Capítulo 14

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El momento que estuve con Divell fue algo dan asombroso, no como las otras veces en donde ambos terminábamos enojados o peleados, esta vez fue tan... diferente. Aun así, sigo sin estar muy confiada de él, no lo conozco del todo.

¡No conozco nada de él!

Y el parece saber más de mí, de lo que alguna vez le he dicho a mis amigas ¿cómo puede ser eso posible? No lo sé, solo se que eso es muy extraño.

Mi celular vibra sobre la cama llamando mi atención. Con algo de pereza lo tomo entre mis manos para ver el mensaje que me llego.

Ashton: No has contestado ni mis llamadas ni mis mensajes, bebé.

¿Sucede algo?

¡Claro! Sucede que no tengo ganas de contestarte las llamadas. Solo lo pienso por que no soy capaz de escribirlo.

Yo: No, tranquilo es solo que me ocupe un poco.

Que mentirosa soy. Las ultimas horas después de estar con Divell en el parque me las pase acostada pensado en lo patética que he sido. ¡Ah! Y en la existencia de Divell.

Ashton: Me has preocupado

¿Te gustaría salir a cenar, bebé?

¿Bebé? ¿Qué estúpido apodo es ese? ¿Desde cuando soy "bebé"? Que horror.

Empiezo redactar una respuesta excusándome para no salir con él, pero el se adelanta sin esperar mi respuesta.

Ashton: Paso por ti a las 7.

Recuerda me gusta ser puntual.

Si, claro. Ya ni siquiera me animo a responder pues sé que el hará lo que le plazca. Aun sigo algo desconforme con la idea de que soy su "novia". No tengo ni idea de como no se me ocurrió decirle que no, Pero es que... la imagen de las personas es muy importante. Siendo una de las chicas más populares del instituto, no es posible que no salga con el chico más "atractivo" del instituto.

Hasta mi madre, se emociono mucho cuando le conté que ya era novia de Ashton. Se emociono tanto que hasta lastima me dio querer decirle que no era de mi agrado esa idea.

Cierro los ojos tratando de aclarar mis ideas, pero soy interrumpida por el timbre de la casa.

No tengo más remedio que ponerme de pie, ya que como se ha hecho costumbre Dylan no está. Bajo las escaleras y voy hasta la puerta principal, abro y me llevo la sorpresa de ver a Divell del otro lado de la puerta.

- Hola. – Habla en cuanto abro la puerta, mi cerebro fue patético al momento de quedarse shockeado sin poder producir un solo ruido. Yo soy la patética. – No quise molestar solo quise pasar a saludar. – Su comentario me hizo soltar una pequeña risa a lo que él solo se quedó desconcertado.

- ¿Solo a eso vienes? – Pregunto sin poder dejar de reír, él frunce su ceño sin comprender la causa de mi risa.

- Si, pero si hubiera sabido que ibas a ser así de grosera mejor ni lo hubiera hecho. – bufa y yo paro mi risa de golpe, se da la vuela y empieza a caminar lejos de mí.

- ¡Espera! – Grito sin poder evitarlo para detenerlo a lo que él se detiene y regresa a donde yo estoy. - ¿Quieres entrar? – Preguntó. El parece ni pensarlo antes de responder.

- Si. – Dice haciéndome a un lado para poder entrar a mi casa, cierro la puerta a mi espalda y sigo con la mirada a Divell que inspecciona la casa como si esta fuera a hacerle algo. – ¿Cambiaste algo aquí? Estoy seguro de que no era así la última vez que vine. – Dice sin dejar de examinar todo a su alrededor.

Sangre fría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora