˗ˏˋтнε ∂εү ι мεт үσυˎˊ˗ 『ʀʏᴇʀs』『sт/ ιт』

Lugar secreto.

Ambos estaban en el sofá viendo un programa de dibujos animados el cual no recordaban el nombre, pues era algo irrelevante y aburrido.

—¿Tienes hambre ahora?—preguntó Richie de nuevo volteando a verlo.

—Tal vez, un poco—respondió pensándolo.

—Entonces te haré algo. Es extraño, pero se cocinar, mi padre me obligaba a hacerlo—explicó rascándose la nuca.

Fue a la cocina y busco lo necesario. Saco los ingredientes para preparar meticulosamente todo, pues no quería hacer algo mal. Al cabo de media hora tenía todo listo. Regresó con él castaño para preguntarle dónde quería comer, este en respuesta se levanto y fue hacia la mesa.

Dejo los platos listos y fue a servir un poco de agua para ambos.

Comieron entre charlas tribales, las cuales terminaron en que algún día Richie le enseñaría a cocinar a Will, pues este necesitaba saber ahora que su hermano estaba por ir a la universidad.

—¿Te sientes mejor? Podríamos hacer algo para no aburrirnos—dijo él de lentes mientras tomaba el último sorbo del vaso.

—¿Y qué propones?—cuestionó poniendo su brazo derecho arriba de la mesa, para después recargar su mentón en la mano.

—No lo sé—se rindió luego de un par de minutos de pensarlo.

—Podemos salir, si quieres.

—¿Y arriesgarme a que te enfermes?—preguntó—. No creo que sea una buena idea—agregó moviendo su cabeza de lado a lado en forma de negación.

—No me enfermare. Te lo prometo—estableció con una gran sonrisa.

—¿Si te enfermas?

—Vamos.

Se levanto, corrió hacia la puerta, abriéndola y saliendo por esta.

—¡Will!—nombró mientras se levantaba de golpe para seguirlo.

Este ignoro su llamado, corrió hacia su bicicleta y subió en ella, pedaleando fuertemente. Sin remedio Richie regreso a la casa por un suéter y salió corriendo, levantó la bici que estaba junto para seguirlo. Él castaño le ganaba por un buen tramo, pasaban los minutos y veía a lo lejos como pedaleaba con una sonrisa en su rostro.

Un cuarto de hora después Will por fin había parado. El lugar era literalmente el centro del bosque, vio como dejo la bicicleta tirada a un lado para después entrar entre unos arbustos. Al pasar por estos vio que era una colina, en la cual bajando se encontraba un pequeño lago.

Vio a su amigo recogiendo piedras y decidió seguirlo. Su torpeza le hizo tropezar y caer directo al suelo.

—¿Richie? Oh por dios. ¿Estás bien?—interrogó con preocupación y culpa.

No le respondió. Quería hacerle una pequeña jugarreta.

Sintió los brazos del castaño darlo vuelta y sin poder evitarlo rió sin parar, ganándose una mirada de furia.

—¡Eres un...!—exclamó con enfado.

No termino de regañarlo, pues Tozier lo había tomado de un brazo y lo había tirado junto a él. Al de lentes no se le ocurrió una mejor idea que empezar a rodar y llevarse con él a Byers.

Ambos rieron por un largo tiempo, al terminar de hacerlo se dio cuenta que Will se encontraba debajo de él con las mejillas sonrojadas.