Formol y fuego

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Tras estas palabras, Zia, les condujo a la sala donde se encontraba el cadáver, el fuerte olor a formol en el aire, hacía casi imposible entrar a la sala. Fijó su atención en el cuerpo tendido. La melena de la joven permanecía de un inalterable color rubio casi blanco, sin embargo el color había abandonado su piel, que ahora se confundía con su pelo. Tendida, daba una sensación de soledad, que recorría la espalda de Colette, en un escalofrío. Su cuerpo cubierto por una sábana para mayor intimidad, escondía secretos que sólo el bisturí de Zia podía revelar.
- Bueno chicos, os he hecho llamar porque he descubierto algo relativo a la víctima, - comenzó Zia - antes que nada, deciros que me quedé anonadada.
- ¡Por dios, no le des más misterio! - dijo Katerina con un marcado acento ruso, que le salía cuando se enfadaba.
- Bueno, como iba diciendo antes de ser interrumpida... - y con eso echó una mirada a Katerina - mientras le practicaba la autopsia me di cuenta de que además de quemarle las manos para que no la reconociesen, la persona que lo hizo era, por así decirlo un principiante. Por lo tanto, y hago una pausa para que admiréis mi genialidad - continuó Zia - he averiguado la identidad de la víctima.
Mientras decía esto buscó en el ordenador una ficha y se apartó para mostrársela a todos.
- Amélie Aubriot, de 24 años, de drogadicta de campo a parisina estilosa, se rehabilitó y se trasladó aquí cuando cumplió los 20 - leyó Jack en voz alta.
- Su hermano por el contrario siguió en las drogas, murió hace 2 años, tiene una hermana viva, aquí en París; puede que la viera antes de morir, la interrogaremos - continuó Colette.
- Una cosa más, mientras que investigaba las quemaduras de las manos, me dio por mirar también, las de la cara que tanto os habían extrañado - dijo Zia - y lo que he descubierto es tremendamente sorprendente, no se las produjo ninguna persona externa.
- ¿Lo que estás diciendo es que o se quemó la cara a sí misma, o era una especie de dragón, o había actuado como tragafuegos en un circo recientemente? - preguntó Jack.
- Sí, eso mismo - contestó Zia - bueno, excepto la parte del dragón - .
- Bueno, Zia, gracias por las pistas, si encuentras algo más, avísanos y no te olvides que hemos quedado esta tarde para pagarte las copas que te debo - le recordó Colette.
- ¡Oh! No me digas que tenéis quedada de chicas, ¿por qué no me habéis invitado? - se burló Jack.
- Ríete todo lo que quieras, pero no te sorprendas si empezamos a reírnos cada vez que te veamos - le advirtió Zia con burla.
- No iréis a hablar de mí ¿no? - dijo Jack ya sin rastro de diversión.
- Quién sabe - se rió Colette.




Holaa, nuestra víctima ya tiene nombre y apellidos por fin. ¿De qué pensáis que son las quemaduras de las manos y la cara? Antes de despedirme decir que me encanta la amistad entre Zia y Colette. Me da que se vienen grandes cosas... Gracias por leer y soportar la espera.
Besos :3

La Última BalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora