Momentos.

Colin.

Dejo los lineamientos de siempre.

Aclaraciones:

Narración.

— Diálogo —

"Pensamientos".

Advertencias:

OC.

Género: Romance | Drama | Humor | Erotismo.

Clasificación: T | M.

Disclaimer: el juego y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Claire Zamora.

Nota de Autor:

Para las que siguen los juegos Otome de Is it love? Y siguen la página de Latinoamérica en Facebook, ahí cree un post donde pedí que me dieran un personaje y yo creaba una historia corta a partir del género que me dieran. Aclaro que las historias pueden o no estar enlazadas entre sí, y que no llevaran el hilo de los juegos, crearé relatos de situaciones diversas, fuera y dentro de Carter Corp o de Mystery Spell. 

Este primer momento me fue solicitado con el personaje de Colin, así que espero que sea del agrado de la persona que me lo pidió como yo disfruté de escribirlo. Subiré una historia por día, a menos que tenga algún problema u otro inconveniente. 

Que la disfruten y déjenme su comentario para saber que les pareció. Hasta mañana.  

MOMENTO I.

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‹‹¿Te cuento un secreto?

Las personas frías, que parece que no les importa nada, esas son las que guardan mundos de sentimientos dentro››.

Anónimo.

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MÁSCARA.

Le dio un sorbo a su café negro antes de que el ascensor se detuviera en el piso treinta y dos. Ahogó un suspiro de placer cuando el líquido traspasó sus labios y se deslizó por su garganta, le supo a bálsamo. Un néctar de los dioses que necesitaría para aguantar a Colin y su malhumor.

Apenas tenía una semana trabajando en "conjunto", compartiendo la misma oficina, intentando colaborarle. Para su desgracia, Colin no ponía mucho de su parte y ella ya se estaba cansando de su actitud de idiota energúmeno. Le dio otro sorbo a su bebida mientras cruzaba por el pasillo, se plantó frente a la puerta de la oficina del mechudo ese que se decía su compañero de "trabajo" y tomó un gran respiro, dándose valor para traspasarlas y no matarlo.

— Llegas tarde — articuló Colin en tono monótono con los ojos clavados en las pantallas de su computador.

Saori no había avanzado ni siquiera un paso cuando él ya la estaba jodiendo, soltó un bufido, fastidiada y sintió deseos de echarle el café caliente en la cabeza, nada más para variar.

— Han sido solo cinco minutos, deja de molestar — respondió, intentando aplacar la ira que pululaba en su interior.

Si no fuera porque Matt le pidió ayuda porque el tarado ese se había topado con un sistema que no conseguía traspasar, ella ni siquiera estuviera metida en ese lío y no tendría que convivir con semejante idiota malhumorado con ego inflamado.