A finales del siglo XIX, en un desolado paraje, rodeado de tierras vírgenes, se estableció Edwin Tadeo Graf. Junto a él, su familia. Emelinda, la esposa. Sus dos hijas, Lucrecia y Helga. Y su primogénito, Elrick.
Sobre la extensa pradera, se levantó su hogar. Una imponente edificación de colosales dimensiones. De paredes grisáceas y prolijas, adornadas con pulidas aberturas de cedro. El techo, de relucientes tejas que brillaban tímidamente bajo el sol del blanquecino invierno.
La familia entera desapareció en extrañas circunstancias, impregnando la casona con velo sobrenatural.Hoy en día, poco se sabe sobre el trágico destino de los Graf. Historiadores de mala reputación, conocidos por tergiversar los hechos, afirman que la caída de la familia se debe, en gran parte, a los violentos delirios que atormentaban a Elrick. Algunos, incluso, afirman que, en un arrebato de locura, masacró a su familia para luego suicidarse.
Sin embargo, no hay evidencias concretas que avalen dichas afirmaciones. Atrapado por el misterio y el misticismo que se ciernen en torno a estos desdichados personajes, decidí visitar su antigua morada.
Los ennegrecidos y agrietados muros, hoy se encuentran poblados de moho y enredaderas que se extienden por su ruinosa fachada dotándola de una atmósfera tétrica y sobrecogedora.
Examiné con cuidado sus abandonadas y polvorientas habitaciones, iluminadas sólo por mi linterna y los débiles rayos del sol que se abrían paso entre las rendijas de los apolillados postigos. Las sombras de los roídos muebles se proyectaban, distorsionadas, sobre el mugriento empapelado. En la cocina, aún se encontraban los electrodomésticos, carcomidos por el óxido, que el último dueño conocido dejó atrás. Según los ancianos del pueblo, sintió una repentina urgencia de abandonar la mansión en mitad de la noche.
En la oficina de Edwin encontré, en el cajón de un robusto escritorio, un antiguo diario. Según su, casi indescifrable, firma pertenecía a su hijo. Era un pequeño cuaderno, con cubierta de cuero, reseca y estropeada; de páginas amarillentas y frágiles en apariencia. Aquel hallazgo me emocionó de sobremanera. Era, quizás, una importante pieza de la historia. Podría contener detalles sobre la fundación del pueblo y las vidas de aquellos primeros pobladores.El contenido de la libreta fue decepcionante. Al menos gran parte del mismo. Elrick narraba, toscamente, anécdotas y situaciones cotidianas. Las últimas páginas eran distintas. Aterradoras. Describía a un ser infernal que compartía con ellos el dominio del lugar. Aquellas teorías, antes irreales e infundadas, parecían ganar peso. No obstante, le daré a ustedes el placer de decidir. De juzgar lo ocurrido.
(Nota: Simplifiqué el relato para que les resultara entendible, más no inventé nada de lo que leerán.)
12 de abril, 1893.
"Hay algo en la casa. Repta detrás de las paredes y se escabullé entre las sombras, esperando.
Le advertí a mi padre pero optó por hacer oídos sordos. Madre me escuchó en silencio para luego soltar una carcajada.
Es indignante. Mis progenitores hacen omiso caso a lo que digo.
Existen caminos oscuros, alejados de la gracia del Señor. Fuerzas antagónicas que rechazan su poder y caminan este plano. Se mantienen en una frenética búsqueda de sangre, alimentadas por en odio que brota del corazón humano.
Durante las noches, puedo oír su pesada respiración. Despide un repulsivo olor a azufre. A carne podrida. Nos observan desde la oscuridad, cargado de intenciones hostiles".(Nota: Se omitieron algunas líneas. La tinta corrida y las hojas maltratadas imposibilitaron mi comprensión.)
16 de abril, 1893.
"Lo he visto. En mis sueños. En mis pesadillas.
Una figura grotesca. Escuálida. De cadavérica palidez. Sus ojos negros infunden terror. En sus manos, uñas alargadas. Garras. Sucias y encorvadas. Manchadas de sangre.
Y su boca ¡oh, dios mío! Parecía no terminar. Sus labios purpúreos formaban una demencial sonrisa, exponiendo sus amarillentos colmillos, largos y afilados, que subían y bajaban un ritmo frenético.20 de abril, 1893.
" Lucrecia ha muerto. Padre la halló en el sótano. Su rostro convulsionó en una expresión de puro terror.
Fue él, lo sé. Pero nadie me cree. Ella era la única".27 de abril, 1893.
"La atmósfera se ha vuelto densa. Nadie habla. Las miradas acusadoras no se detienen.
Padre se culpa, abusa del alcohol y de mi madre.
Intento ayudar pero estoy postrado. Me aqueja una debilidad febril y desconocida.
Desde mis aposentos, escucho a Helga llorar. Madre descarga su rabia y su impotencia en ella. Luego, llora arrepentida".3 de mayo, 1893.
" Mi enfermedad ha amainado. Aún me encuentro débil pero mejor.
Padre volvió a perder los estribos. Oí la acalorada discusión y bajé hasta el comedor. Madre yacía inerte en un oscuro charco de sangre. En las manos de mi padre, el ensangrentado cuchillo. Cegado de ira, me abalancé sobre él. Forcejeamos, y la enrojecida hoja se alojó en su estómago.
Logré verlo en su mirada, estaba contaminado.
No sé cómo explicarle lo sucedido a Helga. Quedará devastada. Pobre niña.
El demonio ha envenenado mi familia. Los condujo a la locura y terminaron muertos.
Puedo oírlo reír desde las sombras. Está oculto, al resguardo de las tinieblas, propagando su nociva esencia".8 de mayo, 1893.
"Los caballos están muertos. Estamos atrapados.
Helga no resistirá un viaje hasta el pueblo más cercano. Tampoco yo. La enfermedad ha reaparecido. La fiebre va en aumento y me atormentan frecuentes delirios infernales.
He rezado cada noche, desde la muerte de Lucrecia, sin obtener respuestas. Aún puedo escucharlo. Distante, lejano. Reptando hacia la alcoba de mi hermana. Intento advertirle pero atribuye mis palabras al febril delirio.
Me siento impotente. Estoy asustado. La criatura va tras ella y no soy capaz de protegerla".22 de mayo, 1893.
"Temo lo peor. Helga no viene hace tres días.
Estoy famélico, sin poder mover mi cuerpo. Llamo por ella pero no hay respuesta.
Escucho su risa, ahora sé que está muerta.
La parálisis se expande lentamente por mi cuerpo. Muy pronto seré incapaz de escribir. Muy pronto estaré muerto. Muy pronto".
ESTÁS LEYENDO
Historias de terror y similares
HororMás historias paranormales de terror y misterio.