🌱Jardín🌱[[Victuuri]]

7🌹

El viento causaba que las pequeñas flores se movieran ligeramente, entre ellas una pequeña flor que habia sido plantada hace mucho había crecido sin que nadie se diera cuenta aún, Yuri había dedicado sus días desde hace casi dos años a un pequeño niño que reconoció como la pequeña esperanza que tenian despues de aquel fatídico día.

Yuri recuerda muy bien aquellos días donde vivio encerrado en aquel cuarto, vaya traición que habian hecho sus seres queridos, cerro sus ojos aún escuchando la voz de alguien en particular más sin embargo, no sabia a quien pertenecia ni recordaba mínimamente su apariencia.

Mamá- la voz en particular de su pequeño le llevo a la realidad y en sus manos extendía la pequeña maceta con la flor en ella de petalos con tonalidades blancos y rosas.

Vaya siento celos de que contigo si creciera - dijo riendo suave colocandose a la altura del pequeño - Quiza es por que esta feliz contigo.

Feliz-repitio el pequeño rubio con una sonrisa de oreja a oreja emocionado para correr con la pequeña maceta en manos por todo el patio trasero.

Yuri se sento en el cesped para despues ver que su pareja se acercaba - Hola amor- sonrio levemente al ver a  su amado.

Vaya, pense que el pequeño Yura no lograría hacer crecer una semilla tan rapido - dijo encogiendose de hombros.

Todo lo aprendio de mi -le guiño el ojo seguido de algunas pequeñas risas- Al parecer el deseo se concedió y eso la hizo crecer.

¿deseo?- dijo Victor curioso alzando su ceja mientras sonreia levemente.

Claro, queria un bebé- murmuro mordiendo su labio.

¿Cuantos años tendría ahora?- cuestiono con una mueca de tristeza.

Creo que estuviera por tener los cuatro años o ya los tuviera -  murmuró con alegría- sabes, recuerdo que ese día fue por ayuda de alguien que tu y yo nos volvimos a ver.

Yo solo recuerdo que un joven de cabellos cafés me visito una noche, hacia frío por que no estabas a mi lado - dijo con tristeza- él menciono algo de donde estabas y desapareció, creí que era un sueño pero al obedecer te encontré.

Tambien me ocurrio lo mismo solo que él me pidio algo muy extraño...dijo que despues me lo cobraría pero aún tengo mis dudas- suspiro dejando salir un poco de todo el estrés que le carcomia.

Quizá si hubiera llegado mas rapido el estuviera con nosotros - menciono el alfa con tristeza- tengo la culpa..

Yo la tengo...si no me hubiera metido con el prometido de mi hermana- miro a Víctor.

Y yo con el hermano de mi prometida...- solto una pequeña risa.

Nadie es culpable...miranos ahora estamos con un pequeño tornado de cabellos rubios - solto con risa Yuri mirando a su pequeño.

Oye, Yurio- grito el alfa- vamos al pueblo por compras.

Ya voy papi- dijo Yurio corriendo a donde sus padres lleno de emoción.

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Unos ojos esmeralda se encontraban mirando a cierto joven alto en la fuente principal del pueblo, hace dias que lo habia visto pero jamas se le ocurrio hablarle, era tosco en personalidad pero en realidad era un pequeño gatito asustado.

Mi nombre es Yuratchka- dijo firmemente el omega de cabellos rubios que llegaban a los hombros.

Otabek- dijo este sonriendo disimuladamente, aquel tierno omega ahora era todo para él
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Victor llevaba en sus hombros al pequeño Yura que miraba todo con admiración sus padres poco lo sacaban al pueblo asi que eso era emocionante.

Papá eso!- grito señalando los juguetes queriendo que le compracen algo lindo para destruirlo o dejarlo cuando ya no le divierta.

Yurio, si papá te compra eso, lo dejaras mañana - dijo Yuri con una pequeña sonrisa.

Prometo cuidar- dijo la pequeña voz infantil mientras Victor hacia un pequeño gesto por aquella mentira que siempre decia el menor.

Mira, mañana volvemos y lo compramos - engaño Victor al inocente niño mientras miraba que este asentia creyendo aquella tipica mentira de los padres a los hijos.

Gracias Victor - susurro Yuri con cierto toque de felicidad ya que odiaba hacer sentir mal al menor pero con ayuda de Víctor podia regular el temperamento del pequeño.

La noche llego cuando ambos llegaron a su cabaña donde el pequeño iba roncando con un trozo de un dulce que su madre le habia comprado pero aún asi habia terminado gran parte en su estomago y otros en sus mejillas, cabellos y ropa.

Homiga...- murmuro el pequeño tiernamente señalando al pequeño animalito que habia sido llamado gracias al olor del dulce.

Victor no dudo en llevar a bañarlo y arroparlo en su cama como todos los dias dandole un suave beso en la frente.

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Gracias por leer ;)