Plan.

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Los rayos del sol entrando por la ventana de aquel cuarto logró despertar solo a uno de tres chicos, los cuales se encontraban durmiendo plácidamente.

El más pequeño, que ya estaba acostumbrado, se levanto, bostezo y estiró su cuerpo. Miro hacia su lado izquierdo, notando a sus amigos aún acostados, al mirar bien pudo notar que estaban bastante cerca, era raro, pues se veían igual. Se rió silenciosamente y deseo tener una cámara en sus manos para poder capturar ese momento, sin embargo, no había ninguna cerca.

Se acercó a ellos para guardar aquella imagen en su mente y después decidió que era hora de levantarlos. Se abalanzó hacia estos esperando a que se despertaran, pero solo hicieron un ruido de molestia y siguieron con lo suyo.

—¡Despierten!—exclamó.

Los pelinegros se levantaron al instante, sentándose, empujando al castaño con aquella acción.

—¿Pero qué mierda?—fue lo primero que pudo decir al escuchar aquel grito.

—Buenos días a ti también Richie—agregó él castaño rodando los ojos.

—Buenos días—dijeron los dos al mismo tiempo y no pudo evitar reír.

—Levántense, es hora de desayunar, ¿acaso no tienen olfato? Hasta aquí huele a que mamá hizo algo con chocolate, vamos—anuncio mientras se levantaba.

—Tu ropa me queda chica—se quejó Tozier, mientras jalaba la playera del cuello para que no le molestara.

—No es mi problema que hayas querido la mía en vez de la de Jonathan—se encogió de hombros he hizo una mueca.

—Pero es que la de él estaba muy grande—contesto tapándose con la frazada hasta la cabeza.

—¿Puedes dejar de quejarte? Ven Will, vamos a desayunar—Wheeler se levantó y camino hacia la puerta, su amigo le siguió.

—¿Chicos?—preguntó al ya no escuchar nada—. ¡Espérenme!

Quito todas las mantas de su cuerpo y después de colocarse tontamente los tenis, corrió hacia afuera, con un mareo, pues sin los lentes le dolía la cabeza. Miro que ellos ya estaban sentados en la mesa. Con el ceño fruncido camino hacia allá.

—Ustedes no me entienden—se quejó con una mueca de enojo.

—Nadie lo hace—reconoció Mike.

—Ellos si—susurro Richie al sentarse, pensando en sus amigos.

—¿Dijiste algo?—preguntó Will.

—No—respondió para empezar a comer y no decir ni una palabra más.

Después de terminar sus alimentos, agradecer a Joyce por estos y despedirse de esta, pues tenía que ir al trabajo, regresaron a la habitación.

—¿Qué me querías decir anoche?—le recordó el castaño.

—Espera, no le digas, adivino—interrumpió el más alto—. Will, hermoso chico de ojos tornasol y sonrisa resplandeciente, ¿quisieras salir con este tonto que ha caído completamente por ti?—todo aquello lo dijo con un tono meloso, mientras tomaba la mano del más bajo.

El silencio incómodo no tardó en llegar, los otros dos tenían las caras sonrojadas a más no poder, parecía que en cualquier momento alguno de ellos explotaría, y pasó. Tozier se abalanzó hacia su hermano golpeándolo por todos lados.

˗ˏˋтнε ∂εү ι мεт үσυˎˊ˗ 『ʀʏᴇʀs』『sт/ ιт』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora