de nadie

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Mis escritos son de todos y no son de nadie, como lo he sido yo hasta qué el día de hoy sentí hartarme.

Dejaré de admirarte como musa, y a la muerte llamaré mi madre.

Será ella quién me merezca, de ella si soy digno ya que no lo he sido para ti ni para nadie antes.

A mi corazón lo limpiaré con agua de drenaje y de antibióticos lo cubrire con lo caliento de tu ausencia y de zapatos usará el despojo que habita en cada ilusión fracturada por lo vil del tiempo que el día de hoy me ahogara en forma de amarga hiel e insaciable tormenta.

Judas Nijagh

Delirios angelinos y deseos InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora