Las semanas que siguieron fueron tiempos de ajustes y de nuevas adaptaciones para ambos, el Loy que vivía conmigo ahora era alguien travieso, bromista, ocurrente, que jugueteaba constantemente conmigo, al que le gustaba ser mimado y que le hicieran cariño, que disfrutaba de postres y golosinas a todas horas, era más alegre y bastante inmaduro en su actuar, pero definitivamente me encantaba; porque demostraba sus sentimientos y me abrazaba y me besaba de la nada... era como si nos estuviéramos enamorando de nuevo por primera vez.
Me regalaba su sonrisa luminosa y sus ojos brillaban vivaces y risueños y yo me quedaba embobado frente a esa imagen; verlo sonreír para mí cada día era lo mejor que tenía.
Recordaba prácticamente todo, aunque a su manera; en sus recuerdos yo estuve allí cuando tenía cuatro años y cuando tuvo cinco y cuando fue adolescente; yo lo cuidé y fui capaz de darle algo de la alegría, los juegos y el cariño que necesitaba.
Poco a poco pudo ordenar toda la información que había en su cabeza; en sus recuerdos estaba todo su pasado, y pudo diferenciar lo que él hacía por voluntad propia y lo que tuvo que hacer porque alguien se lo dijo; había vivido como otros querían; ahora viviría como él quería hacerlo, y eso lo hacía feliz, porque sabía que yo lo iba a amar siendo como él fuera.
Me contó mucho de sus recuerdos, cosas que le habían hecho olvidar o que simplemente no recordaba, entre aquello estaba el hecho que efectivamente Federico Ackerman era su padre.
Yo logré contactarme por email con el tipo que dio la charla en la universidad sobre comportamiento humano, y resultó ser que aquel había sido discípulo de Omar Ganna, y tenía información sobre lo que el médico le hizo a Loy, como también que el abuelo de Loy luego de enterarse de los pormenores del tratamiento, quería que el médico siguiera experimentando con él, para sacar algún provecho de ello; quería que lo indujera o lo forzara a aprender ciertas cosas, pero el doctor se negó a ayudarle a que utilizaran al niño, y según este hombre, fue por eso mismo que la madre de Loy huyó de su familia tiempo después, llevándoselo a otra ciudad lejana, dónde pudieran estar tranquilos. Y también nos advirtió que mejor evitáramos hablar con otras personas sobre el asunto porque lo que hizo Omar con Loy era algo que nadie creía posible, y que tal vez era mejor que se quedara así, por la seguridad del propio Loy, con lo que yo estuve de acuerdo.
Retomamos las clases este nuevo semestre; y Loy ya no es tan estudioso como antes, pero es un chico completamente normal como cualquier joven. En la universidad evita hablar con Paolo y no se despega de mí, tal vez aún siente algo de temor, aún así, le saca la lengua infantilmente cada vez que lo ve para luego ocultarse tras de mí, lo que me causa mucha risa, y como ahora es mucho más sociable, ambos nos hemos hecho de algunos nuevos amigos en común, y esto debido especialmente a las bromas y travesuras que él hace a veces y que llaman la atención de otros.
Según el médico ese comportamiento es sólo una etapa de ajuste; Loy no vivió una niñez normal, jugando como cualquier niño, por lo que ahora hace algunas cosas que no hizo antes. Pero sea del modo que sea, si él está feliz consigo mismo lo demás no me importa.
Lo último que pasó días atrás, fue que una noche apareció en la puerta de esta casa el mismísimo Federico Ackerman, se presentó como amigo de la familia de la madre de Loy y quiso hablar con él a solas.
Lo hice pasar y Loy me miró primero intimidado por el hombre, como si fuera a hacerle daño, luego mostró enfado en su rostro y lo echó gritándole muy enojado; prácticamente lo sacó de la casa, y le dijo que no le interesaba nada que tuviera que ver con él, que no tenían nada de qué hablar y que no lo buscara más. Y ya estando en el antejardín, el hombre siguió tratando de convencerlo de que hablaran, y entonces Loy le respondió que hablara allí, delante de ambos y se puso al lado mío aferrándose a mi brazo y yo lo abracé protectoramente.

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Criando A Mi Novio
Short StoryBrandon y Louis son novios y viven juntos desde hace dos años, pero un accidente provoca que Louis pierda la memoria y que crea que tiene sólo cuatro años... La vida de ambos cambiará cuando Brandon tenga que cuidar de su ahora infantil amado y sopo...