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No entendía el porqué no podía dormir bien. Cada que cerraba sus ojos y se dejaba vencer por el sueño, la imagen de cierto castaño llegaba hasta su mente hasta dejarlo casi sin aire. Todo era tan real, como si en verdad lo hubiera vivido en vida.

Pero joder, era 2018, ya no existía castillos, los príncipes eran cosa de juegos. Ahora todo era demasiado diferente a lo que esos tontos sueños le hacían pensar, o más bien soñar.

Aunque estaba harto, no podía poner demasiada atención a todo lo que hacía. ¿Por qué? Porqué todo volvía a su cabeza para no dejarlo tranquilo, incluso se la pasaba bostezando la mayor parte del día y estaba seguro que las ojeras estaban siendo parte de su rostro. Si HeeChul comenzaba a darse cuenta, estaría seguro que ya tendría mil mascarillas encima del rostro.

Escuchaba el sonido de la cuchara ser golpeada con suavidad en el plato para poder tomar comida, seguido del sonido que hacía la boca al momento de absorber un poco de sopa. Más el sonido lejano de la habitación. HeeChul se encontraba desayunando a su lado.

Ambos eran mejores amigos, y desde que habían decidido poner una cafetería bajo el mando de ambos. Entonces llevaban demasiado tiempo viviendo juntos. Actualmente estaban en busca de poner una segunda cafetería en el centro de Seúl después de que Mouse & rabbit tuviera el éxito que hoy en día tenía, quizás también era por el estrés de eso. De tener tantas cosas encima.

Ni siquiera se dió cuenta cuando HeeChul estaba tomando de su vaso de jugo sin despegar la vista de el. Tenía un sueño inmenso.

-Yesex.. -este murmuró haciendo que saliera de su ensoñación-, no dormiste bien, pareces un zombie rechazando esa sopa.

Más bien había sonado como reclamo porqué este era quien la había preparado gracias a internet.

-No es eso -prefirió tomar la cuchara para tomar un poco y evitar que se ofendiera-, Sigo teniendo esos sueños, donde soy un guardia que traiciona a su príncipe justo en el día de su boda.

-¿No crees que estás viendo muchas películas de guerra?

Tal vez podría ser eso. Su mente capturaba todo lo que su imaginación quería hacer realidad.

-Perdón por eso, Hyung. -esta vez suspiró haciendo que el mayor girara a verle un poco preocupado.- solo quiero dormir bien unas cuantas horas.

Siguió sin probar ni siquiera un bocado de comida, así HeeChul arqueó una ceja notando cómo volvía a abrir su boca para poder bostezar, en verdad se veía tan cansado que le daba miedo que se fuera a enfermar. Porque cuando Yesung lo hacía, era grave.

-Bueno, yo creo que deberías de ver a un psicólogo.

-Pero no estoy loco..

-Todos siempre dicen eso -su voz fue un poco dura pero reflejaba su preocupación-, el sabrá que tienes, incluso podría mandarte algunas pastillas para dormir para que ya sabes para qué sirven.

¿Pastillas? Sus ojos brillaron tan solo pensar en un sueño demasiado agradable, sin tal Cho KyuHyun atormentando sus sueños.

Asintió con lentitud, notando la sonrisa que había logrado en HeeChul quien había sacado el celular.

-Sacaré la cita para mañana, tengo un excelente amigo que es bueno en esto. -de inmediato sintió un poco de nervios pues jamás había acudido a un especialista-. Verás que será cuestión de una consulta para que descanses mejor.

Por puro capricho terminó llevando una cuchara de sopa hacia su boca para ver qué tal sabía, el sabor no era tan mal. Pero le faltaba sal.

Cuando estaba a punto de reclamar por ese pequeño incidente con la sal, miró a HeeChul quien le veía con cierta felicidad de haberlo visto probar del desayuno que había hecho, así que prefirió guardar silencio para no lastimar sus sentimientos. Aunque sabía que este le respondería con un: Maldita basura. Si es que le decía que le faltaba sal.

• Yuanfen; { Kyusung} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora