Delirios angelinos y deseos Infernales

Antídoto y Veneno

Tu antídoto y veneno.

Yo el valor que me hace falta.

Tu la carne y el deseo, yo el beso que se entrega en calma. El veneno de tus besos ni siquiera lo pudiste meter en algún frasco pequeño. Era tanta tu prisa que poco te importo disimular.

Me lo diste en tus entregas y me lo duplicaste con tu aliento.

No me llamas, no me esperas, no me buscas y pretendes que yo crea que jamás me hiciste desalojar tus carnales pensamientos. Tu no deseas amor, ati te llena solo el sexo.

De mi quieres solo el placer, la lujuria, mi energía para tu morbo, y mis ansias para tus ganas.

Es muy triste está contradicción...

Yo busco tu amor y tu...

Tu solo quieres mi cama.

Es feo que mientras yo recuerdo y deseo tus caricias, que importa que sean fingidas,

Tu solo recuerdes que con nadie como conmigo saciaste tus ganas,

Lo se.

Lo que daría por que me quisieras la mitad de lo que dices. Lo que daría por creerle.

Pero prefiero ahogar su nombre en mi garganta con sabor a nudo enfermo. Y en vez de buscar sus fotos llenarme los ojos de el más ardiente de los vientos y secar cualquier lágrima antes de que sea por ti derramada.

Judas Nijagh / J. Telléz