¿Beso?

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Llego a casa, al entrar solo se encontraba su madre y hermana menor, la primera le dio un pequeño regaño por haber llegado tarde y con los lentes rotos, al igual que le había explicado que Mike había ido como casi todos los días al Arcade.

Ahora se encontraba de nuevo en la habitación de su hermano, más exactamente en la cama. Procesando lo que hace unos momentos había presenciado en la cabaña. Dispuesto a hablar con Will, salió de la habitación a paso apresurado, después de ponerse sus lentes de repuesto, le pidió permiso a Karen para ir al Arcade, y ella le dijo cómo llegar. Tardo al rededor de veinte minutos en los cuales la luna dio su máximo esplendor.

Cuando miro a lo lejos el establecimiento, dejo de correr y trató de recuperar el aliento. Camino lo poco que quedaba para llegar y busco entre los juegos al castaño.

Lo miro en uno apartado, concentrado completamente en lo que hacía. Y recordó que en la mañana lo había insultado, literalmente. Pensó un momento, y fue hacia este, si es que tenía que disculparse, lo haría.

—Zombie boy—susurró junto a su nuca, haciendo que se estremeciera.

Will se volteó con una mirada acusadora.

—¿Quién te lo dijo?

—Lo vi en una pared, un cartel tuyo—respondió simplemente—. ¿Por qué estás solo?—preguntó, cambiando el tema, para no decir nada sobre Eleven.

—Ah, sí, Mike está con Dustin y Lucas con Max, así que, es por eso.

—¿Acaso no me dijiste que mi hermano era tu mejor amigo?

—Lo es, pero, como Lucas ahora siempre está con Max, Dustin sé queda solo, así que de vez en cuando Mike está con él.

—Vaya... ¿Jugamos? Yo invito.

—Pues, solo te pagaras a ti, pues no pienso perder.

—Creas o no, soy bueno en estos juegos.

—Ya lo veremos.

Richie asintió sacando una moneda y depositándola en la máquina.

—¡Te gane!—exclamó Byers emocionado.

Richie al ver la sonrisa del castaño no pudo evitar copiar el gesto, si es que tenía que perder a propósito para ver aquella expresión, lo haría sin dudarlo. Si, había perdido a propósito, pero no muy notoriamente, tampoco quería ser descubierto en aquel pequeño plan que se le había ocurrido la cuarta vez que ganó.

—A la sexta vez—se burló, Will rodo los ojos—. ¿Vamos a fuera?

El más bajo asintió y ambos dejaron el juego para salir del establecimiento. Byers se sentó en la banqueta, mientras el rizado iba por unas sodas.

—Aquí está su refrescante bebida, señor—anunció mientras le tendía una lata de su refresco favorito.

—Gracias—dijo mientras reía.

Richie se sentó junto a él, y abrió su lata, dándole un pequeño sorbo.

—Perdón por lo de la escuela, estaba enojado, y si te soy sincero, el insulto no fue hacia ti, solo para Mike.

—No tienes que disculparte, lo entiendo—contestó sonriéndole amablemente.

—¿Me contaras por qué te dicen zombie boy?—preguntó después de un largo silencio.

Will no respondió, veía fijamente la luna, como si no hubiera nada más interesante, para luego asentir.

—Pero también me contaras lo tuyo—afirmó volteando a verlo.

—Sabes que si.

Will asintió, mirando sus manos, mientras movía sus dedos con nerviosismo.

—Fue cuando tenía doce años, después de estar con los chicos en la casa de Mike, ocurrió. Cuando estaba por llegar a mi casa, una sombra apareció, me caí de la bicicleta y lo único que pude hacer fue correr a casa, pero, no pude hacer nada, cuando me di cuenta estaba en otro lado, era como aquí, pero obscuro, lleno de enredaderas y partículas de lo mismo volando por todo el lugar, también era bastante frío. Lo único que logre hacer fue esconderme, estuve ahí sin comer ni tomar agua, pensé que moriría, si no era por las manos el demogorgon, por, ya sabes... Mi madre, ella nunca perdió la esperanza, me comuniqué por ella mediante las luces, que podía manipular o algo por el estilo, y un día, cuando por fin creí que iba a morir, mamá y Hopper me salvaron—suspiró para ver nuevamente hacia el estrellado cielo—. Estuve "perdido" durante una semana, y en ello, las personas que dejaron salir a... eso, inventaron un cuerpo exacto al mío y lo arrojaron al agua, los policías lo encontraron y me dieron por muerto, me hicieron un funeral y todo. Imagina, después de aquello que yo regresara fue un shock para todos los que me creían, ya sabes, así que de igual manera tuvieron que inventar más cosas, salí en los periódicos, dijeron que como habían encontrado a un cuerpo en descomposición en el lago creyeron que era yo, pero después me habían encontrado por ahí completamente vivo. Claro que los bravucones no tardaron en llegar, siempre fui un blanco bueno para ellos, obviamente no les importó que me hubiera perdido, no iban a ser buenos ahora solo por eso, después de leer el periódico empezaron con sus insultos, hasta se les ocurrió que zombie boy era el mejor.—terminó, en un susurro, que apenas y se logró escuchar. En sus ojos se podía ver el miedo, y una ligera capa cristalina, donde se notaba que estaba aguantando las lágrimas fuertemente.

—A mí me parece un apodo genial.

—¿Eh?—inquirió mirándolo con curiosidad. 

—Te recuerda que fuiste lo suficientemente inteligente y fuerte para no morir ¡sobreviviste una semana en un lugar completamente extraño! Sigues sonriendo aunque te haya pasado eso, eres una persona increíble, tal vez para ellos sea una burla, pero para mí es jodidamete genial—confesó, sonriendo abiertamente, mirándolo a los ojos tratando de transmitir lo que había dicho.

Las mejillas del castaño rápidamente tomaron un color rojizo, y sin poder evitarlo las lágrimas que había aguantado salieron. Richie le miro confuso, pues nunca había sabido consolar gente. Se acercó a él y con miedo puso sus manos en el rostro de Will, pasando sus pulgares por debajo de sus ojos, quitando las lágrimas que se deslizaban en su delicada piel.

Al terminar de hacerlo se dio cuenta de lo cerca que se encontraban sus rostros, sintió las manos de Byers cerca de su cuello, luego este quito sus lentes a la vez que se acercaba más, sintió sus respiraciones mezclarse, no supo lo que estaba ocurriendo, trato de enfocar la imagen frente a él y logró ver que el castaño cerraba sus ojos.

¿Acaso iba a besarlo? Si recién se conocían, no entendía por qué tan rápidamente le estaba entregando sus labios, que aún que recordaba eran apetecibles con un color cereza natural, no podía aceptarlo, claro que Will le gustaba, pero... Dejo las preguntas y acusaciones de lado y cerró sus ojos también.

Sintió sus labios sobre los suyos, un extraño escalofrío paso por su cuerpo. Cuando estuvo por seguir un empujón que lo tiro al suelo, lo detuvo, sintió el golpe seco, sus brazos ardieron, supo que se había lastimado, se levanto rápido y miro con enfado hacia la sombra que estaba junto a Byers.

—¡¿Qué le haces a Will marica de mierda?!—gritó Mike.

—¿Eres más ciego que yo, Mickey? Era obvio lo que hacíamos—respondió, recalcando la última palabra con una sonrisa altanera.

˗ˏˋтнε ∂εү ι мεт үσυˎˊ˗ 『ʀʏᴇʀs』『sт/ ιт』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora