Capítulo 4: Mil tormentas

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Cuando Sofía entró en su habitación se tiró en su cama y sacó su teléfono, ya tenía un mensaje nuevo.

Jp: ¿Todo bien?

Sofía: Yo debería preguntarte a ti, primero llegas a decirme que salga, luego me dices que quieres decirme algo importante, y después te limitas a desviar el tema. ¿Qué ocurre?

Jp: Te voy a marcar

*En la llamada*

Sofía: ¿Qué es tan difícil que no puedes simplemente decirlo y ya?

Sofía escuchó que la respiración de él se incrementó.

Jp: Quiero decírtelo, quiero decirte todo, pero no pude, y ahora que me has dado el valor no quiero decírtelo por teléfono, llego a tu casa en dos minutos.

Ella sin responderle le colgó, claro que estaba ansiosa, pero no quería demostrárselo, quería parecer lo más desinteresada posible, aunque por dentro su corazón estuviera latiendo fuertemente por la intriga.

Se levantó de su cama y se miró en el espejo, seguía vestida con la misma ropa, así que solo se recogió el cabello.

Juan Pablo no tardó en llegar, y ella salió.

Por fin sabría a qué venía tanto drama y misterio...

Juan Pablo le indicó que se sentara señalándole el sillón que había en la entrada.

Jp: Verás (sacó un libro)

Ella reconoció ese libro, era uno de sus objetos favoritos, lo había perdido hacía unos años en un campamento de verano, no tenía idea de cómo había llegado hasta él.

Jp: Hace unos años encontré este libro, y después de investigar mucho tiempo, de preguntarle a mucha gente, pasármela revisando instagram por instagram, facebook por facebook, di contigo, y sé que te pertenece.

Sofía solo esbozó una o con la boca, y es que ella había extrañado demasiado ese libro, era la única conexión que tenía con su amigo, quién había fallecido ese un verano antes, lo cual provocó que fuera más doloroso para ella, porque la herida seguía abierta.

Sofía: ¿Cómo me encontraste? Cuéntamelo todo, por favor.

Juan Pablo le dio vuelta al libro, ahí se apreciaba el nombre de Sofía, y un poco más a la derecha el nombre de su difunto amigo, lo cual hizo que su estómago diera un vuelco al ver su nombre, pues ella lo extrañaba demasiado.

Jp: Hace algunos años, fui a un campamento de verano, imagino que tú igual fuiste porque lo encontré tirado en el bosque, estaba húmedo, parecía que alguien hubiera derramado un vaso de agua sobre él, así que lo tomé y traté de secarlo, fue ahí cuando vi tu nombre, pregunté por ti en todos lados, pero para mí desgracia, te habías ido. Pero no me di por vencido, seguí buscándote en todas partes, después de mucho tiempo encontré tu cuenta de instagram, pero por más que busqué, nunca subías la ubicación, en ninguna foto ¡NINGUNA! Hasta que hace poco un amigo quiso inscribirse a la Universidad, y verás que tu nombre aparecía en la lista...

Se quedó un momento callado.

Sofía: Pero

Jp: Pero nada, aún no termino, el venirme a vivir aquí no fue casualidad, el haberme inscrito en tu universidad, el buscarte, desde que vi las fotos del libro quedé profundamente enamorado de ti Sofía, y sé que no me conoces, pero quiero que me des la oportunidad, por favor, le rogué a mis padres venir a vivir aquí, nosotros vivíamos muy lejos, y lo logré, lo logré para poder conocerte, porque desde que vi tu sonrisa supe que quería ser yo quien la causara. –la interrumpió.

Jp: Y sé que esto es muy repentino y tal vez estés asustada porque un loco acosador, está aquí contigo cuando lo acabas de conocer. No quiero que me respondas, simplemente quiero que lo consideres, consideres el conocerme, y si estás pensando de dónde conseguí tu número, tu mamá me lo dio, ella sabe todo.

Él le extendió el libro y le dedicó una sonrisa, ella se quedó inmóvil, pero antes de que pudiera responder él ya se había ido...

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Hola!!! ¿Cómo van? ¿Les está gustando?

Ya sé que sigue sin tener sentido cómo esto se relaciona con los chicos, pero sigan leyendo y verán que todo tiene completo sentido.

UN BESO

Atte. María

En un solo díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora