↬ cincuenta y dos

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—No quieres ser así.

—Tú quieres odiarme.

—No puedes odiarme.

—Sé que me necesitas.

—Tienes derecho a callarte y arrepentirte de haber dicho eso, porque sabes que no es verdad —habló, arrogante, colocando un dedo sobre mis labios —; en cualquier momento de tu vida lo harás, Akilah.

Lo sabía, sabía que lo necesitaba tanto como necesitaba respirar, sabía que lo quería a mi lado, sabía que necesitaba esas caricias que provocaban tal efecto en mí, ese sentimiento que quería volver a sentir, pero no podía permitir que volviera a destruirme, no puedo permitir que acabe con mi alma de nuevo y que se lleve todo rastro de felicidad que queda dentro de mí.

O tal vez, era la clase de felicidad que yo necesito en estos momentos.

Son solo sus defectos, los cuales lo hacen destructivo para cualquier alma que se acerque a él, y así como arruinó una pequeña parte de mi vida, arruina así su vez a Aleah, quién parece portar un masoquismo extremo al estar con Shawn a sabiendas de que no la ama, tal vez ni siquiera la quiere.

Y en ese momento es cuando me pregunto, ¿cómo puedes fingir amar a alguien cuando no lo haces? ¿y cómo esa persona puede estar en una relación en la que el amor, siendo el factor más importante, está ausente?

Para que una relación pueda funcionar, ambos deben sentir lo mismo, es obvio, pero cuando un individuo no siente lo mismo que el otro, viene siendo esa es la manera de autodestrucción de la "relación", si es que puede llamarsele de ese modo.

Por otro lado, yo estaba consciente de que Shawn me había insultado, ofendido y acabado de distintas formas, e incluso frente a todos, y últimamente me he dado cuenta de que simplemente no está dispuesto a perder su orgullo y dignidad por mí, ni por nadie, por más que así lo quisiera.

Por más que quisiera...

No volveremos a estar juntos.

—¿Akilah? —escuché la voz de Stassie llamarme —, oye, despierta.

Luego de agitar la cabeza un par de veces, la miré con los ojos entreabiertos. Ella estaba mirándome con un poco de lástima, quería que me animara e incluso trataba de buscar la forma de levantarme de esa cama.

—Estoy cansada.

—Nada de cansancio, Akilah, tienes una semana sin siquiera levantarte de esta aburrida cama —reprochó sentándose a mi lado, tomando mi mano, la cual soltó al instante de sentir algo pegajoso en ella —Ew, tienes las manos pegajosas de tanto dulce que has comido, incluso tus sábanas están asquerosas.

Rodé los ojos y cubrí todo mi cuerpo con la cobija. No quiero levantarme, no quiero siquiera asearme, no quiero mirar a nadie, mi malhumor supera todo intento de Stassie, Madison o cualquiera de los chicos de animarme a ir a fiestas, reuniones o alfombras rojas.

Realmente no estoy deprimida, sólo estoy harta de todo el mundo, estoy haciendo hasta lo imposible porque se cansen de mí y dejen de molestarme, algún día saldré de mi cueva y de mi desastre emocional para volver a ser la chica productiva de antes, sólo necesito un poco de tiempo.

Lo único que hacía era comer, ver televisión, redes sociales y dormir. Debo admitir que cada vez que veo fotos de los chicos reunidos me causa un poco de tristeza el no estar ahí, con ellos, pero al ver la gran cabeza blanca de Shawn en las fotos, la tristeza de convierte en rabia, y quito la publicación enseguida.

Odio tener que darle tanta importancia cuando lo veo, e incluso cuando no.

—Debes levantarte de aquí —volvió a repetir, pero no recibió respuesta de mi parte.

Hubo un silencio que me sorprendió, y justo cuando fui a revisar si Stassie había decidido rendirse e irse, ella tiró de mi cobija liberando mi desaliñada imagen, provocando que la ira en mi creciera.

—¡MALDITA SEA! —exclamé con el cólera yéndose a mi cabeza, causando un gran dolor gracias, también, a los rayos del sol cuando ella abrió las cortinas. —Escúchame bien —dije, levantándome de la cama—. Nadie va a lograr que yo salga de aquí, nadie me va a sacar de mi desastre, nadie va a provocar que vuelva a ser la misma de antes. Nadie, Stassie.

—¿Ah sí? —cuestionó riendo —, pues tú escucha esto, si nadie te lo dirá de frente, yo sí lo haré y no me importa lo que pienses al respecto —dijo, enojada —. Shawn no te destruyó, tú misma lo hiciste, tú misma estás acabando con tu vida permitiendo que sus actos te afecten a ti, tú misma te estás encerrando en un mundo donde él destruyó tu vida, cuando en realidad eres tú quien se lo permite, mientras él sólo está con su novia y saliendo de fiesta, e incluso haciendo nueva música, mientras tú quieres convencerte de que tú deberías estar ahí en su vida cumpliendo esos logros con él y no Aleah —habló con la razón más grande del mundo —. Si tú y Shawn no están juntos, Akilah, es porque no es para ti, es sólo una simple persona que se cruzó por tu vida para enseñarte nuevas cosas, para que las experimentes con alguien que sí valdrá la pena.

Tal vez Stassie tiene razón, tal vez soy sólo yo hundiendome en un abismo, tal vez y sólo tal vez, debo demostrarle a Shawn que no estoy sufriendo por él y que soy mejor de lo que él cree. Yo misma puedo superarme sin tenerlo en mi vida, y creo que es hora de demostrarlo.

—Tienes razón —dije, sintiéndome un poco animada.

—Lo sé, amiga, lo sé —sonrió —. Ahora comencemos por lavar algunas cosas y limpiar un poco este departamento, yo me encargo. Tú ve a bañarte y a lavarte ese cabello asqueroso que te cargas.

Reí asintiendo. —Gracias, Stass, eres la mejor.

—Lo sé, lo sé, gracias —hizo reverencia.

—Pero espera, ¿A dónde iremos?

Me miró alzando las cejas. —Nos presentaremos en la alfombra roja de los Fashion Awards y nos dirigiremos al after party al finalizar la entrega de premios.

—Uh, eso suena bien.

—Estarán los chicos y las chicas —informó mientras recogía la basura y las sabanas del suelo —, incluyendo Shawn y Aleah.

Tragué el nudo en mi garganta al escuchar la última oración, y con la frente en alto respondí: —Es mi oportunidad de demostrarle que no me afecta en lo absoluto su presencia.

—Esa es mi chica —me abrazó —, ahora ve a bañarte, hueles a trasero de perro.

Akilah© | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora