Nunca creí estar enojada así de enojada con alguien, en mis diecisiete años nunca en mi vida estuve así de enojada, y lo peor de todo no sabía porque o almenas no lo quería admitir, porque iría contra mis facultades o mejor dicho mi orgullo.
El año pasado tuve un profesor de psicología, donde me hizo escribir un cuadro donde estaba escrito lo diferente que somos las mujeres de los varones. Según él los varones les cuesta “desarrollar vínculos o conversaciones con otros” y las mujeres “lo que le cuesta es el silencio, habla en forma incontenible, siempre tiene una palabra apara todo lo que vive”. Y lo que yo creo es que para ser consejero estudiantil, y habiendo sufrido esa etapa de su vida no sabía nada de lo que sentimos los adolescentes. Porque ahorra no tenía una palabra que explicara cómo me sentía, ni una sola, era como tener todas las palabras escritas en un papel y vos solo ves la hoja en blanco.
No quería pensar, Salí del lugar y me dirigí a la playa. Tenía una lista de deseos y de los 34 deseos que quería cumplir, uno de ellos era conocer el mar, específicamente era el deseo 12.
Aunque supe que conocer el mar iba a ser asombroso, nunca creí que superara mis expectativas, era… hermoso y mas con la luz de la luna. Era oficial la playa es de ahora en adelante mi lugar favorito.
Me senté en la arena sintiendo como el viento soplaba haciendo que se enredara mas mi cabellos más de lo que estaba, seguro.
No me di cuenta y pase como una hora sentada en la arena a orilla del mar. Debían estar preocupados los chicos, pensé.
Al entrar al antro busque con la mirada a los chicos, estaban todos en el sector V.I.P., incluyendo Matt. Ya era tarde así que cuando estuve con ellos, propuse irnos, nadie se negó.
Por suerte Matt se quedo un rato más. Me despedí de Julián, me pidió mi número y se lo di, después nos fuimos. Estaba cansada tanto que me dormí de camino a casa.
Parpadee unas cuantas veces para acostumbrarme a la luz, me encontraba en la habitación, en mi cama.
Me levante y vi que todavía tenía puesto mi ropa de anoche, saque ropa del armario y me fui al baño. El agua fría, logro despertarme.
Ya vestida con mis shorts de jeans una blusa sueltita que decía whatever y mis sandalias, me dirige a la cocina bajando por las escaleras.
En la sala se encontraban todos hasta mi tía, estaban mirando una película.
-Hola, buen día- dije sentándome con ellos en el sofá.
-Buenas tardes querrás decir- dijo mi tía Maririéndose.
-¿Qué hora son?- pregunte.
-Son las 2:45 de la tarde- respondió Andrew viendo en su reloj.
- En la cocina te guarde un poco de lasaña- me dijo mi tía.
No tenía hambre, pero si sed. Me levante del sofá y me fui a la cocina, abrí el refrigerador y saque la jarra de jugo de naranja que había. No me sorprendió que me despertara tan tarde. Regrese a la sala.
-Estábamos por ir al cine, ¿quieres venir?- pregunto Connor quien ya estaba parado poniéndose su chaqueta, igual que los otros incluyendo a Ema.
-No gracias, no tengo ganas de salir mejor me quedo con la tía Mar…-
-En realidad, me llamaron del hospital me necesitan de emergencia- me interrumpió Mari.
-Está bien, vallan yo me quedo aquí- dije sentándome en el sofá y prendiendo la tele, que estaba apagada.
-Bueno, yo capas salga mañana a la mañana del trabajo, saben. Hay comida en el refrigerador y también hay plata por si quieren pedir algo para comer, llamen si me necesitan los quiero mucho, me voy- dijo mi tía saliendo rápido de la casa, debe ser una emergencia muy importante.
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An Extraordinary Love
RomanceAlison Hamilton una chica de 17 años afectada por la muerte de sus padre. Tendrá que cambiar su vida radicalmente, cambiarse de país, con sus hermanos, a ir a vivir con su tía y sus dos hijos. Pero todo cambia al conocer a Matt Lonner el chico mas b...