Sangre fría.

Capítulo 26

- Kelsey, más vale que en este momento me digas que carajos es lo que estaban buscando en mi habitación. – Trato de no sonar enojada, aunque es imposible evitarlo. Se escucha de fondo como maldice.

- No, creo que te estas confundiendo. – Su voz es suave.

- No, tú eres la que me está queriendo confundir. ¿Qué estaba buscando Dylan aquí?

- Bueno, le pedí que me buscara unos apuntes de una de tus libretas. Te marque y fue tu primo quien contesto el móvil, eso es todo.

- ¿Apuntes? Kelsey, solo tenemos una clase juntas y es la de literatura. – No me estas contando la verdad.

- Hablamos luego, estoy ocupada. – Habla rápido cortando la llamada sin dejarme darle una repuesta. Estoy pasmada viendo en toda dirección, tratando de buscar que es lo que falta. Me tiro en mi cama rendida.

No sé qué busco, pero tampoco se si debo buscas. ¿En qué momento empecé a estar rodeada de misterios?

...

Veo entre cada perchero algo que llame mi atención, pero todo lo que hay de esta temporada parece estar muy apagado.

- Taylor, tu eres la única que falta en conseguir vestido. – Escucho reprochar a Caitlyn.

Mis amigas y yo decidimos que sería buena idea ir de compras, hemos estado casi tres horas buscado en diferentes lugares el vestido perfecto para el baile de invierno -para el cual todavía no tengo pareja- pero nada me gusta.

- Tienes que comprar algo hoy. – Sigo revisando hasta que veo algo que me llama la atención.

- Perfecto, pruébatelo. – Entro a uno de los probadores.

Faltan muy solo dos semanas para el baile, todo se está agotando y no pienso quedarme sin vestido. Al probarme el vestido, mi cara se vuelve a un total desagrado, me veo en el espejo, pero solo hace que lo desprecie más.

El vestido era verde, pero por lo entallado que era parecía un esparrago. Salgo del probador, para tener la opinión de mis amigas. Veo a lo lejos a Caitlyn ligando con un chico unos cuantos años mayor que ella (según me parece) el chico parece tener novia, pero a Caitlyn no parece importarle. Kelsey está sentada en un sillón de espera hablando alegremente por teléfono, me aproximo hacia ella y en cuanto me ve pone una cara de completa desaprobación.

- ¡Quítate esa mierda en este momento! – Reí por su comentario, ya sabía que desaprobaría el vestido. – No, idiota no te decía a ti. – La escuche decir a la persona del otro lado del teléfono, lo que me hizo seguir riendo.

Continúe probándome unos cuentos vestidos más hasta que encontré uno que me deslumbro mucho antes de ponérmelo. Al medírmelo sentí que este era el vestido ideal, salí del probador para mostrarle a mis amigas, los busqué con la mirada y no encontré a ninguna de las dos. Regrese al probador para quietarme el vestido.

Sali de la tienda después de haber pagado, ya sabía que me quedaría con el ultimo vestido que me probé. Caminé por todo el centro comercial hasta llegar a los comedores y ahí vi a mis amigas sentadas en una mesa comiendo algo. Las ignore y camine hasta un puesto de comida y me compre unas papas fritas con queso. Escuche a lo lejos la voz de mi primo y me fije en la mesa de amigas, para darme cuanta que el estaba sentado junto con ellas riendo a carcajadas. Tome mis papas fritas y camine hasta su mesa y me senté sin pedir permiso.

- ¿Qué vestido compraste? – Caitlyn es la primera en hablar mientras intenta quitarme una de mis papas fritas, pero no se lo permito.

- Me dejaron sola y ni siquiera me avisaron que se irían. Así que se van a la mierda y se quedaran con la curiosidad hasta el día del baile. – Hablo manteniendo una mirada seria.