~ Cotton Candy ~ Suga - BTS

Parte 74

Fue una idea absurda, tal vez sin sentido, pero no creí que daría resultado por un momento. Por supuesto que lo pensó demasiado, lo noté, quiso negarse los primeros segundos, pero cedió por ella misma sin que yo insistiera. Tendría que ser bueno, ¿cierto?

La esperé en la acera mientras cerraba el lugar, vino hacia mí sin decir nada. Le compartí una leve sonrisa que ella ignoró, luego me siguió hasta el auto. No caminó a un lado mío. Me siguió.

Subí al auto primero y tuve que esperar a que ella lo hiciera. Se quedó de pie fuera la puerta del copiloto, mirándome. Tuve que bajar después de unos minutos para ver qué sucedía con ella.

-¿Sucede algo?-

-Uhm, creo que no quiero ir, Min Yoon Gi. Cambié de opinión.- dijo.

No lo tomé tan mal, supongo. -Bien, entonces...- demonios, no se me ocurrió nada. -¿Te veo luego?-

Dejó de mirarme a los ojos. -Min Yoon Gi.- solo dijo mi nombre para tener tiempo de pensar. -Creí que ser amigos sería más fácil.-

-¿Qué quieres decir?-

-Nada. Será mejor que me vaya.-

En otras palabras, no pude acercarme a ella una vez más. Tan mal tendría que estar para no soportar estar junto a mí ahora.
Hoseok me había asegurado que ella aún me quería, luego de hablar otra vez con él me dijo que ella sufría por dentro debido a lo que sentía por mí. Aún estaba enojada conmigo, pero me amaba a pesar de ello.

Si aún era la Doyeon que recordaba, significaba que sus emociones solo estaban en una discusión de dos lados paralelos. Me odiaba y me amaba, y no me daba la oportunidad de remediar su rabia.

Pero ese odio no podía ser tan solido como sus sentimientos de amor.

-¿Y cuál es tu plan?- Seokjin me preguntó.

-No tengo plan.-

-¿Y por qué me trajiste a esta joyería?-

-Quiero un reloj caro.- dije, fingiendo indiferencia mientras miraba la vitrina de las sortijas.

-Ya tienes un reloj caro. Min Yoon Gi, ¿piensas proponerte a Doyeon sin arreglar su relación?-

-No es lo que planeo. Quiero ver este, por favor.-

-Entonces sí tienes un plan, ¿no?-

-No. Mira, el anillo de eternidad es un símbolo de lucha y amor, mi padre se lo dio a mi madre antes de casarse. Su relación no era aprobada por mis abuelos así que papá prometió una vida feliz a mi madre con ese anillo, a pesar de todo. Y al final se casaron. Así que esta sortija...- señalé la que el hombre sostenía para mí sobre el mostrador. -Será... para cuando Doyeon quiera casarse conmigo en serio.-

-¿Cuándo podré casarme contigo?-

-Es gracioso que tu padre le prometiera felicidad a tu madre y luego naciste tú.-

-Cierra la boca.-

-Como sea, Min Yoon Gi, ¿entonces ese es tu plan? Deja de darme vueltas, ¿cuándo piensas intentar darle el primer anillo, después de lo último que te dijo? Porque te aseguro que tu madre no estaba enojada con tu padre cuando aceptó el anillo, ¿o sí?-

Le hice un ademán al hombre señalando que me llevaría el anillo. Hice caso omiso a las palabras de Seokjin por el momento. Me pareció graciosa la manera en que me miró cuando cedí mi tarjeta de crédito.

-Daegu te volvió un loco de primera. Antes ya eras terco pero ahora... ahora no tienes remedio, Min.-

-Solo deséame suerte como siempre lo haces.-

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La verdad, no tenía nada planeado realmente, solo quería tener ese par que yo denominaba alternativas. Ya que había aparecido de nuevo en su vida, yo estaba confiado en que Doyeon no estaría enojada conmigo para siempre.
Quería remediarlo rápido antes de que surgiera algo peor que la lastimara aún más. Me negué rotundamente a que ella siguiera sufriendo debido a mí.

"De Kim Seok Jin:
¿Sabes cómo llegar? Es el salón del último piso"

Llegó la fiesta de compromiso de Namjoon. Hice el último arreglo a mi saco antes de tomar mi reloj de la mesa y ponérmelo, junto a él se encontraban ambos anillos en sus respectivas cajas. ¿Por qué tuve que pensar y dudar sobre cuál llevaría esa noche? Estuve seguro que nada pasaría.
Sabía que Doyeon estaría allí pero... ¿qué podía hacer yo que no haya intentado antes?

Lo más seguro es que la haría llorar si intentaba hablar con ella otra vez.

-Bienvenido.-

Llegué al último piso de tal hotel elegante. Las puertas del ascensor se abrieron directamente en el gran salón. Solo pude ver a docenas de personas que desconozco hasta la fecha, mesas alrededor de una pista de baile y al fondo un pequeño escenario y sus músicos. Telas en blanco y dorado, melodías de violines en una hermosa armonía, risas de extraños en todos lados.

-¿Min Yoon Gi?-

Me esperaba a cualquiera menos a ella, en serio. No había dado ni tres pasos fuera del ascensor cuando Suran se topó frente a mí. En un vestido verde que no dejaba mucho a la imaginación las pecas en el espacio entre sus pechos, ah, una copa de champán a la altura de su hombro.

Ya hacía un mes que yo había vuelto a Seúl, no estaba seguro si ella sabía de mi regreso, pero no le tomé tanta importancia. Ella lucía tan bien, cabello negro y todo, no tenía cara de que me odiara por haber arruinado un poco su carrera. Aunque...

-Qué sorpresa.- creo que sonrió. -No pensé que Namjoon te invitaría, quiero decir, después de...-

-¿Cómo te va en tu spot de radio?- pregunté para molestarla.

-No es un spot.-

-Lo que sea que hagas en ese micrófono en la cabina, solo sé que no cantas y nadie te ve.-

Noté esa sonrisa para esconder su rabia, como si no la hubiera ofendido, pero vaya que lo hice.
De pronto, antes de que ella pudiera argumentar algo innecesario, alguien llegó a su rescate. Lo recordé, ese chico Jinyoung, quien llegó a abrazarla de la cintura y a mirarme a mí con esa misma expresión de hace tres años.

-Cuánto tiempo.- limitó a decir.

No respondí.
Al no tener respuesta de mi parte, siguieron su camino. Bien, rearmé mi drama con ese par y no pasaban de las 8.

-Min, estás aquí.- Hoseok llegó conmigo. Lo seguí al área del bar. -¿Champán?- me dio una copa.

-¿Viniste solo?- tal vez ebrio no podría dudar tanto sobre si hablar con Doyeon. -Quiero decir...-

-Ya no soy el guardaespaldas de mi hermana, ¿recuerdas? Pero ya que preguntas por ella, creo que está bailando con...-

Choi Youngjae.

...