Acomode el cabeceron correctamente, dejé la mochila sobre la cama y sin siquiera quitarme los zapatos, me dormí. Desperté debido a que una fuerte rafaga de viento imnundo mi habitación, me sobresalte al ver que la ventana estaba abierta.
Miré hacia el techo y ahí se encontraba una...sombra.... la misma que en los dibujos de mi abuela, era espeluznante. Me puse en pie rápidamente y tomé la mochila frente a mi intentando ¿protegerme?. Para cuando quise gritar o tan siquiera dirigirme a la puerta, esta me tomó y me llevo a rastras hacia la ventana, ¿pero que demonios? ¡Es una sombra! No puede tirar de mi.
-No te resistas niña, vendras conmigo si o si - dijo y yo inmediatamente me inmovilice, dando paso a que esta me sacara de mi habitación. ¡Estábamos volando Londres!
-Por favor sueltame- le pedí ya que tenía un pánico terrible a las alturas.
-¿Segura?- dijo tomandome solo de una mano y yo inmediatamente vole hacia atrás solo agarrada por la dichosa cosa esa. Hasta ese momento no me habia fijado que aun llevaba mi mochila conmigo, la tome como pude y me la colgué tan solo de un hombro. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir estábamos sobrevolando un océano enorme, a lo lejos se distinguia una isla, por lo que podía percibir.
La sombra me pegó más a... lo que fuera... y me miró a los ojos y pude ver los suyos amarillentos, lo que me produjo un miedo terrible.
-¡Sueltame maldita sea! - grité sin parar de moverme - ¡Cosa maldita y endemoniada! - volví a gritar.
-Vale - dijo avanzo más sobrevolamos parte de la isla boca-abajo y me dejó caer en la gran masa de agua. El mar.
-Nooooooo - grité antes de caer al agua.
-Tn... tu solo no pienses que estas en el agua, rodeada de toda clase de animales marinos ... -me repetía yyo mentalmente mientras nadaba hasta la superficie.
Al sacar la cabeza de esa bendita agua helada note que estaba muuuuuy lejos de la isla, tome mi mochila que flotaba a mi lado, la agarré lo cual me mantenía a flote, pero hay otro problema ¡tengo un miedo espantoso al mar! Si lo se, muy miedica, pero como aparezca un tiburón me va a zampar de un bocado.
Nade como pude sin soltar la mochila y temblando cuando noto como me rozan el pie. Me paré inmediatamente, es mi fin.
Cerre los ojos y al abrirlos me encontré con una ¿sirena?. Estoy alucinando
-¿Te llevo a la orilla? - me pregunto el pez de piel azul, pelo negro y ojos tambien negros. Solo asentí y esta me tomo de la mano para después sumergirse bajo el agua, y yo con ella. El aire empezaba a faltarme, quería ascender y tomarlo pero esta no me dejaba. Cuando me di cuenta ya estaba en la orilla quise levantarme, pero al momento me cai de bruces a la arena llena de piedrecitas y agua.
-Gra... gracias - fue lo único que salio de mi boca, estaba congelandome. Esta sonrió y me tomó del tobillo.
-Pero todo aquí tiene un precio- dijo y tiro de mi hacia el mar, de nuevo. Yo clave las manos en la arena e intente retroceder.- No lo intentes - dijo riendo en un momento de desesperación asi le solté una patada en la cabeza lo que hizo que me soltara. Corrí hacia atras y sali del agua, gracias a Dios. Esta solo me gruño y volvió mar adentro.
Respiré profundamente - ¿Donde estoy?- me pregunte a mi misma en un susurro.
Me levanté y tome la mochila, esta chorreaba agua, igual que yo. Me enjuague las manos, que estaban manchadas de arena con mucho cuidado y tomé la mochila para emprender el ¿camino de vuelta a casa? Vacie la mochila mientras caminaba por la orilla, todo estaba empapado, mi movil no estaba, lo más seguro es que estuviera en lo más profundo del océano y yo tenía mucho frío.
-Todo aquí tiene un precio -al recordar las palabras de la sirena, mi abuela me vino en mente, ¿es esto a lo que ella se refería? Seguí caminando por la orilla hasta que vi a cinco sirenas mirarme desde la superfice, una de ellas la que me salvó. Su mirada no me gusto un pelo, por lo tanto decidí adentrarme en la selva.
Cada vez me adentraba más, tanto que ya no se veía la playa. Me senté en el suelo apoyada en un árbol, quería llorar, ¿escaparme para esto? Bueno, la verdad la sombra me secuestró, pero seguro que se piensan que he escapdo, puesto que mi mochila y parte de mi ropa no esta. Soy idiota, me lamente mentamente mientras me abrazaba a mi misma.
-¿Pero no se suponía que a ti te tocaba hacer guardia?- preguntó una voz no muy lejos de donde yo estaba. Mi piel se erizo al escucharla, ¿quien es? ¿Hacer guardia? Tal vez puedan sacarme de aquí.
Arrastrandome por el suelo me aproxime a esas voces cuanto pude.
-Perdóname Pan, por favor - suplicaba alguien, un niño y mucho más pequeño que ese tal Pan.
Oye eso me recuerda a Peter Pan.
-¿Y como es que no viste quién molesto a las sirenas? - preguntó la misma voz de nuevo.
Solo se escucho el llanto del niño.
-¡Respondele a Pan!- gritó otra voz muy diferente. Quise asomarme pero me verian, por lo que en un pequeño hueco entre el árbol y los arbustos que me escondían, pude verlo todo.
Un chico alto, con una capa y capucha negra y un palo colgando de su hombro, a su lado un chico, un pelin mas bajo que el, con el pelo castaño, por lo que pude percibir ya que era de noche, una sádica sonrisa que me erizo la piel y una vestimienta extraña, igual a la del niño que dibujaba mi abuela y, por último, un niño de 12 años en el suelo, suplicando y llorando frente a la mirada seria de uno y a la sádica sonrisa de otro. Él de la sádica sonrisa ... me da mucho miedo.
-Solo vi que ... que la sombra traia a alguien, no se a quien - dijo y lloró de nuevo.
-¿Y ... por qué no sabes a quien? ¿No es ese tu deber? - preguntó el de vestimenta rara, mientras alzaba las cejas y seguía sonriendo - Felix creo que sabes lo que hay que hacer - dijo sonriente mientras ese tal Felix agarraba al niño, reprimí un grito.
-¡No se quién era! ¡No se le distinguía! Empezó a gritarle a la sombra, esta le llevo hasta la playa volando y luego le lanzo al mar, de lejos se vio a las sirenas y ya esta - dijo mientras Felix le sostenía en el aire.
-¿Que atuendos llevaba? ¡Díselo a Pan! - preguntó Felix, vale ya se quién es el raro.
-Unos pantalones muy raros, eran por aquí - señaló su muslo- y una camiseta - dijo y Felix le solto.
-Una niña ...- dijo ese tal Pan sonriente, Dios mio ...- Así que nuestra intrusa es una niña - dijo mientras se hacia el pensador -Creo que nos lo pasaremos bien - afirmó mirando a Felix con una sonrisa, otra vez.
Yo me volví a esconder, tengo que irme de aquí. Cogí la mochila sin hacer ruido y me volví a arrastrar por el suelo pero muy lentamente.
-Pero eso no quita, Bufon, que no hayas cumplido con tu deber - continuo Pan, juraría que tenía una sonrisa en su rostro - Lo que me decepciona mucho, puesto que, si llegaste hasta aquí no era para llorar como una niña - dijo y en ese momento oi un grito desgarrador por parte del niño. Me gire y por un agujerito le vi en el suelo, muerto.
-Parece Pan, que a la intrusa le gusta husmear - oí decir a Felix y yo me quedé paralizada.
-Si, eso parece - afirmó este y yo salí de ahí lo más rápido que pude.
Corrí, corrí, corrí y corrí, no sentía pisadas tras de mi pero si oi la sonora risa de Pan. Divisé un gran árbol, intente escalarlo pero no pude, tampoco había ningún escondite que pudiese usar, solo me esperaba aguardar mi destino.
-Pelirroja, me la esperaba morena - oí decir a alguien tras de mí.
Holaa soy nueva en esto y me gutaria que si leeis esta novela la votaseis y comentaseis . Besos
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Escondido de la realidad (peter pan y tu)
FanfictionUna niña, con un papel de adulta. Toda una familia destrozada por la repentina desaparición de uno de sus miembros, ¿qué hace ella? Abarca con todos esos sentimientos. Quiere que todo sea como antes, pero todo tiene un precio, o eso dice su abuela...