❝ -Tengo que insistir, Gran Bill -dijo Richie-. Siento que, si algún día llego a mejorar, podré conquistar tu amor. Y arrojó besitos al aire. Bill le apuntó con un dedo. Ambos sonreían, juntos. ❞
Te amo, te amo tanto. Te amo como se ama a lo que se quiere tener para siempre. Eres ese único amor que me importa, el amor que me hizo darme cuenta de que no quería amar a nadie más. Entonces ahora mis labios pertenecen a los tuyos, mi corazón pertenece al tuyo, sólo míralo... Tu nombre está escrito sobre ellos. Yo, en esencia, yo, con todo lo que me hace ser yo... soy tuyo, soy para ti.
¡Feliz cuarto mesiversario, cariño!
Siempre digo que es muy fuerte que haya pasado tanto tiempo, quiero decir, siempre veo el calendario y digo... ¡coño! ¡si dentro de poco hago mesiversario con el amor de mi vida! Y es entonces cuando caigo en que siempre digo lo mismo... Porque es lo que verdaderamente siento. El tiempo junto a ti no existe, se detiene, ya para qué lo quiero, para nada lo había querido antes, mucho menos lo quiero ahora que estoy junto a quien quiero estar, junto a la única persona que es capaz de detener el resto del mundo con un solo comentario dirigido hacia mi... Porque cuando tú estás, belleza, todo lo demás carece de importancia. Puedo sonar egoísta diciendo esto, pero a lo que me refiero es que me gustas tanto que quiero dedicarte todo lo que tenga, así como quiero dedicarte todo lo que soy. Cuando estoy contigo puede ocurrir cualquier cosa, para mí, mi única prioridad siempre serás tú.
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❝ Y si nada nos libra de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida. ❞
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¿Por qué? Bueno, supongo que la respuesta ya la sabes. Joder, han pasado ya cuatro meses, ¡cuatro! No hay nada que ya no sepas.
Bueno, tal vez sí... Pero es muy importante, quiero que lo leas y que seas capaz de retenerlo en tu cabeza, ser muy muy consciente de esto que quiero decirte a cada momento, saber que todo lo que te diré saldrá de mi y únicamente de mi, de mi corazón, de lo más profundo de mi ser. No es algo que deba de arrancar para dartelo, simplemente florece, se escapa, pero no me huye. Quiere llegar hasta ti lo más rápido posible, quiere colarse en tu pecho y anidar en tu corazón, cuidarlo y protegerlo, besarlo, acariciarlo. ¡Gran Bill, con precaución! Ahí va;
