Capítulo 20

76 7 2
                                    


Final del maratón 4/4 hasta aquí llegara mi actualización por hoy, espero lo disfrutaran. Pronto volveré a hacer un maratón solo porque sí. Por lo pronto disfruten este último capítulo del maratón y pues dejen sus comentarios.

Besos.

Veo a Divell estupefacta por sus palabras, su cercanía hace que me ponga nerviosa sin embargo trato de controlar mi cuerpo para que no lo demuestre, lo último que quiero es verme débil ante él.

Quería salir corriendo de ese lugar, había sido mala idea hacerles caso a mis instintos, ahora está frente a un loco asesino, que me quería enseñar a matar, eso era una tontería.

- No estoy loco. – Dijo como si hubiera leído mis pensamientos. Retrocedió unos pasos de mí, pero sin dejas de verme. – Simplemente tu mente te pide a gritos que mates a alguien.

Ahora si estaba con un verdadero loco.

- Yo no quiero matar a nadie. – Dije casi en un susurro.

- Claro, todos los mortales van por la vida haciendo ese tipo de preguntas a cada asesino que se topan. – Su sarcasmo estaba haciendo que me enojara, era mejor salir de aquí cuanto antes.

Sin decir nada, di unos pasos para tratar de salir de ese lugar, pero me lo impidió. Si algo que tiene él, es que era difícil poder leerlo, sus expresiones no revelan lo que está pensando, sus acciones son impredecibles, él sin duda es una persona difícil.

- Deja que me vaya. – Dije lo más severa que pude. Él no se inmuto, mantuvo su mirada sobre mí. – Deja que me vaya.

- ¿Por qué? ¿Ya te dio miedo estar conmigo?

Si

- No.

- Entonces quédate un rato más.

- Tengo que irme.

- No tienes que irte.

- Tienes razón, QUIERO irme. – Su expresión cambio, su mirada se oscureció, no sabía si se había enojado o que pasaba por su cabeza.

- Lárgate. – Dice en un susurro suficientemente audible para mí, se hace un lado permitiéndome pasar, no dudo en salir, camino a pasa rápido, pero su voz me detiene. – Todos en esta vida son como tú, no se dignan a conocer antes de juzgar, no se dan cuenta de quien sufre por ello.

Me quede en mi lugar unos segundos, pensando en lo que dijo, sus palabras me dolieron ¿Se refería a él? ¿Acaso él sufría?

Seguí mi paso, no di la vuelta, simplemente salí de ese lugar dejando a Divell solo.

...

Llegué a casa y me di cuenta de que Dylan todavía no llegaba, debe de estar con mis amigas, pensé.

Fui directo a la cocina por un vaso de jugo, me sienta feliz ya todo estaba bien con mis amigas. No me gustaba estar peleada con ellas, en algo que simplemente no tenían la culpa, en algo que fue una tontería.

Subí a mi habitación, cuando entre divise mi libreta donde escribo todos sobre Divell, la tome en mis manos y la examine cada nota. Ya sabía la verdad, no servía de nada seguir teniéndola, estuve a punto de tirarla en la papelera, pero me el sonido del timbre me interrumpió.

Baja las escaleras para abrir la puerta, el timbre no deja de sonar, pero no acelere el paso.

Quien esté detrás de la puerta que espere.

A paso lento llegué a la puerta principal, abrí y del otro lado se encontraba Ashton, sonreí al verlo.

- Hola. – Saludo efusivo.

Sangre fría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora