Momentos.

Ryan III.

Dejo los lineamientos de siempre.

Aclaraciones:

Narración.

— Diálogo —

"Pensamientos".

Advertencias:

OC.

Género: Romance | Drama | Humor | Erotismo.

Clasificación: T | M.

Disclaimer: el juego y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Claire Zamora.

Nota de Autor:

Bien, este día ha tocado el turno a Ryan de nuevo, lo he retrasado dos días, creo que es lo que me demoraré en actualizar de ahora en adelante. Espero no me maten por como lo he dejado... Me salió mero dramático, medio tierno y un poco picante, no me maten por ese final. 

De ahí en más, dejo a la dueña de este corto disfrutarlo, espero te guste y haya abarcado un poco la posesión y pasión que suele manifestar Ryan. Ya me lo comentarás luego. Y recuerden, no solo lean, comenten, porque además que nos ayudan a mejorar, es lo que motiva al escritor a continuar.

PD: las faltas de ortografía las corrijo luego. 

Momento XIII.

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‹‹Tener celos no es desconfiar de esa persona. Es tener miedo de perderla››.

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CELOS.

Era casi la medianoche cuando el incesante ruido del timbre la sacó de su reconfortante sueño. Se dijo a sí misma que si cerraba los ojos de nuevo caería en un profundo estupor, del que nadie podría sacarla. Excepto ese maldito sonido, que se volvía irritante a cada toque.

Anel intentó ignorarlo las primeras tres veces, ya no pudo en la décima segunda. Así que, a regañadientes, con un gruñido se despojó de las sábanas y enfiló hacia la entrada de su departamento, dispuesta ahorcar al desafortunado cristiano que se encontraba detrás de la puerta.

Ni siquiera se colocó la bata encima de su camisón de satén negro.

— ¡Ya voy, con un demonio!

Malhumorada abrió la puerta de un tirón, grande fue su sorpresa al encontrarse a Ryan Carter con la corbata y el saco desliñados. Él que siempre estaba impecablemente vestido, parecía haber salido de prisa de algún lugar.

Anel abrió la boca para preguntar que le pasaba, pero él se adelantó.

— ¿Qué hacías con Gabriel?

Ryan entró en su apartamento dando zancadas como estampidas, ignoró el tono acusador de la pregunta y lo miró molesta.

— ¡Claro pasa, esta es tu casa! — añadió con socarronería, el hombre le otorgó una mirada dura que desatendió deliberadamente, cabreándolo — ¿De qué rayos estás hablando?

Anel tenía la paciencia muy corta en ese instante. No había dormido mucho en tres días, esa noche era la primera que tenía libre para poder descansar entre los turnos del hospital y la galería. Estaba cansada, exhausta. Que Ryan llegara a perturbarle su sueño solo era otro ingrediente para su mal humor.

Respiró superficialmente mientras cerraba la puerta y se cruzaba de brazos, el CEO se encontraba a un par de metros de distancia y la miraba esperando una explicación. Ella no le diría nada, porque no tenía la más mínima idea de lo que hablaba. Se contentó con arquear una ceja expectante, no daría su brazo a torcer y Carter lo sabía perfectamente bien.