Narrado por Villa
Se sentía horrible mentirle, me sentía el peor ser humano del mundo, el peor novio, incluso si todavía no se lo pedía de manera oficial, sentía un clavo en el pecho, ¿Qué clase de persona le miente a la niña que ama?
Pero mis intenciones eran buenas, las mejores, si era preciso.
Yo, yo era la razón por la que Simón había tomado su teléfono y había huido casi corriendo de ahí.
Me sentí un ser despreciable.
Mientras caminaba el pequeño tramo que dividía la casa de Sofía con la mía, millones de diminutos pensamientos recorrían mi mente como un balde de agua fría.
¿Qué tal si Sofía descubría lo que había hecho? Seguro me odiaría. Me odiaría y nunca jamás me dirigiría la palabra de nuevo. Y tal vez lo merecía, solo tal vez.
De un movimiento abrí la cerradura de la puerta, entré a mi casa, y después de varios vistazos encontré mi saco, lo tomé, ya iba a girar la cerradura pero un pensamiento me detuvo, ¿Qué tal si Simón le contaba todo a Sofía y ella decidía creerle a él? Sacudí ese pensamiento y me dirigí a su casa.
Cuando llegué me quedé unos segundos parado en la puerta observándola, ella ya estaba esperándome sentada en el sillón de la sala, revisaba su teléfono atentamente, lucía tan preciosa, tenía una sonrisa en su rostro, el vestido floreado que llevaba puesto le favorecía demasiado. Estaba tan absuelta en lo que hacía que ni notó mi presencia, caminé unos pasos más y levantó la mirada, su sonrisa se ensanchó, esa sonrisa que me mataba.
De pronto recordé mi mentira e intenté no sacar a relucir una mueca pero fallé, pues ella lo notó.
– ¿Qué tienes? Te noto raro. –Dijo enarcando una ceja.
– ¿Yo? ¿Raro? En absoluto. –Dije forzando una sonrisa. – ¿Nos vamos?
–Mmm, está bien. –Dijo haciendo una mueca de que no estaba tan convencida. –Olvidé algo en mi habitación, adelántate, ya salgo.
Salí de la casa, el viento azotó mis cabellos, tomé mi teléfono y escribí un breve mensaje.
–Te veo en 15 minutos. –Y piqué el botón de enviar.
Sentí como mi celular vibró indicando que el destinatario había respondido, pero en ese instante Sofía ya estaba casi a centímetros de mí, por lo que lo guardé apresurado en el bolsillo del saco.
Nos dirigimos al auto, el cual estaba estacionado afuera.
Abrí la puerta para que se subiera y ella me lanzó una mirada agradecida.
– ¿Es que tú siempre tienes que ser tan lindo? Aún no me acostumbro. –Se encogió de hombros.
–Sí, siempre. –Dije emanando una sonrisa.
Cerré la puerta y me dirigí al otro lado para también subirme.
Me estaba colocando el cinturón de seguridad cuando de pronto sentí como una cálida mano tomó la mía.
– ¿Me prometes que siempre serás honesto conmigo? –Dijo Sofía mirándome con ojos esperanzados, llenos de ilusión.
–Te lo prometo. –Tomé su mano y acerqué mis labios, planté un suave beso en ella. –Pero por si tienes dudas...–Extendí mi dedo meñique haciéndole seña de que ella hiciera lo mismo, unimos nuestros dedos y entonces solo entonces, dejé un beso en ellos, cerrando nuestra promesa.
Me sentí mal de prometerle eso aún sabiendo que no estaba siendo 100% honesto pero pronto le diría toda la verdad, y entonces ya nada importaría. O al menos eso quería creer. Un dolor en el estómago me abrazó.
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¿Cómo han estado? Yo contentísima porque la historia ahora cuenta con 2k+ y por el apoyo que recibo, es inexplicable mi agradecimiento, tal cual el título de éste capítulo.
¿Quién creen que sea a quien Villa mandó ese mensaje tan sospechoso? ¿Qué le estará ocultando a Sofía?
Déjenme sus conclusiones aquí abajito. Y felices vacaciones!!
Atte. María
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En un solo día
Historia CortaSofía tiene que tomar decisiones muy difíciles, una de ellas es, que de forma drástica e inesperada se enamora de su vecino, pero nada es lo que parece... queda demás recalcar que él si era el correcto... Sofía tiene 18 años, ojos verdes, cabello...