Capítulo 22

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¿Alguna vez se han puesto a dudar de todo lo que les rodea? ¿Se han puesto a pensar quien es el bueno y quien es el malo? Por que en este momento yo lo estaba haciendo. En este momento me pasaba por la mente todos los recuerdos buenos que tenía con Ashton, todas las veces que jugamos de niños, todas las veces que él me trataba como a una princesa, cuando me consolaba porque mi primo me había dejado abandonada, todas las veces que pensé que el era más que mi mejor amigo. Esos hermosos recuerdos fueron sustituidos solo por uno, como toda esa confianza que tenía en él se desvanecía.

Tal vez piensen que lo que él me hizo no es para tanto, pues habido casos peores en la que los hombres abusan de una mujer o de una niña, que tal vez yo tuve suerte porque fue en mi casa y en mi propio cuarto, que tal vez tuve suerte porque alguien logro salvarme te que todo llegara a mayores, pero sus manos pasando por mi cuerpo, la asquerosa forma en que me besaba, esa sensación de impotencia, de rendimiento, eso es le peor que una mujer puede sentir así no haya pasado a mayores. Es algo que yo no se lo desearía ni a mi peor enemiga.

Y era justo en este momento en que yo me debatía entre quien era la peor persona del mundo ¿Mi mejor amigo-novio que trato de abusar de mi o el asesino serial que me había salvado de ser violada, que en este momento me abrazaba y me consolaba sin decir una sola palabra?

¿Qué era peor el bueno que termino siendo malo o el malo que trataba de ser bueno?

La música aun se escucha por toda mi casa, todos seguían disfrutando de la fiesta mientras que yo aún seguía abrazada de Divell, estaba muy segura de que ya había pasado casi una hora desde que paso todo desde me recosté sobre mi cama sin soltarme de los brazos de Divell. Sin que ninguno dijera una sola palabra, pero eventualmente ese silencio se tenia que romper.

- ¿Te sientes mejor? – Su pregunta salió en leve susurro, evitando romper la atmosfera de tranquilidad. Solo asentí en respuesta, no dejaba de ver el techo, esperando que la nada absoluta aclarara mi mente. - Creo...creo que es mejor que me vaya. – Mueve su brazo lentamente, como si tuviera miedo de romperme. Vi cómo se ponía de pie; camino hasta la puerta, pero antes de que saliera lo detuve.

- No te vayas. – Dije en un casi susurro. – No quiero quedarme sola.

¿Qué haces? Taylor.

Levanto la mirada dudosa hacia Divell, examino su rostro y noto una ligera sonrisa en él.

- ¿Te gus...te gustaría ir a un lugar bonito? – Una sonrisa enorme aparece en mi rostro y asiento. – Bien, vamos.

Salimos de mi habitación hasta llegar a sala de estar, no recordaba que hubiera tanta gente aquí es mucha más de la que había hace una hora, era tanta gente abajo que se volvió una misión imposible salir de aquí.

Sentí como una mano se enredaba con la mía, al instante supe que era la de Divell, con su ayuda, logramos salir de la casa hasta llegar al patio principal. Siguió guiándome hasta que estuvimos frente a una moto negra.

- ¿Es tuya? – Pregunte dudosa. Me gustaban las motos, pero nunca había subido a una.

- Si. – Dice tajante.

Veo dudosa como sube sin dudar a ella. Poso su mirada en mí, dándose cuenta de que estaba dudosa.

- ¿Confías en mí?

- No. – Conteste inmediatamente. Confío un poco en él, pero no se lo haría saber. Una sonrisa apareció en su rostro.

- Haces bien. – Reí por su respuesta. Sin pensar más me subí con cuidado tras de él.

Sangre fría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora