Capítulo 25

82 13 0
                                    

Hay gente gritando por todos lados, las personas corriendo un lado a otro, pero yo me quedo en mi lugar, siento un líquido caliente recorriendo mis manos. Bajo mi vista a ellas, hay sangre cubriéndolas por completo, tengo un filo envuelto en mi mano de donde escurre sangre.

El horror corre por mi cuerpo, alzo la vista y veo a una persona tirada a unos cuantos pasos de mí, desangrándose por completo; Cuidadosamente me acerco al cuerpo lo giro y es cuando veo que un profundo corte en su garganta es la causa de su desangrado.

No logro descifrar quien es, pero un presentimiento hace saber que lo conocía, las lágrimas pasan por mi cara sin parar, siento como unos brazos me sostienen. Alguien empieza decirme algo, pero no entiendo que es.

Siento como me abrazan, de repente todo el panorama cambia. Estoy en un bosque con alguien abrazándome por la espalda, el viento frio pasa por nosotros, pero con los brazos de la otra persona me ayuda a mantenerme caliente.

- Te amo. – Su voz se escucha a mi espalda, no tengo que voltear para saber que es Divell que me habla.

Ese momento me hacía sentir plena, que nada podía salir mal. Quiero decirle que yo también lo amo, pero no puedo hablar.

Me volteo para verlo y de un momento a otro ya no estamos en el bosque sino en mi habitación. Sus labios están sobre los míos, me besa con pasión como no fuera haber un mañana.

El beso vuelve más intenso, sus besos empiezan a bajar por mi cuello, besa mi clavícula y de ahí vuelve a subir a mi boca. Separa nuestros labios para verme a los ojos, pero esta vez tienen un color diferente a otras veces. Esta vez son de un rojo más intenso, una mirada llena de maldad.

- ¿Y me amaras, aunque veas mi verdadero yo? – Su voz suena profunda.

- Te amare, aunque eso signifique morir. – Asintió a mi respuesta, pero ya no me beso. Se puso de pie, abre la ventana y veo como unas enormes alas salen de su espalda, antes de que salga volando por ella.

Siento que alguien me zarandea, pero me reusó a hacer caso alguno a quien me trate de despertar.

- Taylor, Taylor... - Escucho a lo lejos que me hablan, trato de ignorarlo y concentrarme más en dormir. – Despierta, Taylor. – Dice y me empieza sacudir aún más fuerte asiendo que me desespere.

- ¡Ay! ¿Qué carajos quieres? – Grito exasperada, sentándome bruscamente sobre mi cama. Tallo mis ojos tratando de someterme a la luz de la habitación.

- Solo vine a despertarte porque... - No le deje terminar.

- No, pues no me importa. Estaba durmiendo, nada es más importante que eso. – Le veo enojada.

- Lo siento. – Dice mientras se pone de pie. – Solo vine a decirte que alguien te busca. – Dice con una sonrisita medio extraña en su rostro.

- ¿Quién?

- ¡Averigua! – Grita mientras sale corriendo de mi recamara para ir a entrar a la suya.

- Bueno, quien sea pues que espere. – Me digo a mi misma mientras me pongo de pie para ir al baño. Dormí solo por un par de horas y parece como si hubiera sido toda la noche.

Salgo de la habitación y bajo a toda prisa por las escaleras, por un momento pienso que es Divell quien me espera abajo, pero me llevo una sorpresa al ver que no.

- ¿Qué haces aquí? – Pregunto cortante.

- Solo venía a saludar y a... - Empieza a hablar suavemente y eso hace que me enoje aun más.

Sangre fría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora