¿Me ayudas?

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Poe se encontraba leyendo unos mensajes que había intercambiado con un amigo, en donde hablaban sobre Ranpo...

«Ranpo-san es la persona mas impresionante del mundo, es capaz de descifrar cualquier caso en cuestión de segundos»

«Pues suena como una persona impresionante,
aunque es lo menos que esperaba de su novio»

«Ranpo-san no es mi novio, somos rivales y amigos nada mas»

«No me pienso meterme en su vida privada pero la manera en que habla de el,
me hace pensar que usted esta enamorado de el»

«¡¡¡Claro que no!!!»

«Bueno como suele decir mi madre, "Ya estas grande para tomar tus propias decisiones" pero Edgar yo soy tu amigo desde hace bastante tiempo y me doy cuenta de que esa persona te importa»

«Claro que Ranpo-san me importa, al igual que tu,y no por eso estoy enamorado de ti o de el...»

«Si pero estoy seguro que no habla de que no se expresa de esa manera de mi...»

«No porque tu eres tu y Ranpo-san es Ranpo-san y no puedo hablar de la misma manera...»

«Pero asegura que Ranpo y yo le expresamos lo mismo, ¿pero no puede hablar de la misma manera de nosotros? Eso no tiene mucho sentido Edgar...Después hablamos tengo que terminar unas cosas... Recuerda los deseos reprimidos no son buenos...»

El escritor soltó un suspiro mientras pensada en todos estos mensajes, - Ahora que lo recuerdo no hemos hablado desde hace un tiempo - dijo en voz alta antes de que empezaran a tocar con fuerza la puerta de su casa, ya era entrada noche,- Estas no son horas de tocar a una casa decente -.

Apago la luz de su habitación, iba a fingir que no estaba pero volvieron a tocar esta vez mas suave,- Edgar - escucho que lo llamaba, no conocía la voz pero algo le dijo abre. Se acerco con cuidado a la puerta, cuando la abrió se encontró a un joven de 16 años, de cabello negro que se le pegaba a la cara por la lluvia que sucedía afuera.
- ¿¡¿ Horacio?!? - pregunto entre impresionado y preocupado Poe, su amigo se encontraba en pésimo estado, tenia golpes, parecía no haber comido, dormido en varios días. Mientras el otro simplemente pensaba en que era lo que había pasado para llegar a tan lamentable posición, apenas llego a Yokohama no encontró lugar donde dormir, le robaron la cartera así que no tenia dinero para comer, por razones de orgullo se negó a robar y como saben lo habían arrollado, aparte de que la policía lo buscaba.
-

Tengo que llamar a alguien - dijo Poe mientras sostenía a su amigo que estaba a punto de desmayarse,- No lo hagas - suplico el menor mientras cerraba los ojos esperando no volver abrirlos nunca.

Era de mañana y la luz le pegaba en la cara, esperaba encontrase en Uruguay, encontrar a su madre diciéndole que se despertara que el avión no iba a quedarse en el aeropuerto solo porque el quería dormir 5 minutos mas, a pesar de que el vuelo fuera en la tarde, encontrase con sus hermanos desayunando, el olor a pan dulce recién echo que su madre compraba de la panadería «De pan vive el hombre», el rico café de olla que su madre preparaba para acompañar para luego comer unos ricos chilaquiles con queso, la especialidad de la casa, pero sobretodo esperaba que la imagen que vio aquella tarde fuera solo una pesadilla pero al despertar se encontraba en un cuarto que no era el suyo, con el sonido de los autos de una ciudad portuaria como lo era Yokohama.
- Me quiero morir - fue lo único que dijo mientras miraba el techo sin prestar nada de atención a su alrededor,- exageras - expreso Poe con una tasa de té en la mano para su amigo,- ¿Qué me paso? - pregunto Quiroga aun si recordar bien como término en casa de la única persona en quien podía confiar, - Dime tu -.
- Es que... No puedo... Yo tengo que irme - iba a levantarse y salir corriendo sino es porque Allan lo detuvo,- Pareces muerto, no vas a irte hasta que me digas que esta pasando - ordenó el mayor pero el menor no respondió simplemente quería irse, el hombre frente a el, lo miraba como un padre preocupado por su hijo aunque debía admitir que en cierto modo el escritor americano era una figura paterna, lo había conocido en una época en la que el era demasiado vulnerable y se podría decir que Allan fue la mejor influencia que pudo encontrar junto a ello que como siempre hablaban por mensajes o cartas, no conocía el lado tímido del escritor, por ende sus conversaciones eran mas fluidas pero ahora que se encontraban frente a frente no sabían que decir, Horacio estaba asustado y Edgar no sabia que hacer, hay que recalcar que él tampoco tuvo una figura paterna muy fuerte en su vida, tuvo un padre pero este parecía molestarse con todo lo que Poe dijera o hiciera.

Cuentos de amor locura y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora