Capítulo 14 -Sentimientos expuestos-

560 53 1
                                    

Archie y Charlotte se detuvieron para caminar por un vecindario de Londres, todo era tranquilo, no había tanta nieve como antes, tampoco hacía tanto frío.

—¿Cree que es buena idea salir a caminar, Srta Charlotte?— Preguntó Archie tenso.— hace un rato tuvimos que organizar un plan para que sus padres no la vieran.

—Hace dos días que no nos separamos de su casa, tomemos aire una vez más hasta que sea necesario.—Respondió Charlotte cruzada de brazos con un poco de frío.

—Así es, mientras más me encierre yo aunque los vecinos no suelo dialogar demaciado, se preguntarán qué hago siempre adentro.—pensó.

—Y.. conozco un poquito más de Reino Unido y de sus lugares.. ahora por completo he perdido la oportunidad de conocer personas, reconocen mi rostro desde un anuncio que también debe estar viéndose en Argentina y mis familiares preocupados. Mantengamos la calma, estamos juntos, unidos— toma su mano y empieza a frotarla con suavidad con la otra— tenemos mismos puntos de vista, mismo destino, pero diferentes edades como nacionalidades.

—Sí.—Respondió Archie

En la calle empieza a notarse un coche de policia conduciendo lentamente a pocos metros de ambos, por lo que decidieron empezar a retornar el camino, buscando un escondite.

—Entremos a ese galpón — señaló Charlotte trotando a la par de Archie.

—Seamos precavidos, cuidado— advirtió Archie.

Ambos entraron a ese galpón , sin importar si alguien estaba dentro, por suerte no había nadie y se encerraron allí para evitar que la policia los viera.

—¡Qué alivio!— Suspiró Charlotte.

—Un alivio.. hasta ahora.—Dijo Archie observando por la ventana, viendo como caían bastantes copos de nieve de a poco cubriendo todo el cesped de blanco.

—¿Tomenta de Nieve? —preguntó preocupada.

—Espero que sea pasajera.—Respondió girando sobre sus talones y dirigiéndose a ella.

—¿Alguna vez se metió a un galpón ajeno sin permiso?— preguntó Charlotte explorando que hay.

—No, Charlotte.

—Pues, ahora sí— sonrió.

Charlotte encontró un saco colgado de un gancho y sintió un pequeño sobre dentro de esos bolsillos, creyó ser un caramelo, rápidamente lo sacó con antojo dulce, en realidad era un .. Preservativo masculino. Inevitablemente se sonrojó al notar que no era un caramelo y saber que Archie también observó eso le fue inevitable incomodar la situación.

—¡Charlotte!— dijo avergonzado— usted es una sucia.

Charlotte sonrió de lado y miró la fecha de vencimiento, faltaba mucho tiempo para que caduque.
Ambos se miraron con vergüenza , en especial Archie aunque no demostraba algún que otro sentimiento.
Charlotte empezó a sentir una calidez interior, comenzó a quitarse algunos abrigos que tenía ensima, lentamente, en cambio Archie pretendía calmar el deseo de Charlotte, sabía que intentaba hacer, su cuerpo se tenzaba, algo que no sentía hace años, volvia a tener las mismas sensaciones que antes.

—El calor de aquí me invade— dijo Charlotte cerrando la cortina de la ventana.

—Al parecer a mí también me invadió.— agregó Archie trabando la puerta con una llave que encontró colgada, acto seguido empezó a quitarse los abrigos.

Charlotte sentía cosquilleos en su vientre, sentía humedad en su entrepierna al ver a su amor platónico sin camisa, un cuerpo esbelto y pálido le aumentaba el deseo.
Se acercó a él y fue encerrada en sus brazos , levantó la mirada y empezó a acercarse lentamente a sus labios con profundidad y suavidad empezó a besarlo de manera intensa, sus sensaciones eran muchas, sus hormonas enloquesían al grado de querer seguir a otro paso, pero fue distante, siguió con su objetivo paso a paso. Archie tomó de la delgada cintura de Charlotte y empezó a sujetarla de ahí, su entrepierna empezaba a revelarse lentamente.
La respiración de ambos comenzó a fallar y el profundo beso se dió por finalizado, se miraron a los ojos nuevamente ¿Qué diría la sociedad de esto? No les importaba nada, era hora de exponer sus sentimientos.

Archie desabrochó el sujetador de Charlotte, luciendo sus desarrollados pechos erectos por el frío y la exitación, con suavidad empezó a tocarlos, eran suaves, muy suaves.

—Sus pechos.. Srta, son muy suaves. Color crema y frios— dijo Archie con tranquilidad y tocandolos con cuidado.

Charlotte se sonrojó y apoyó su cabeza en el pecho de Archie, era cálido y le recordaba a aquella salida al centro de Londres, acariciaba suavemente el abdomen de Archie, era un cuerpo de lujo.

—Archie..—Susurró Charlotte.

—Sí?

—¿Estás listo?

Archie se sentó en una silla y empezó a quitarse los pantalones y sus botas.

—No quisiera que a usted le duela— dijo frotando su entrepierna.

Charlotte se sentó sobre su entrepierna y empezó a rozarla con lentitud la suya, sentía aquel aparato reproductor debajo de ella. Tomó el preservativo masculino y lo abrió con los dientes , chequeando que esté bien , lo sacó de su paquete, Archie comenzó a quitarse la ropa interior donde se me marcaba su entrepierna por el hecho se haberse exitado besando y acariciando a la Joven , tomo el preservativo y sopló la punta y acto seguido se lo colocó en su pene, dejando sorprendida a Charlotte ya que nunca había visto una entrepierna de otro género en persona, solo en ilustraciones.

Charlotte bajó sus bragas luciendo su húmeda entrepierna, se acercó lentamente al mayor y empezó a masturbarlo , no se animaba a querer hacer el siguiente paso.

Los gemidos de Archie la motivaban en seguir, sabía como hacerlo, pero decidió terminar antes de que el eyacule.

Volvió a la posición anterior y empezó introduciendo la punta del miembro a su entrada, le costaba al principio, sus gemidos no eran de placer, sino de dolor, Archie se dió cuenta de la situación y empezó a besarle el cuello y susurrarle con su voz ronca y seductora al oido. Se sentía relajante, se sentía mejor.

Al cabo de unos minutos Charlotte comenzaba a gemir de placer, sus susurros no se escuchaban por la tormenta, era buen momento para aprovechar. En cambio Archie suspiraba con placer, se sentía agradable, no pensó jamás llegar a esto. Sus cuerpos estaban cálidos, sus sentimientos se expresaban en cada gemido, en cada alago, en cada acción, en cada beso. Llegaron hasta el momento de tener un orgasmo, su columna vertebral se estremecía, la eyaculación precóz se hacía presente, sentían como su cuerpo liberaba millones de emociones de la exitación que ambos llevaron.

Así fué, sus cuerpos suspiraban cansados y agotados, habían perdido demaciada energía por esto, sus entrepiernas estaban más húmedas que antes, la exitación iba desapareciendo con el cabo de los minutos, empezaron a vestirse al notar el fin de la tormenta de nieve y salieron del galpón una vez acabado dejando el preservativo escondido lleno de esperma.

Rompiendo Las Leyes De La SociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora