¡Puto Yami!

La invención.

~ ¡¿Q-QUE?! ~ Grito con un notable tono como... Angustiado.

- ¿De que te sorprendes? Crei habértelo dicho antes. -

~ ¡No Kaiba! ¡No lo hiciste! D:< ~

- Pues... Ahora lo sabes, prepárate. -

~ ¡No jodas Kaiba! ¡Yo quería quedarme con Yugi! ~ Aww... Espera... ¿Que estoy diciendo?

- Mira cabeza de hoja, te di ese cuerpo por qué eras un gran sujeto de prueba y el más apropiado para portarlo, pero ahora vas a tener que mantenerlo ¡Y eso es multiplicando todo el dinero y trabajo que use para ello! Así que vendrás con migo a esas convenciones lo quieras o no. -

~ Pero... ~

- No me interesa. Despidete o lo que sea, partiremos mañana. -

Después de haber dicho aquello Yami se fue cabizbajo hacia nuestra habitación, literal fui corriendo lo más rápido que pude para llegar primero y sentarme en la ventana haciéndome el interesante mirando no sé a dónde ¡¿Por qué estoy haciendo esto?!

~ Oh, Yugi. ~

- ¡Ah! Hola Yami, no te vi jejeje... - Claro... Ahora yo soy el idiota... Genial...

~ Que raro, creí que mi presencia era despampanante. ~

- Ya quisieras. -

~ Jajaja ¿Y que tanto ves? ~

- Ah nada... Solo... Cosas... -

~ ¿Cosas? Actúas un poco extraño. ~

- Callate, no tienes derecho de decirme algo así. -

~ Jajaja ¿Por qué? Lo que yo hago no es raro. Son mis gustos. ~

- Ah claro, señor me disfrazó de Dark Magician Girl 7_7 -

~ ¡A nadie se lo vas a negar! Me veía muy sexy con ese traje. ~

- Pff... Eres un idiota. -

~ Pero soy tu idiota. :3 ~

- ¿Por qué siempre dices eso? -

~ Por qué me gusta decirlo. Es tierno ver tu rostro enrojecido. ~

- P-Pues claro que me pongo así... No es normal que alguien te diga que es de tu propiedad... -

~ Umm... Entonces cambiaré la frase. ~

- ¿Uh? -

Y seguidamente solo me abrazó de una manera muy infantil.

~ ¡Entonces tú eres mío! ♥ ~ No pude evitar enrojecer frente aquello ¡Me fastidiaba que dijera cosas asi! Era bastante molesto... O almenos odiaba el efecto que creaba a mi...

- ¡Sueltame! -

~ ¿Por qué siempre eres tan repelente con migo? ~

- Por que siempre que me abrazas o te acercas demasiado a mi, de ley una mano termina en mi boxer. -

~ Jejeje... ~

- ¡Así que no me abraces! -

~ De acuerdo, de acuerdo. Admitiré que tienes un punto, entonces hagamos algo. ~

- ¿He? -

~ Sujeta mis manos. ~ Sonrió mientras me las extendía y yo solo las tome con desconfianza, esperandome lo peor.