Sebastian III.

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Dejo los lineamientos de siempre.

Aclaraciones:

Narración.

- Diálogo -

"Pensamientos".

Advertencias:

OC.

Género: Romance | Drama | Humor | Erotismo.

Clasificación: T | M.

Disclaimer: el juego y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Claire Zamora.

Nota de Autor:

Hace mucho que no publicaba por aquí, debo aclarar que este OS es independiente de los anteriores de este personaje, significa que no tienen nada que ver, es una versión diferente. El motivo es especial, es un pequeño regalo para mi amiga secreta. Que lo disfrutes.

Si hay algún comentario o disconformidad, por favor no duden en dejar su opinión abajo en la cajita de comentarios, sus observaciones serán siempre apreciadas. Recuerden dirigirse a los escritores siempre con respeto, yo les responderé en la medida de lo posible. Muchas gracias por leerme, hasta la próxima.

PD: cualquier falta de ortografía o narración la corrijo luego.

Capítulo XXXIV.

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«Mereces a alguien que te quiera sin miedos, sin dudas, sin cautelas, sin pasados, sin contratos... Eso mereces».

Anónimo.

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PERDIDO.

Sebastian se sacudía el cabello y la ropa, una cortesía de Leah por haberlo dejado enterrado en la nieve después de haberlo derribado en una práctica. No importaba lo que hiciera, jamás lograba igualar su velocidad, tampoco su fuerza y no hablemos de su experiencia en combate. Las artes eran parte de su entrenamiento diario y lo había practicado durante toda la vida, él apenas llevaba unos cuantos años, pero ella le había enseñado varios trucos que, hasta ahora, le habían salvado la vida.

Se quitaba la bufanda para sacudirla cuando la vio, apareció de la misma manera que lo hacía desde que recordaba. Como un rayo de luz deslizándose entre las sombras, la familia Thompson tenía un enorme talento para pasar desapercibido, incluso a plena vista.

- Heather... - murmuró un poco consternado.

Leah le había dicho que estaría en una misión en la Península Ibérica y que tardaría un tiempo en volver, así que no había esperanzas de que regresara para navidad. A menos que su amiga le hubiera mentido, entonces la miró.

- ¿Me mentiste? - Leah negó, sus cabellos borgoña bailaron y tomó el Tantō del suelo para meterlo en su vaina, en la punta había un pedazo de tela de su camisa.

- No, se suponía que la misión duraba dos meses - pausó -. No pudo soportar más.

Eso lo explicaba...

Heather era totalmente contraria a Leah en carácter. Delicada, educada y amable, tanto que a veces los demás se aprovechaban de ello. Esa fue la razón por la que se acercó a ella en primer lugar, quería protegerla de alguna manera y terminó enamorándose de ella.

- ¿Qué pasó?

Leah se detuvo, miró a su hermana que se había detenido al filo de la puerta de la entrada sin aliento y con los ojos brillantes, un poco rojizos e hinchados. Su madre seguramente le había advertido que Sebastian estaría ahí, pero de todas maneras había vuelto.

Momentos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora