Capítulo 26: Rabia

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Al caer la noche Villamil se dispuso a irse, para su desgracia tenía que pasar obligatoriamente por la recepción del hospital, no había otra salida, tenía que verle la cara a ella, a María, y él simplemente no quería, sentía ira entremezclada con miedo y preocupación, no sabía qué hacer, aceptaría o no la proposición de ella con tal de que no le dijera nada a Sofía o sería honesto con Sofía y así no tendría que engañarla. Su cabeza era un revoltijo de pensamientos e ideas, no tenía idea de su siguiente movimiento, pero tenía una cosa muy en claro, perder a Sofía no era una opción.

Después de pensárselo por un rato salió decidido a pasar hecho una bala por entre las puertas de cristal, sin detenerse ni un segundo, para así no toparse ni de casualidad a María.

Así hizo, caminó disparado hacia la salida, pero sus cálculos le fallaron pues sin darse cuenta chocó con alguien, se detuvo apenado y se hincó para ayudar a levantar las cosas que su torpeza había arrebatado de los brazos de una chica, mientras la ayudaba a levantar los papeles levantó la mirada y al verla sus ojos se abrieron sorprendidos.

– ¿Daniela? –Pronunció Villa incrédulo. – ¿Qué haces aquí?

– ¿Ni un abrazo, ni un beso, ningún hola novia te extrañé mucho? –Inquirió ella un poco molesta.

-Perdona, es sólo que nunca esperé verte aquí. Literalmente, nunca. – Negó con la cabeza desconcertado.

–Ésta mañana recibí una llamada, era una chica, dijo que necesitaban urgentemente una universitaria para dar un servicio social, que el pago era bueno y que un Doctor me había recomendado. Y aquí estoy. En fin, te extrañé mucho amor, tiene tanto que no nos veíamos.

Daniela, la novia de Villamil, ella era el secreto de Villa, la verdad era que él no había terminado con ella para estar con Sofía, él había querido hacerlo pero ella le había amenazado con suicidarse, lo cual causó que él tuviera mucho miedo y que no fuera capaz de hacerlo. Él ya no le amaba desde que Sofía había robado su atención y su corazón tiempo atrás.

Había querido contárselo a Sofía, pero con qué corazón, de dónde sacaría la voluntad para decirle, "Te amo a ti pero no puedo terminar a mi novia.", carecía de valor.

Eso la lastimaría mucho, ella entendería el miedo y la desesperación por parte de él, se portaría comprensiva como siempre, pero le dolería, le calaría interiormente, aún si no se lo dijera, o si tratara de ocultarlo, su alma se quebraría, el dulce corazón de ella era muy frágil.

El que Daniela estuviera en la zona no solo hacía que la mentira saliera a flote, en cualquier momento Sofía podría descubrir la verdad, y para colmo Daniela trabajaría en el mismo hospital, estaba casi seguro de que esa sospechosa llamada había sido realizada por María, una llamada cargada de maldad y amargura.

Él se sentía en el centro de un agujero cargado de problemas y pensamientos que sólo servían para confundirlo más.

No era que Daniela fuera una mala novia, mala persona, pero él simplemente había dejado de sentir ese "click" en su corazón, no quería estar con ella si no le amaba, porque eso sería cruel, pero cuando decidió decírselo ella se puso como loca y amenazó con cortarse hasta quedar desangrada. Lo cual lo asustó mucho. Habló con los papás de ella y les explicó todo, se asustaron al oír lo que Villa les había contado, pero sin embargo se portaron muy comprensivos, le habían rogado que simplemente no le dijera que ya no la amaba, que estando en otra zona ella no se enteraría, que estaba sufriendo un trastorno mental, y que no podía soportar ese tipo de situaciones, a lo que Villa aceptó.

Desde entonces se habían visto una que otra vez, uno que otro mensaje, trataba de ser lo más discreto posible.

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Daniela se lanzó a los brazos de su "novio" abrazándolo con fuerza, hundiendo su cabeza en el cuello de él.

–Te extrañé demasiado, ¿Ya no me amas? –Casi como una exhalación, apenas notoria. – ¿No soy suficiente para ti? ¿Ya hay alguien más? –Sollozó.

Él sólo la oía y giraba los ojos, el pecho de ella ascendía y descendía velozmente, él sintió lástima, no quería sentirla pero ahí estaba, de pronto una sensación de culpa lo invadió. Ella estaba así por su culpa, por no haber sabido cómo manejar las cosas.

En un abrir y cerrar de ojos ella ya lo estaba besando, Villa pestañeó fuerte, y quiso separarse pero ella lo sujetó con fuerza, para ser una chica delgada tenía mucha.

Cerró los ojos y los volvió a abrir pensando que quizá era una pesadilla pero no fue así, seguía teniendo sus labios unidos con los suyos.

Ella se separó de él expectante, cómo esperando que él le dijera algo como "Extrañaba tus besos" pero él sólo se mantuvo callado.

Una figura familiar tomó presencia en la escena a lo que Villa dio una profunda bocanada de aire tomando valor.

– ¡¿Qué está sucediendo aquí?! –Gritó fuerte Sofía llamando la atención de muchas personas.

–Puedo explicarlo Sofía te lo prometo. –Imploró él.

–No me prometas nada, que ya no te creo ni una sola palabra, mentiroso.

Sofía corrió fuera de ahí hacia el estacionamiento, no tenía idea de qué haría sin dinero, ni celular, pues ella sólo había bajado a despedirse de él, una vez más.

Su sangre hervía, la traición de él le había caído como una bofetada, y sentía sus ojos y mejillas arder.

– ¿Quién es esa? –Preguntó Daniela desconcertada y con cara de asco.

– ¿Esa? Es la chica que SÍ amo y tú acabas de arruinármelo todo. –En ese instante Villa se arrepintió de sus palabras, pues sabía de lo que ella era capaz.

Él se levantó de un brincó y corrió detrás de ella, su corazón daba un vuelco, no quería perderla, no podía.

Iba tan inmerso en sus pensamientos que mientras corría chocó con alguien, ya se le había hecho costumbre, últimamente estaba muy distraído.

–Fíjate por dónde vas. – María lo miró de abajo hacia arriba y soltó una carcajada. –Pobre chico, ¿A poco ya tan rápido me salí con la mía?

–Así que tenía razón, fuiste tú. –Dijo él tratando de contener la rabia.

–Ingenioso ¿No?

Villa giró los ojos y siguió corriendo. A lo lejos escuchó como ella seguía riendo, ¿Cómo cabía tanta maldad en un cuerpo tan diminuto?

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Un voto por cada vez que Villa choca con alguien por distraído.

¿Cómo van? ¿Les está gustando el giro de la historia? Perdonen el drama, el joven Villamil me lo contagia, en fin, espero estén disfrutando tanto como yo disfruto escribirla.

Atte. María

En un solo díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora