5. Segundo día de clase

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Me desperté con la canción impossible de James Arthur, adoraba esa canción, la había actualizado ayer antes de quedarme dormida en el sofá y bueno..., haber tenido ese sueño tan raro del que aun no estaba segura de si era un sueño o no, "pero que dices Ali, claro que fue un sueño" me grité a mí misma. "Mejor dicho, una pesadilla, y lamentable mente estaba viviendo otra, el más odioso pero tremendamente sexy chico que había visto jamás vivía en la casa de enfrente", me recordé, el ánimo ya me arrastraba por los suelos y encima hoy me tocaba clase de literatura con el gilipollas de Waste y eso significaba verle la cara. Tras deprimirme pensando eso me fui al baño e hice lo de todas las mañanas, arreglarme, o como decía mi madre ponerme decente, porque como ya he dicho no le parecía que iba nada arreglada y como no me importaba una m....

Después de desayunar, lavarme los dientes, coger mi bolsa y despedirme de todos como lo hacía siempre, me fui directa al infierno, y ahora también se había apuntado Arón, otro demonio.

Durante todo el trayecto hacía el infierno no vi a Arón, "que suerte que estaba teniendo", me dije, "a lo mejor se ha puesto malo y no tengo que verle la cara de palurdo en clase de literatura ni en el patío ni en la café", pensé contenta, aunque la verdad es que seguía pensando en aquel sueño.

Llegué al colegio saludé a todas mis amigas y nos fuimos a clase, matemáticas con el señor Brich, o como nosotros lo llamábamos, Brichicho. La clase no fue nada especial, igual a las demás, aburrida, pero por suerte se me paso rápido y las demás también. Llegó el recreo, increíble no había visto a Arón, pero después tocaba literatura, rezaba para que no fuera. Pero como parecía que le mundo me odia, al entrara a clase me lo encontré allí sentado detrás de mi asiento. Cuando entré clavó su gélida mirada en mí. "¡DIOS!" exclamé por dentro, esa mirada me hechizaba y a la vez me causaba miedo, porque me acordaba del sueño que había tenido.

Entraron todos después de mí, incluido el señor Waste y se nos sentamos todos, menos un grupito de chicas, ya podéis imaginaros donde estaban. Tras cinco minutos intentando el profesor, de callar a las chicas que estaban alrededor del asiento de Arón se cansó y pegó un chillido, todas se sentaron y empezó la clase.

Durante todo la clase Arón había estado a la suya, pero a pesar de que el profesor le hacía preguntas para pillarlo desprevenido, sorprendentemente, respondía todas bien, eso le ponía al Waste de los nervios, mejor dicho, él le ponía e los nervios. Sabía que él estaba a la suya ya que a veces tengo que admitir que lo miraba de reojo, pero extrañamente seguía sintiendo esa gélida mirada que me observaba todo el rato, justo detrás de mí, había veces que hasta escuchaba y sentía una respiración en el cuello.

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