Parte 45

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Necesitaba a Suran porque quería cambiarle mi definición de amor. No, amar no es depender, me equivoqué. De esto me di cuenta por la situación de mi novia. Esta situación la cual me volvía distante. Yo creía que con una canción lograría remediar ciertas cosas pero, al parecer, lo empeoré. Entonces quería entender.

Amar es...

­-¿Dónde está mi piano?-

Depender.

Maldita sea. No pude concentrarme en nada. Entre tantas cosas como Doyeon, Suran y mi memoria, estaba por volverme loco. Sobre todo porque ahora tenía la imagen de una chica que no recordaba, pero sabía que algo estaba mal con ella. Ella me sonreía y me señalaba que fuera con ella. Yo tomé su mano.

-Te asesinaré. No te muevas.-

Cuando intentaba recordar estas cosas siempre me quedaba como en una especie de trance, mirando a la nada, hasta que alguien tuviera que venir a despertarme. Esta vez fue Hoseok quien tocó mi hombro.

-¿Dónde está Suran?- preguntó al mismo tiempo que dejaba una gran cantidad de papeles en el escritorio de alado.

-Se tomó el día.- evité mirarlo, él se encontraba a mi costado. Supe que la conversación no había terminado cuando lo escuché suspirar fuertemente.

-Oye, lo que pasó la otra noche...-

-Descuida. Ya pasó.-

-Ella está bien, por si te lo preguntas.-

No llegué a preguntármelo ni una sola vez ese día, por eso me sentí peor.

No le respondí al chico lo anterior, me callé y esperé a que se fuera. Pero cuando estuvo a punto de salir, giré con él y le detuve.

-Déjame preguntarte algo.- dije. El ambiente era extraño: ninguno de los dos estaba molesto con el otro. Esta vez no me miraba con ese rotundo odio que me tenía, más bien atento. Solo era Hoseok. Hoseok, quien tal vez sabe de otras cosas que hice en el pasado. Tal vez él podía decirme sobre la chica pelirroja.

-¿Y bien?-

Pero fui un cobarde otra vez. –Nunca he hablado de esto porque realmente no me importaba.- ese tono serio lo alarmó un poco, fue bastante notable que hasta soltó la manija de la puerta para girar completamente hacia mí. –Doyeon.-

-¿Qué quieres saber de ella?-

Me tomó tiempo replantear esto. Ya que no pude preguntar de la chica incógnita de mi pasado, tenía que sacar algo sobre mi novia. Pero no tarde mucho para encontrar algo que me interesara. Porque al parecer sí había algo.

-Tú sabes... que yo tengo una razón por la cual soy así.- note que frunció el ceño. –Y tú tienes una razón por la cual mirarme de esa manera.-

-Esa razón eres tú, ¿recuerdas?- sonó agresivo pero lo dejé pasar.

-Lo sé. Entonces solo quiero saber... cuál es la razón de Doyeon.- sí, esto tenía que ver mucho con lo ya pasado así que no fue un desperdicio.

No fue adecuado preguntarlo así, menos el momento. El silencio fue incómodo para ambos. Hoseok cerró la puerta y se dirigió a sentarse en el sofá. Le di la espalda en lo que tomaba su tiempo para responder. No sé por qué sabía que la respuesta no me gustaría. Me arrepentí de haberle hablado desde el principio.

-Doyeon... es sietemesina, debido a riesgos en el embarazo de mamá.- escuché atento a pesar de tenerlo detrás de mí, mientras el fondo de pantalla de mi teléfono empeoraba mis emociones. –Era demasiado pequeña para sobrevivir, habían tantas posibilidades de perderla, ¿entiendes? Dile eso a una mujer que ama a su bebé. Dile eso a un hermano que ama a su hermana. Es que... al verla... solo te queda protegerla. Esconderla. Y con el asqueroso mundo que hay allá afuera, uno no tiene opción.- eso fue una indirecta para mí, lo sé. –Ella es así... porque no conoce nada. Mírala ahora. Justo en el momento que decidimos darle más libertad, en el instituto, apareciste tú. Y después de eso todo se fue a la mierda.- tuvo razón. –Ella es así... porque no te conoce. Depende de ti... y no te conoce.-

Me ama... porque no me conoce.

...

Apagué el teléfono cuando terminó de hablar. Seguidamente escuché el portazo definitivo que aseguró su salida. No sé qué fue eso pero me pegó demasiado duro en el corazón. Yo sé lo pequeña es, lo frágil que es, pero su ingenuidad nunca dependió de mí. Hoseok me echaba la culpa de todo como si yo la hubiera criado de esa manera. Pero me di cuenta, más tarde, que tal vez sí fui parte en algún momento.

Todos se habían ido. Caminé cautelosamente entre los casilleros. Estaba oscuro, no sé por qué no encendí las luces antes. Encontré el casillero con las iniciales que buscaba. Rompí el candado con una roca y logré abrirlo. En la puerta de este observé un calendario. Otoño. El 15 de ese mes se llevaría a cabo una ceremonia en el instituto. Luego, la foto de una niña llama por completo mi atención. No pude evitar sonreír.

-Jung tiene una hermana.-

La amo porque me ama.

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Piezas de rompecabezas. Mi memoria estaba armándose por sí sola. Sin seguir un patrón ni nada, solo aparecía como piezas cayendo de la nada. Siempre actué como si no me importara. Nunca se lo dije a nadie. Ni siquiera cuando colapsé en aquella curva, cuando Doyeon gritaba mi nombre porque estábamos a punto de morir. Esto solo era el comienzo.

...

~ Cotton Candy ~ Suga - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora