de mis pies cansados da un masaje breve haciendo sentir mis pies tan bien.

Sonríe mientras saca su traje oscuro, desabrochando sus pantalones y dando pequeñas patas para quitarse los zapatos.

Se queda en ropa interior blanca frente a mi, quiero comérmelo pero estoy tan cansada.

Me toma en brazos, me acomoda en la cama junto a él.

– Te amo – besa mi frente.

Quería responder, pero mi cuerpo ya había cedido a caer en un profundo sueño.


~ ¡Hola personita importante!

¡Que tengas un día precioso!

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