Entre mi oscuridad

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<Corre Kiara corre...>

Mis pies toman el rumbo del camino por si solos, en lo único que puedo pensar es en la adrenalina que se inyecta en mi sistema como una descarga eléctrica.

No puedo parar de correr, no puedo ver si todavía están detrás de mi.

Tengo tantas cosas en mente que esto es libertad para mi, esta es mi pasión, ser fugutiva siempre es lo que soy y seré.

Paso a toda velocidad contra el camino empedrado de los callejones del barrio donde vivo.

Sonrío como idiota porque esto se siente bien.

No bajo el ritmo nunca, siento el sudor excoser en mi nuca y en mi frente más no paro, al contrario subo el ritmo a pesar de la tención en mis articulaciones.

Subo con agilidad la maya de las canchas viejas  y el cual tiene paso restringido y sólo así me permito ver detrás de mi, para saber si me siguen.

Al parecer los únicos dos hombres que estaban a mi altura de trote no pueden subir la maya.

Les enseño mi valioso dedo de enmedio y les mandó un beso.

Me río tratando de respirar bien y así es cuando bajo el ritmo y empiezo a caminar hacia el lugar donde vivo.

Camino lentamente tratando de recuperar la respiración por el callejón, que uso como atajo, encontrandome con ratas y un niño bajo muchas latas de frijoles y mucho carton viejo.

Al revisar en la chaqueta que acabó de robar, me encuentro 20 dólares, se los doy al pequeño.

No necesito ese dinero sucio.

-Gracias- dice el niño, que aparenta de 7 años, peor con problemas de desnutrición.

Pero este niño con desnutrición tiene más transparencia y más humildad que otras personas que viven en la gloria.

Sigo mi camino luego de un asentimiento de cabeza al pequeño.

Pasar por estas calles desgastadas y pobres me llenan de melancolía, pero esto es lo que soy, esto es de lo que vivo.

Tres toques coordinados a la casa rodante donde vivo son suficientes para que me abran la puerta y me dejen pasar.

-Que hay- digo sin ánimos.

-tenemos un botín de los grandes, ¿Quieres participar? - dijo Zack, mi amigo desde la infancia y jefe de la banda.

-estoy cansada...acabó de robarles a unos sujetos y estaban muy llenos-digo orgullosa.

No fue difícil, nada lo es cuando tienes mis ventajas, pero aveces llega a ser aburrido y monótono.

Nunca actuó sin pensar, siempre tengo un plan, no soy de las que improvisan, soy de las que les gusta usar el cerebro de ves en cuando.

Aparte que en mi puesto nunca puedes improvisar, el mínimo error y te eliminan.

Me quito la peluca roja que uso siempre para que no me reconozcan y me quitó las gafas también y las dejó sobre la mesa pequeña que está al lado del sofá; donde se encuentran Zack, Joe y Martín.

Joe es el especialista en armas de la banda, sus movimientos son ágiles a la hora de usar una pistola y nunca duda al usar un arma blanca.

Martín es el negociador de la banda, el que arregla problemas y esconde la droga y la vende, tiene un gran carisma.

Yo soy la de las estrategias de la banda, preparó todo con mi capacidad mental y nunca cometo errores a la hora de un robo.

Como mencioné antes Zack es el líder de la banda, él dirige, comanda y contrata a los novatos de la banda, los que sólo venden y compran la droga; aveces hacen algunos mandados y favores para la banda.