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Jamás se atrevió a decirle que aparecía en sus sueños. Hablaron de cualquier cosa pero menos de sus sueños.

Este se veía una buena persona. Pero no podía dejar de verlo, tan parecido a esos sueños que lo tenían casi con el pendiente. Pero, había algo mejor; desde que había hablado con este, no había soñado con nada de eso. Algo tan genial que le daban ganas de verlo seguido.

Ya ni se acordaba lo que era dormir demasiado bien. Ahora si podía decir que tenía un buen ánimo desde que había abierto los ojos.

Mientras Yesung estaba contento. Por otro lado se encontraba un KyuHyun demasiado callado mientras iba caminando por el bosque, abriéndose paso y notando cómo los animales decidían alejarse cuando se cruzaban en su camino, como siempre hacían.

Su mirada iba de un lado a otro, buscando aquella vieja que no solía estar quietas en un solo lugar. Esta le encantaba que la buscarán de forma desesperante cuando más se le necesitaba, pero el no iba a caer en ese maldito juego.

Respiró profundo por última vez, antes de girar hacía unos arbustos.

—Ya sabes a qué he venido. —dijo de repente ocasionando qué estos se movieran.

Aquellos pequeños arbustos se juntaron hasta quedar hechos como una bola de hojas. Qué al instante que se volvieron a mover por el aire. Dieron a ver a una mujer arrugada y no tal alta que llevaba una túnica verde encima suyo. Una túnica demasiado sucia.

Esta sonrió divertidas, ya conocía sus trucos de camuflarse para hacer todo interesante cuando no lo era.

—Debía de suponer que el gran KyuHyun me iba a encontrar rápido..

—No vengo a charlar —interrumpió de nuevo mientras se acercaba hasta esta para quedar enfrente—, ¿Yesung está vivo?

Ella sonrió más amplio. Y en ese momento tuvo ganas de ahorcarla pero solo mantuvo sus manos quieras. Podría hacerlo después.

—¿Lo has visto verdad? ¿Te lo has encontrado?

El guardo un poco de silencio, así bajando un poco la guardia de seriedad.

—Hay un chico, más delgado pero tan parecido.

—Yesung, Yesung.. —esta murmuró juntando sus manos y formando una esfera blanca entre estas la cual alzó un poco hacia el castaño.— ¿Es él?

KyuHyun puso atención cómo aquella esfera se iluminaba, como si de un televisor aclarando su imagen se tratará. Entonces al tener clara aquella imagen, notó a aquel chico quién se veía estaba sentado en una mesa de cafetería.

Se veía que estaba distraído, anotando algo y llevando su mirada hacia las personas que estaban trabajando en aquel lugar. Pero las cosas que estaba haciendo era lo de menos, más bien eran sus facciones. Esos ojos, sus labios, su perfil. ¿Por qué el destino era así de cruel? En poner alguien parecido al amor de su vida.

—No, no, no es alguien parecido, querido príncipe —la voz de aquella bruja hizo que está vez la viera a ella de mala gana—, este chico de aquí, es la reencarnación de Yesung.

—¿Reencarnación?

Esta asintió mientras con sus manos atrapaba aquella esfera de luz hasta encerrarla entre sus manos. Así quitó su diestra para dejar extendida la palma izquierda donde se veía un collar, con un espejo en medio.

—Yesung volvió a este mundo. Y será cuestión de tiempo para que su memoria sea recuperada. Y depende de los demás, si el caos se desatará o no.

Entonces sintió una horrible corriente eléctrica recorriendo su espalda, algo que le hizo ponerse demasiado tenso.

—El murió enfrente de mis ojos, yo lo ví como..

• Yuanfen; { Kyusung} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora