¡Puto Yami!

¡Aceptame pinche renegado!

Me despertaba lentamente en una habitación con poca luz. Sentía muy cómodo mi cuerpo y no tenía ningún tipo de malestar en mi ser a excepción de tener los ojos un poco pesados. Lentamente me fui levantando tratando de entender mi situación pero siendo honesto, estaba completamente perdido.
Al ver a mi alrededor estaba en un habitación bastante lujosa... Había de todas las comodidades en este lugar a lo que solo pude pensar una cosa.

- ... No se que está pasando aquí pero... O estoy soñando o esto es culpa de Yami. - Hablé para mí mismo para seguidamente tratar de ponerme en pie. Era extraño, mi cuerpo se sentía algo diferente... Como... ¿Renovado? - ¿Donde estará Yami? - Pregunté. - Oh bueno... Tal vez es más importante descubrir donde estoy... - Y después de pensarlo un poco más... - ... Nah, Yami. - Seguramente se había metido en algún problema por lo que yo, como siempre, tendría que resolverlo. Trate de buscar mi celular pero nada. No traía los mismos pantalones de antes por lo que me preocupe... Ahora sí estaba mucho más interesado de descubrir que había ocurrido. Lo más intrigante aún era que tenía ropa de marca, una bata bastante elegante y cómoda que olía a nueva, con unas pantuflas igual de lindas y afelpadas... Quizás no sabía lo que sucedía pero... Me gustaba.
A un lado de la cama estaba mi rompecabezas, el cual no pude evitar sonreír al verle.

- ... Siendo honesto... Mi vida se volvió mucho más interesante al armarte ... - ... Por alguna razón sentí una cálida sensación en mi pecho... Me sentía... Feliz al recordar aquellos momentos en los que el ir a la escuela y pelear con alguien era tan normal... Lástima que no volverán a pasar...
De la nada la puerta de la habitación se abrio y apareció Joey sosteniendo una bandeja con comida entre sus manos. Al ver que estaba despierto una sonrisa se formo en su rostro y literalmente corrió hacia mi.

- ¡Yug! - Grito con alegría para abrazarme. - ¡Me asustaste! ¡Crei que no la contarías! -

- ¡Joey! Me alegra verte. - Sonreí, a decir verdad si lo extrañaba.

- ¿Por que faltaste al instituto? ¿Ocurrió algo? ¡Tea está que se muere por saber de ti! -

- En realidad han pasado muchas cosas... - Dije un poco cabizbajo. - ¿Cómo estás tu? ¿Te encuentras bien? -

- ¡¿A quien le importa?! ¡Me tenías preocupado! -

Me conmovió la actitud de Joey... Realmente agradecia tener tan buenos amigos. Trate de corresponder su abrazo lo más que pude.

- Lamento el haberte preocupado... Pero... ¿Podrías decirme dónde estoy? -

- Estamos en... Bueno, en la mansión de Kaiba. -

- ¿Uh? ¿Que hago aquí? -

- Yami te trajo. Llegaste desnudo y notablemente mal así que Kaiba se hizo cargo de tu cuidado. -

- Pero... N-No comprendo ¿Por qué Kaiba aria eso? Nos odia a todos y ¿¡COMO QUE DESNUDO!? -

- No es tan maldito como piensas jejeje. - La sonrisa en su rostro me hizo entender muchas cosas.

- ¡Joey! ¡¿Donde esta Yami?! -

- Esta en Kaiba.corp haciendo pruebas con el cuerpo, fue el precio que le puso Kaiba por hacerse cargo de ti. -

- Ya eso suena más al Kaiba que conozco. - Hablé entre risas a lo que Joey me siguió. - Jmm... Ya con todo aclarado ahora quiero preguntar... ¿Que haces tú aquí? - Le mire acusatoria mente a lo que se puso nervioso.

- ¡Es obvio que vine a ver cómo estabas! -

- Me ofende que creas que soy tan idiota como para tragarme un cuento así, ahora responde. -