Momentos.

Drogo II.

Dejo los lineamientos de siempre.

Aclaraciones:

Narración.

— Diálogo —

"Pensamientos".

Advertencias:

OC.

Género: Romance | Drama | Humor | Erotismo.

Clasificación: T | M.

Disclaimer: el juego y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Claire Zamora.

Nota de Autor:

Bien, este día ha tocado el turno de nueva cuenta a Drogo, lo he retrasado un par de días debido a que tenía que preparar un escrito para otro foro en el que tenía que cumplir un reto. Ya está aquí, espero que les guste. 

De ahí en más, dejo a la dueña de este corto disfrutarlo, espero te guste y haya abarcado un poco la sensualidad juguetona de Drogo. Ya me lo comentarás luego. Y recuerden, no solo lean, comenten, porque además que nos ayudan a mejorar, es lo que motiva al escritor a continuar.

PD: cualquier falta de ortografía la corrijo luego. 

Momento XII.

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‹‹Porque a ratos éramos unos románticos y a otros unos pervertidos››.

Anónimo.

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JUEGO PELIGROSO.

"Tengo que disculparme".

Fue el pensamiento que asaltó a Nerezza, mientras caminaba por los pasillos de la universidad hacia la salida. Había ido en busca de Drogo con todas las intenciones de escaparse un rato con él, a algún lugar apartado donde poder pasar la vergüenza que sentía después del numerito que le hizo a Leah en aquel entrenamiento.

Día libre que sacrificó para ayudarle y, que ella muy finamente desperdició. Además, lo que pasó después de la invasión de Drogo en su baño...

"Mejor no pensarlo..."

Un escalofrío recorrió su espalda de solo recordarlo. A su amado vampiro poco le importó que su prima y sus hermanos estuviera en casa, se dejó llevar y dio rienda suelta a su instinto... Necesitó de valor y una enorme terapia de positivismo para poder ver a Peter, Leah y Nicolae a la cara. Sobre todo a su prima.

Nicolae le aseguró que Leah no estaba molesta, y que entendía su reacción. Nerezza no estaba tan segura... Le había hecho tantos desaires, que no dudaba que quisiera alejarse finalmente y desistir de ayudarle a progresar en sus dones. No la culparía si se daba el caso, aunque si le dolería con toda el alma que su prima le guardara resquemor.

Suspiró y cerró los ojos un instante, odiaba ser tan insegura a veces. Eso solía acarrearle problemas siempre, y, en esta ocasión, podía terminar perdiendo al único familiar vivo que tenía.

Entre una y otra cosa, pasó desapercibido que alguien iba detrás de ella. De pronto sintió un tirón en la cintura, ella soltó un grito que rápidamente fue opacado por una gran y fría mano. Nerezza se removió inquieta entre los brazos de su opresor, pero era más fuerte y alto.

— Deberías dejar de ser tan distraída, cosita.

Nerezza quiso morderle la mano, sabía que sería inútil porque su umbral del dolor no sucumbiría con algo tan simple. Tendría que ser un tiburón, y en dado caso, Drogo lo terminaría devorando.