• Yuanfen; { Kyusung}

• 5;

No estaba tranquilo mientras tenía la mirada de HeeChul sobre su persona mientras se estaba llevando unas cuantas galletas de chocolate a la boca para calmar su apetito.

Pero no podía pasar de desapercibido a HeeChul desde el anterior día. Si, había llegado y el mayor lo había hecho más temprano de lo que había dicho, lo vio bajar de aquel auto y desde ese momento no suavizaba la mirada, estaba seguro que quería que le dijera quién se trataba pero no le iba a decir que se trataba del hombre de sus sueños, lo iba a tratar de loco, peor, lo iba a mandar ahora con el psiquiatra.

Así que le iba a inventar a cualquier hombre, o mejor, a HyunWon quien le había dado su número telefónico. También tenía que hablar para disculparse.

¿Pero borracho? No recordaba, en serio. Solo recordaba aquellas imágenes bizarras que llegaban a su mente de un momento a otro, pero no podía ser verdad. Esas cosas solo pasaban en las películas, y ni eso, a veces no eran tan sangrientas. Debió haber bebido algo sumamente fuerte para imaginar algo tan real.

—Ayer conocí a un chico. —susurró al fin, notando como el mayor ponía atención.— pero no era la gran cosa.

—Pero si te vino a dejar.

Al fin había dicho algo, y se sintió aliviado. Ahora estaba mintiendo y eso detestaba, vaya.

—Es que vive lejos, se tomó la molestia de venir a traerme —miró aquellas galletas antes de tomar una y jugar un poco con esta—, da igual si no lo volveré a ver.

—Suenas desilusionado.

¿Lo sonaba? El mismo alzó la mirada un poco confundido, estaba seguro que las cosas no eran así. No es que fuera a ver a ese tal KyuHyun de nueva cuenta.

Solo había sido una pequeña coincidencia del destino. Una muy rara por hacerlo soñar con el, pero había leído que había algunas personas que soñaban con las personas que estaban a punto de conocer. Así que estaba con la gran idea de que ya quería soñar con alguien más para dejar a aquel castaño de lado.

Ojalá que ese próximo alguien no se cruzará en su camino, mucho menos borracho para no volver a imaginarse cosas.

—¿Acaso aquel hombre te atrajo? Té quedas mirando aquella galleta como si fuera la última del universo.

Salió de sus propios pensamientos al escuchar al mayor. Negó con lentitud y dejando está sobre la mesa, había comido demasiadas galletas por aquel día.

—Me acordé de algo.

—¿De que? —seguía con sus preguntas que solo lo hacían ponerse nervioso.

—Creo que debo de hacer dieta, estoy subiendo de peso —musitó pasandose la mano por la cara y después por su mentón—, ¿No lo crees? Mañana saldré temprano a correr.

—Oh por dios, llevas tanto tiempo sin hacer ejercicio..

—Ya sé, ya sé. Pero, ¿Acaso no puedo?

El otro negó con lentitud pero esta vez una sonrisa boba se había formado en sus labios antes de mirar hacia la televisión encendida. No había nada bueno en la programación.

Ni siquiera sabía porque ellos dos estaban interesados en ella si estaban más interesado en andar comiendo.

Llevó la última galleta hacia su boca recordando lo de hacer dieta, joder. Bueno, iba a empezar el siguiente día así qué no habría culpa si comía como marrano aquel día. ¿O sí? No, no había culpa. Le respondió su subconsciente.

Más tarde se encontraba fregando los trastes, escuchando música y cantando al tope. Esa era su distracción de aquel domingo donde no tenía nada que hacer, según él. Incluso pudo haber sido un día maravilloso en casa, comiendo, cantando, durmiendo, si no fuera porque su celular comenzó a vibrar. Obligándolo a bajar el volumen de la música y responder un poco agitado.